jueves, 20 de noviembre de 2008

SUEÑOS III (a partir de ahora continúa en comentarios)



"... Trás remover Roma con Santiago decidió esperar unos días a que su mal presagio desapareciera. Parecía lógico que él estuviera de viaje, pero ¿porque había desaparecido su blog de la red sin previo aviso?.
Mientras tanto, ajeno a esta preocupación, el escritor vivía una de sus peores pesadillas. Al salir aquella mañana de casa para comprar la prensa y desayunar en la terraza del bar de siempre. Dos desconocidos, vestidos de manera informal se acercaron a él y al doblar la primera esquina le echaron mano cada uno de ellos a un brazo obligándolo a acercarse a un vehículo aparcado a unos diez metros en el que esperaba un tercer raptor al volante. Nuestro protagonista al verse inmerso en aquel incidente y comprobar, que por la pequeña calle tán solo transitaban él y dos ancianas que venían de frente enfrascadas en una animosa conversación, no quiso formar un espectaculo que las pudiese dañar. Lo primero que le pasó por la mente fué que siempre pensó que sus escritos le podrían acarrear problemas tarde o temprano, pero no quería creer que esta fuera la causa de la desagradable situación... "

118 comentarios:

mari dijo...

Contigo,es un sinvivir continuo pero me gusta,tienes el don de suvirme la adrenalina a cien.
Si pudiera ser me gustaria que fueran un poco mas estensos mucha emocion para tan poco trocito.
Por favor no me dejes colgada todo el fin de semana si puede ser.

Un beso...

salmorelli dijo...

“… ¿Dónde me llevan?, ¿Qué es lo que sucede? – preguntó sin mostrar incomprensiblemente nerviosismo alguno.-


- Cállate, ya se te informará a su debido tiempo.

El vehículo transitó con normalidad por las calles de la ciudad y el revolver que portaba el secuestrador que iba sentado junto a él en el asiento de atrás resultaba de lo más convincente para que el escritor no intentase ningún moviendo raro. Cuando iban a salir del casco urbano el copiloto, que parecía llevar la voz cantante, se dirigió a él.

- Escúcheme. Nosotros tan sólo cumplimos órdenes y para su tranquilidad le digo que no debe temer por su vida y que no es nuestra intención hacerle daño alguno. Ahora por favor déjese vendar los ojos por mi compañero ya que no debe saber hacia donde nos dirigimos.- explicó cortésmente el delincuente.-

- ¿Pero a donde me llevan?- volvió a preguntar.-

- ¡No oye lo que le dice mi jefe!- contestó el sujeto que llevaba a su lado a la vez que le propinaba un fuerte codazo en el costado.-

- Tranquilo, Rogelio –recriminó el mandamás.- Le vuelvo a repetir, por el bien de todos, que no vuelva a abrir la boca hasta que lleguemos.


Comprendiendo que sería absurdo ante aquella situación cualquier tentativa para escaparse y arrastrado por la curiosidad masoquista de verse inmiscuido en la trama de una de sus novelas, aceptó que le vendasen los ojos y esperar que el destino jugara sus bazas.

Tras circular al menos una hora el vehiculo se detuvo…”

mari dijo...

Un autentico relato,dicno del autentico cine americano,super intrigante me gusta....
sige por favor.

Un beso...

annasunn dijo...

Muy bien, ahora es como si estuviera leyendo dos libros a la vez.Esta aventura tambien se pone interesante.No dejes mucho tiempo de escribir que estamos a la espera de que sucederá.

mari dijo...

Perdona que utilice tu espacio,pero necesito hacer un llamamiento urgente.
INMAAAAAAAAA.donde estas,echo de menos tus comentarios desde hace muchos dias,espero que no te estes perdiendo la movida que ha liado
SALMORELLI.Animate te estoy esperando.

Un abrazo...

lilita dijo...

mis niñas os habeis dado una voltereta por el blo de lola. lo que faltaba para arrastrame por salmorelly es encontrar un relato tan caliente como en el encuentro. Chevere chicas

salmorelli dijo...

“… Al bajar del coche preguntó si podía quitarse ya el antifaz que le habían colocado, pero uno de sus secuestradores le contestó que no se impacientase y que ya lo avisarían cuando esto fuera posible. Agarrado por ambos brazos lo arrastraron por un pequeño camino de albero que terminaba al llegar a una escalinata de mármol que encumbraba un sobrio palacete.

Aquel edificio, probablemente de primeros del siglo XX mostraba una robustez y unos trazos de edificación ideales para llenar aun más de misterio el secuestro del escritor. Al cruzar su atrio de entrada nuestro protagonista sintió una helada sensación que desde las suelas de sus zapatos subía por sus piernas calando sus huesos. Al dar dos o tres pasos se toparon con una puerta de madera del que parecía salir un armonioso murmullo cargado de una sugerente atracción. Se detuvieron frente a ella y Llorente, hombre serio y corpulento que guiaba las directrices del comando de delincuentes se dirigió al rehén.

- Señor, ya hemos llegado a su primer destino.- indicó educadamente.-
- Le agradezco su cortesía, pero no puedo ver nada.- contestó irónicamente el escritor.-

Llorente, invitó a sus secuaces a que se colocaran unas máscaras para no volver a identificarse frente a él y les indicó que quitaran el antifaz al secuestrado.

Cristóbal Portillo, que era el nombre de nuestro protagonista. Estaba considerado como un prometedor escritor novel capacitado para arrasar en el mercado en cuanto alguien bien posicionado dentro del mundo editorial apostase fuerte por él. Era un hombre solitario inmiscuido en mil batallas de asociaciones de todo ámbito. Sin tratarse de un hombre de una belleza hercúlea, su atractivo personal con las damas lo había arrastrado en más de una ocasión por alcobas de señoritas solteras y casadas de las clases más altas y pudientes de la sociedad. Creándose por ello un sinfín de enemigos capaces de mandar a matarlo.

Su creación era variopinta y ocurrente. Escribía desde largos sonetos de amor hasta novelas de lo más enrevesadas y conflictivas. Pequeñas editoriales lo había aconsejado una y mil veces que dejase a un lado aquellos escritos comprometedores y peligrosos y se dedicase a la poesía con la que podía ganar muchísimo dinero y su obra se publicaría por todo el mundo ganando una gran fama. Pero Portillo, al refugio de la libertad de expresión, argumentaba a editor tras editor que su escritura ponía sobre el papel lo que la gente quería conocer y que no le importaba que sus detractores lo censuraran por tocar temas tan espinosos con el mundo de la política, de la Iglesia o cualquier otro estamento tachado de intocable. El no tenía miedo a ninguna represalia porque con su escritura se sentía libre. Y la libertad puede salir airosa en cualquier batalla…”

mari dijo...

GENIAL simplemente GENIAL!!!!!
de momento solo puedo decir GENIAL.

Continua por favor,si sigues escribiendo asi no te libraras de mi.
Un beso...

salmorelli dijo...

“… Al abrir sus ojos contempló atónito la lujosa decoración que respiraba cada ladrillo de aquél edificio. Restregándose con los nudillos los mismos, preguntó a sus secuestradores de nuevo sobre los motivos que lo habían llevado a ese lugar. Estos sin romper sus esquemas de no desvelarle absolutamente nada lo empujaron levemente y le hicieron indicaciones para que caminase y los acompañase hacia el interior.

Atravesando varios pasillos llegaron hasta una puerta de estilo árabe a la que llamó con su puño Llorente. A continuación se retiraron los tres y un ujier con peluca blanca de la época del máximo esplendor francés y mascara lacada en azul abrió aquel inmenso portón que daba entrada a un esplendoroso salón de más de 500 metros cuadrados.

Al fondo, como si de un jurado se tratase, estaban sentados a una mesa imperial doce señores vestidos de cortesanos cubriendo sus rostros de igual manera. A ambos laterales dos filas dobles de asientos de madera dorada y asientos granates aguardaban no menos de 60 personas igualmente ataviadas. Como complemento a aquella imagen sacada de película, colgaduras de varios colores con escudos heráldicos forraban todas las paredes y una música monacal envolvía el espacio inerte que se respiraba.

Portillo, permanecía absorto en el dintel de la puerta con un ligero temblor de piernas y una galopante palpitación en el interior de su pecho. Le parecía increíble, tras haber creado infinidad de historias desde su grandiosa imaginación, verse inmerso en ese momento en una historia que escapaba de cualquier mente actual. Rozaba una mezcolanza entre el miedo y una sensación gozosa de vivir en primera persona una experiencia como aquella…”

LUPA dijo...

Epa! salmorelli son partes de un escrito finalizado ya por usted o lo va inventado sobre la marcha. Su chaveta es un prodigio mi amigo. la intriga me puede, continuelo.

Unknown dijo...

Arrastrado por el demacrado mundo de la literatura basura, me he encontrado con una promesa más que valida. Espero que tengas suerte Prieto. Un saludo de un escritor que no se rinde. Jacobo

annasunn dijo...

Desde luego como novelista no tienes precio.Pero ya contigo se me acaban hasta los alagos.Sigo atenta a las dos historias aunque las comente poco,porque me dejaís sin palabras.

suggar dijo...

como dice mari Y YYYYYYYYYYYYYYYYY ????????????????? Estás despertando el genio que hay en tí, o es que cada vez me sorprendo más!

salmorelli dijo...

“… - Pase Portillo, pase.-indicó el hombre que presidía la mesa.-

- ¿Pero, donde estoy?-contestó Cristóbal ante aquella invitación.-
- Mejor no pregunte nada y escuche atentamente lo que tenemos que decirle. Acérquese hasta ese círculo rojo, que ve pintado en el suelo un poco más adelante.

Tímidamente avanzó hasta aquel extraño símbolo pintado sobre la superficie de mármol y se detuvo ante el gesto que hizo con la mano la persona que parecía hacer como las veces de un maestro de ceremonias.

- ¿De verdad, no sabe que hace aquí?
- Ya creo que he dejado claro que no, señor.- dijo irritado- Sólo sé que he sido secuestrado y que me han traído hasta ustedes.
- ¿Acaso no sabe usted me pone en peligro su integridad con esa serie de escritos que pone en manos de los lectores?
- ¿Mis escritos?
- Sí, sus escritos. Su imaginación le está jugando una mala pasada, amigo mío.
- Pero, ¿Qué están juzgándome?
- Usted lo ha dicho, amigo Portillo. Esto es un juicio a su dudosa y entrometida manera de ver la literatura actual.
- Mire, esto es una pantomima tremenda. Todos ustedes con los rostros cubiertos y yo aquí en medio como si hubiese cometido un crimen.- contestó Portillo dándose la media vuelta como queriendo abandonar aquel lugar. Inmediatamente un grupo de cortesanos intervinieron y lo sometieron a empujones hasta devolverlo al interior del circulo.-
- ¿Ves, como vas siempre por libre?- preguntó irónicamente el presidente de la asamblea.- Podemos llegar a ser temerariamente duros Cristóbal. Así que por favor, no nos obligue.-apostilló con tono.-
- De acuerdo. Veo que estoy sólo. ¿Qué queréis de mí?

Mientras en Barcelona, María continuaba con sus averiguaciones acerca del paradero de su escritor y amigo Portillo. No conforme con la idea de que estuviera de viaje sin dejar rastro alguno, volvió a encender su ordenador e intentó de nuevo visitar el blog del literato. Pero en esta ocasión encontró el formato del mismo completamente difuminado y sólo resaltaba el siguiente mensaje. “He decidido renovar mis ideas”. La frase asustó a María, que interpretó en aquella frase como una idea afuera de contexto. No se ajustaba al modo de proceder de su amigo para nada…”

salmorelli dijo...

Gracias Jacobo. Espero continuar entusiasmando su lectura. Y como he podido interpretar por su comentario que es escritor, me encataría poder leer algún escrito suyo.

salmorelli dijo...

anita quieres empezar uno a medias?
Animate, dime un tema y nos lanzamos. Un beso enana. Tomás

mari dijo...

SALMORELLI,ole,ole,y ole,esto cada vez me gusta mas.
¿POR QUE SERA?

Un beso...

salmorelli dijo...

“… - A ver Portillo, ¿desde cuando escribe usted?
- Desde que tengo uso de razón.
- ¿Y siempre ha sido tan agresiva su escritura?
- No considero agresiva mi escritura, señor.
- ¿No tiene usted por bien el considerar como agresivo el insulto gratuito a los pilares estamentales más considerados de este país y de parte del extranjero? Por Dios, no me haga reír.
- Óiganme bien todos. En mis escritos no se agrade, ni se insulta a nadie gratuitamente.- dijo excusándose el escritor.- En mis escritos se narran historias, que en el mayoría de las ocasiones están en la calle. Historias, que están en la opinión pública y que por eso la gente las quiere oír y leer. No hay nada de inmoral en mis libros como ustedes están insinuando.
- Claro que no, como tampoco hay nada de inmoral en su conducta promiscuidad con las mujeres de los demás. ¿verdad?
- Por Dios santo, esto se sale ya de madre. Porque no acaban de una vez y me dicen que es lo que buscan con tanto interrogatorio.
- ¡Cállese! Y contesté sólo a nuestras preguntas. –exclamó otros de los miembros de la mesa cuya voz le pareció familiar a Portillo.-
- ¿Le conozco verdad? Contésteme, su voz resuena de una manera muy particular en mis oídos –preguntó desafiante el escritor.-
- ¡Alguaciles! ¡Lleven al señor Portillo a la sala de castigos! –ordenó el presidente.-
- ¡No, no! ¡Que van hacer conmigo! gritó resistiéndose a ser retirado de la sala mientras lo arrastraban por los brazos aquellos fortachones enmascarados que cumplía las ordenes de su señoría.-

Tras sacarlo de aquél lugar, quedaron reunidos en la sala el resto de asistentes de aquél surrealista “juicio”. A Cristóbal Portillo lo trasladaron a una especie de laboratorio donde aguardaban dos doctores en compañía de una enfermera y uno de los representantes de la mesa. Entre todos controlaron los impulsos violentos del escritor para zafarse de aquella farsa y lo tendieron en una camilla atando sus extremidades con fuertes correajes de cuero.


- ¡Que me vais hacer malditos hijos de puta! ¡Soltadme! – sus gritos se fueron diluyendo en el ambiente a la vez que uno de los doctores inyectaba en su brazo una dosis de tranquilizantes que lo dejo inconciente por completo.-
- Bien señor Marqués, ya tiene dominada a la fiera.- dijo el otro doctor al cortesano presente mientras que este se quitaba la mascara y respiraba hondo.-
- Ustedes dirán que trato quieren que le demos a nuestro invitado.-indicó sonriendo el galeno.-
- Su señoría ha decidido que desinhibáis al sujeto por completo.
- Está bien le inyectaremos la propinizaza 500 en sus dosis media. ¿le parece bien marqués?
- No. Su señoría quiere ver a Portillo con la cabeza perdida por completa. Así que aplique la dosis más alta de la que dispongan.
- ¿Pero señor, bajo mi opinión con la dosis media alcanzaremos de sobra el objetivo que se persigue?
- Le dicho doctor Suárez, que aplique la dosis más alta ¿o no me ha entendido? Le pagamos para que cumpla nuestras órdenes no para que opine.
- De acuerdo señor.-contestó receptivo el médico.- Pero no sabemos como asimilará una dosis tan elevada y mucho menos como será su recuperación posterior sin tener un informe detallado sobre su estado de salud.
- Adelante Suárez, no cuestione en estos momentos sus pensamientos morales, porque todo se hace bajo nuestra responsabilidad. Aplique el tratamiento.


A continuación la enfermera acercó unas probetas sacadas del frío con las que los doctores mezclaron minuciosamente sus contenidos hasta preparar una jeringuilla para inyectarle a Portillo aquella poción…”

Cristian dijo...

ooohhh!!! hace un tiempecito que no entraba y todo lo que me encuentro!!!! Salmorelli anda, contágiame un poquito de ese don que el poder escribir es uno de mis sueños frustrados!! jejejeje un abrazo

salmorelli dijo...

“… María, decidió coger el primer vuelo disponible a Málaga y allí alquilaría un automóvil para llegar lo antes posible a Ronda donde residía el afamado escritor. Sólo así se quedaría tranquila ante aquella vicisitud.

En los corredores anexos al salón de ceremonias el Marqués de la Vega daba cuentas al Duque de Lastrux del estado en el que se encontraba Portillo. El duque era el máximo responsable de aquella asamblea de enmascarados que tenían en sus manos la vida del escritor rondeño.

- Señor, por mi reloj quedan tan sólo cinco minutos para disponer de la voluntad de Portillo.
- Bien De la Vega, es momento de actuar y de conocer lo que pasa por la mente de este hombre.-contestó el Duque.-
- ¿y si todo sale mal?
- Si todo sale mal lo haremos desaparecer como hemos hecho en otras ocasiones. ¿A que viene esa pregunta De la Vega?
- Pues viene a que estamos tratando con un escritor diferente a los anteriores, señor duque. A Portillo lo siguen cientos de personas por el mundo entero a través de su maldito blog. Y aunque sus libros aún no se venden por falta de editoriales que se atrevan a apostar por él, existen interés contrapuestos a los nuestro capaces de montar un gran escándalo.
- No divagues tontamente. Siempre hemos tenido la sartén por el mango.
- ¿Qué tratamiento le vamos a aplicar?
- Su propia medicina marqués, su propia medicina. Vamos a volverlo completamente loco mientras duren los efectos de la dosis farmacológica. Y cuando finalicemos con él. Una de dos, o se volverá un adepto fiel o se perderá en el ostracismo. Tenga la seguridad amigo mío de que no habrá medias tintas en este asunto.

A continuación el doctor Suárez los avisó de que todo estaba preparado. De la Vega, dio instrucciones a uno de los alguaciles para que el resto de invitados disfrutaran de un estupendo aperitivo con el que aguardar apaciblemente a ser llamados de nuevo por el Duque. Y ambos se encaminaron al observatorio ubicado en la planta alta de un pequeño salón decorado acorde con el resto del palacete…”

salmorelli dijo...

Cristian, comentarios como el tuyo me inspiran. Ahí te dedico un segundo capitulo para hoy. Un abrazo

mari dijo...

oooooooohhhhhh!!!!!
mi O es mas largo que el de Cristian aver si te inspira,yo quiero otro capitulo...

Un beso...

suggar dijo...

la bomba! Me quedo sin palabras

mari dijo...

Suggar,achuchale que tu lo tienes mas cerca.ratito que tenga encierralo en el despacho JIJIJI....

Un besote...

Cristian dijo...

es un verdadero honor... muchísimas gracias salmorelli, la verdad es que o digo nada que, a mi parecer, no sea cierto... tú sigue con tus palabras, que mientras lo hagas, aquí estaré fiel a ellas, aunque no siempre escriba un comemtario...

Cristian dijo...

Mari, no seas mala, que las comparaciones son odiosas!!! mi O, aunque más pequeñita, es muy peleona, eh??? jajajajajajajaja un besito, nos vemos por allí...

Cristian dijo...

Hola suggar... qué nombre más sugerente te has puesto... apuesto lo que sea que es debido a la dulzura que posees... jejejeje un besico

annasunn dijo...

Ya me gustaría a mi escribir como lo estaís haciendo.Pero parece que a mi la ispiración se me fue hace tiempo.De momento me conformo con disfrutar de vuestros relatos.Un beso guapo.

mari dijo...

Annasunn,la inspiracion igual que se fue puede volver.
Querer es poder,animate guapa que tienes la suerte de tener un buen MAESTRO a tu verita...

Un abrazo...

salmorelli dijo...

“… -Dígame doctor ¿Cuál será el procedimiento que vais a emplear con Portillo? –Preguntó el Duque.-
- El procedimiento será parecido al de otras veces señor. Pero con unas variantes que el señor Marqués ha dispuesto por considerar este caso un tanto especial.- dijo Suárez.- Le hemos inyectado la dosis más alta de propinizaza elaborada en nuestro laboratorio. A mi parecer, creo que es excesiva, como le comentado al Marqués, pero en fin el se ha empeñado e inyectada está.- excuso de nuevo el médico.-
- Pero, ¿tan peligrosa puede resultar la dosis que le ha puesto?
- No lo sabemos señor. Ese es el problema. Si Portillo está sano como una pera, no hay problemas. Pero, es que no tenemos un examen clínico que lo acredite. Y si está enfermo señor, le aseguro que se nos puede quedar en la prueba o en el mejor de los casos puede perder la cabeza para siempre.
- Bueno Suárez, seamos optimistas. Prosiga con su exposición.- dijo el Duque golpeando compasivamente su espalda.-
- Bien, hemos monitorizado su corazón y su mente para saber en todo momento lo que siente y padece el individuo. En una primera fase lo mantendremos atado a un sillón en el centro la sala y comenzaremos a proyectar imágenes desde el cine tridimensional, para que las historias proyectadas caigan en su cerebro inducidas por la propinizaza.
- ¿con lo que me quiere decir…?
- Con lo que le quiero decir. Que su grado de sugestión llegará a tal extremo que todo lo que queramos nosotros quedará grabado en su memoria ram particular. Y así las creerá al despertar al cien por cien.
- Genial, doctor su medicamento podría ser galardonado hasta con el Nóbel. ¿es conciente de lo que se podría conseguir comercializado su producto? –preguntó entusiasmado el Duque
- ¿Y usted es consciente de las vidas que podría sesgar mi invento? Podríamos, señor Duque. Conseguir convencer con este brebaje a cualquiera hasta de que es una maquina de matar. -Argumentó el medico.-
- ¿Y eso es malo?
- Piense usted un poco. ¿Y si lo inyectamos a todo un ejercito?

Con esta pregunta, el Duque quedo impactado. No tanto por los motivos expuestos por le galeno, como por la posibilidad de llegar a gobernar el mundo que podría ofrecerle aquél fármaco.

Sujeto al sillón Cristóbal Portillo permanecía inconsciente, con la cabeza desplomada hacia delante y con una bata celeste de hospital como única indumentaria. Esperaba desde la inopia a que comenzara su tortura. Cables de electrocardiogramas y de encefalogramas estaban dispuestos en su pecho y cabeza. Además de otro cable, muy fino, que penetraba por su nuca y que serviría para activar su frecuencia del sueño y de una vía cogida al brazo derecho para administrar la dosis del propinizaza y para ser atendido ante cualquier revés durante el experimento…”

annasunn dijo...

Ojalá Mari,a ver si un día de estos me vuelve a iluminar la luz de la imaginación.Sé que en parte es pararte e intentar sacar todo lo demás de la mente,para la realidad le dé paso a la fantasía.En cuanto al MAESTRO,ya me gustaría a mí tenerlo más cerquita.
Un beso guapa.

salmorelli dijo...

“… La prometedora carrera de Cristóbal Portillo iba a pender de un hilo al ser sometido al diabólico experimento. Sus escritos basados en su mayoría en tramas totalmente creíbles, en los que estamentos de primer orden se veían afectados, habían circulado libremente por el mundo entero a través de la red. Sus secuestradores habían escudriñado en su vida para trastornar su mente hasta el extremo de olvidar su día a día y por supuesto su manera tan brillante e hiriente de escribir.

Portillo, a diferencia de otros escritores y personajes que habían caído en las garras de Lastrux y sus secuaces, era invulnerable a otro tipo de extorsión. Su mundo eran la escritura y los encuentros esporádicos en aposentos perfumados a los que recurría cuando le venía en gana. Su orfandad y falta de hermanos reducía su familia a unos primos lejanos con los que apenas mantenía relación. Había estado casado en tres ocasiones sin tener descendencia y a sus ex mujeres sólo les unía los bonitos romances del comienzo de sus relaciones. Pasados estos era embebido por completo por sus narraciones y por los escarceos conquistadores con otras mujeres.

Sus convecinos de Ronda lo tenían en buena consideración por su jovial y alegre carácter. No era extraño para nadie el terminar una noche de farándula o de juerga en compañía de Cristóbal, el escritor. Había quién lo tildaba del Heminngway moderno de la Ciudad del Tajo. Y apostaban en ciertos círculos literarios por publicarle algunas de sus interesantes obras.

Tenía bastantes amigos y entramaba curiosas relaciones con sus seguidores y simpatizantes. Para él resultaba un placer infinito el compartir ideas y escritos, pedir opinión sobre los mismos e incluso se atrevía a escribir historias en foros en los que estos tenían opción a continuarlas sus lectores. Sin publicar ni un solo libro era dueño de una corriente diferente dentro de la literatura. Era un innovador demasiado peligroso para la antigua y rancia escuela del mundo de la pluma.

Su amiga María, era una de sus primeras seguidoras desde que comenzara a publicar escritos en Internet. Desde la distancia mantenía viva una relación muy especial en la que los apoyos morales iban y venían con continuidad desde la costa brava hasta la población de los Ordóñez. De aquí el sin vivir que había arrastrado a ésta a viajar en su busca con la preocupación de que le hubiese pasado algo.

Al llegar a Ronda dejó su coche aparcado en un parking público cercano a la Alameda del Tajo y se encaminó a paso ligero hacia la calle donde el escritor tenía su domicilio…”

salmorelli dijo...

“… -Cuando usted disponga señor Duque.
- Bien, comenzad.- ordenó Lastrux sentado en compañía de De la Vega, a través de un interfono que comunicaba la sala de experimentos con el palco vidriado en el que aguardaban para ver el espectáculo.-
- Frecuencia baja para comenzar enfermera.- indicó Suárez.-
- Bien doctor, comenzamos.

La habitación quedó en penumbra y estruendoso sonido envolvente despertó a Portillo, que sobresaltado abrió sus ojos como platos. Las imágenes de un niño desde su nacimiento hasta la pubertad, entremezcladas con fotografías del propio escritor pasaron a gran velocidad sobre la pantalla circundante que envolvía la sala. Música clásica y apocalíptica martilleaban su mente a la vez que aceleraba estrepitosamente su corazón.

- ¿Cómo va su cerebro Ocaña? .- preguntó Suárez a su colega.-
- De momento parece aguantar las primeras descargas.- contestó éste.-
- Enfermera, amplíe velocidad a la imagen e intercale el primer señuelo.
- Enseguida doctor.

En aquél momento la velocidad se disparó para a continuación frenarse en seco ante una imagen, a la que llamaban primer señuelo los torturadores. En ella se veía a un viejo profesor de literatura de Portillo, al que siempre había admirado, tendido frente a una de unas antiguas pizarras de la escuela. Portillo arrastrado por la droga sonrió al verlo. A renglón seguido la cámara capta una imagen en la que pudo contemplar como él mismo clava con saña una y mil veces un machete sobre el cuerpo del profesor. Sus manos manchadas de sangre se refregaban gustosamente por su rostro acompañando aquél asesinato de unas sonoras y demenciales risotadas.

Cristóbal, antes aquellas impactantes y desagradables imágenes comenzar a gritar y a intentar soltarse de aquellas bestiales cinchas que lo tenían prisionero en el sillón.

- ¡No! ¡Suéltenme!
- ¡Rápido! Aumente la dosis.-indicó Suárez.-

De nuevo Portillo quedó inconsciente al sentir como aquél brebaje helado colmaba sus venas.

- Segunda secuencia enfermera.
- Lista doctor.

A continuación comenzó a tronar la sala ante los efectos torrenciales de lluvia y tormenta que despedían los aparatos cinematográficos apostados por todas partes.

- ¡Necesito que lo despiertes Ocaña! ¡Por amor de Dios!-gritó Suárez.-
- Lo intento amigo, lo intento. Pero su corazón se está viniendo abajo con la nueva dosis.
- Inyéctele Sualvina 600. Pero recupérele por lo que más quiera.
- Ya. Ya parece que vuelven sus constantes a rendir.
- Bien, enfermera prosiga.

Las imágenes se volvían a disparar. Y en esta ocasión un carrusel de fotografías de su época estudiantil se cruzaba con las de mujeres conocidas ligeras de ropa y con los interrogatorios ficticios de rudos carceleros que lo golpeaban con porras y látigos sin piedad alguna.

Con la mirada perdida por completo volvió a revolverse en el sillón dando tremendos alaridos de desesperación.

- ¡Lo perdemos doctor! el encefalograma es preocupante.-dijo la enfermera.-
- ¡más sualvina Ocaña! ¡más sualvina!-volvía a gritar Suárez.-
- Lo tengo, se vuelve a recuperar…”

mari dijo...

Hola compañeros,si teneis tiempo entre fiesta y fiesta,porque con 5 minutos hay suficiente!!!!
pasaros por el perfil de Cristian,
vale la pena ha creado un blog.

Un beso...

suggar dijo...

me desjas igual que portillo, sin aliento y el corazón en vilo.¡ me va a dar un ataque!

salmorelli dijo...

“… - ¿Cómo va todo? – pregunto Lastrux por le interfono.-
- Está siendo muy complicado señor. Las constantes vitales del sujeto han sido dañadas por intervalos, pero la información que nos envían los procesadores conectados a su cerebro nos permite comprobar que todo va grabándose en su mente como podíamos esperar.- aclaró Suárez.-
- Pues continúen. ¿Os queda mucho?
- No señor. Hemos sembrado en su perfil el sentimiento de culpa y vamos a pasar a corregir su extremada arrogancia y su desinhibida virilidad.

De nuevo los doctores se acercaron a Portillo e indicaron a la enfermera que inyectara la última dosis. En esta ocasión el montaje de imágenes reflejaba titulares y más titulares de prensa en los que las críticas literarias escupían sin piedad todo tipo de despropósitos e insultos sobre su escritura. La velocidad aumentaba en la frecuencia y su corazón volvía a palpitar desmesuradamente. Otra vez imágenes del profesor asesinado y relatos de testigos lo apuntaban como culpable del delito. Imágenes de amigos, adquiridas por las redes de los secuestradores, eran tergiversadas con gestos de repulsa. Cristóbal, comenzó a temblar en el sillón y la enfermera avisó a los doctores.

- Doctor el encefalograma esta arrojando problemas en el sistema periférico y su frecuencia cardiaca es extrema.
- Tenemos que aguantar unos minutos más. ¡Sólo unos minutos más! –gritó Ocaña.
- Ya lo tenemos, un poco de Sualvina. –indicó el doctor Suárez.-
- Inyectado señor.
- Bien, démosle unos minutos de recuperación y terminaremos con el experimento de una vez por todas.-apostilló Suárez.-

Pasados esos minutos de rigor, Ocaña advirtió a los presidentes de aquél bochornoso acto que podían abandonar el palco porque sólo quedaba el ataque al sistema sexual del secuestrado y podía parecer demasiado morboso el que continuaran allí.

El Duque, comprendió que era mejor ausentarse de aquella escena del experimento y en compañía del marqués De La Vega marchó a una sala anexa en la que tomar apaciblemente una copa para soportar la espera.

- Bien señorita, usted si lo desea puede ausentarse también.-dijo Ocaña a la enfermera.-
- No se preocupe por mí señor estoy bien.
- De acuerdo desátenlo y pásenlo a la habitación contigua.-indicó Suárez mostrando un gesto de aprobación al oír la contestación de su discípula.-

Acto seguido acostaron a portillo en una inmensa cama y lo ataron con esposas al cabecero de hierro forjado de la misma. La habitación con decoración rococó, parecía escapada de uno de los burdeles de lujo próximos al Moulin Rouge. Una música de cabaret envolvía el ambiente en el que fuertes perfumes franceses embriagaban desde la distancia aquella estancia.

- Enfermera aplique al paciente los hipnotizadores y reparta la droga por cómodas y mesillas. Lo que va a ocurrir ahora ya no requiere medicina, a no ser que nos avisen por el interfono de que algo va mal.- dijo Suárez a la enfermera mientras esta colocaba bandejas por toda la habitación repletas de cocaína, éxtasis y todo tipo de droga de diseño…”

mari dijo...

Estos poquitos son los que yo te agradezco de corazon SALMORELLI,mientras puedas no faltes a la cita,en dias como hoy
me valen mucho.

Sige asi heres el mejor!!!!!
Un beso...

Javier Benitez dijo...

Erase una vez un alumno que faltaba a clase jajajaja,maestro que sigo por aqui.

un abrazo.

salmorelli dijo...

“… - Por favor, caballero, ¿podría decirme dónde se encuentra la calle san Antonio de Padua? –Preguntó, Maria, a un señor, que leía el periódico apostado en una farola, al pasar por delante del Parador Nacional.-

- Faltaría más preciosidad, -contestó zalameramente- , cruza el Puente del Tajo, sin que te paren mucho para pedirte autógrafos y fotografías, y al bajar la cuesta, vuelve a preguntar por qué es una de las calles que queda a la izquierda.- añadió el galán sacando pecho al más puro estilo de chamberí.-

- Es usted muy amable, y tranquilo que pasaré de incógnita entre los turistas.- apostilló dedicando una bonita sonrisa aquél señor.-

Cuando todo estaba previsto, Suárez, indicó a la enfermera que bajase la dosis de Propinizaza y que lo dejase tan sólo bajo los efectos de los hipnotizadores. Consciente, pero en un estado aletargado, su aspecto era deplorable y parecía un drogadicto hasta las cejas de estupefacientes. Reía, atado en la cama y la música comenzaba a subir cuando se abrieron las dos puertas que comunicaban con aquel dormitorio y entraban unas señoritas de unas bellezas descomunales. Sus indumentarias se hubiesen pagado muy poco al peso, rubias, morenas, pelirrojas, blancas, mulatas, orientales, con poco pecho, con pechos exuberantes. De todo tipo, hasta formar una escudería completa de quince chicas, todas ellas diferentes.

- Bien chicas, qué os lo paséis bien y qué nuestro invitado no olvide estos momentos jamás en su vida. Tenéis todo lo que os gusta repartido por la habitación y un bar repleto detrás del cuadro grande del cabecero. Os recuerdo, que tampoco os paséis de rosca porque el Duque os espera a continuación para una fiesta privada de las suyas. Podéis comenzar. 45 minutos os quedan. –informó Ocaña a las chicas, para que comenzaran su parte del experimento.-


Todas se repartieron por el inmenso dormitorio y acudieron como abejas al panal a las diferentes clases de drogas repartidas por doquier. Unas al consumir pastillas y otras esnifando cocaína se fueron animando, mientras la mirada perdida de Portillo, se recreaba en el grandioso espectáculo, que para él resultaba, de ver a tantas mujeres desnudas y semidesnudas toqueteándose besándose junto a la cama que estaba atado.

- Doctor, ¿para qué estamos aplicando esta terapia?-preguntó la enfermera.-
- Pues realmente, no lo sé, señorita. Nuestra tarea era la de formatear el cerebro de este desgraciado, borrando y adjuntando a su historial lo que interesaba al Duque y los suyos.-argumentó Suárez- , pero el marqués De la Vega, que quede entre nosotros, es todo un cornudo, ha creído conveniente provocar un cólico de sexo a nuestro hombre, bajo los efectos de las drogas, esperando que aborrezca el vicio, que parece ser mantiene en vilo a más de uno de estos señores.
- Pero, ¿ esta prueba, médicamente no asegura tales efectos, no?- pregunto inocentemente la enfermera.-
- Mira, trabajamos para una gente que no anda bien de la cabeza, pero que nos pagan bastante bien. Nosotros proponemos los tratamientos y los ejecutamos.-dijo Suárez- Sí alguna vez tienen un capricho, como en éste caso y creen que llevan razón le seguimos la corriente y punto. Esta terapia que estamos aplicando no va a perjudicar absolutamente nada al tratamiento, y ellos quedan contento.
- Pero, ¿Y el sujeto? –volvió a preguntar la enfermera.-
- El sujeto, aun estando bajo los efectos narcotizantes, se lo va a pasar estupendamente. A no ser que sea homosexual.- rió el medico.- Pero la idea del duque de que va a aborrecer el sexo es totalmente descabellada…”

mari dijo...

No hay vastante con 1,2,3 tienen que ser 15,tienes una imaginacion que el Santo Raimundo te la proteja.

Un beso chaval....

LUPA dijo...

salmorelly no le estoy dejando notas para no interumpir sus relatos con tonterias. estoy entusiasmadisima es chevere del todo. un saludito mycar

mari dijo...

Salmorelli,un fin de semana muy largo para tan poco movimiento en tu blog.Venga inspirate y danos vidilla.

Totalmente descabellada y............"

Un besazo.

salmorelli dijo...

“… Cansada de llamar a la puerta del número 9 de la calle san Antonio de Padua, María, llamó a gritos, desde la mitad de la calzada, a Cristóbal, para ver si de esta manera le contestaba.

- Señorita, ¿porqué, grita tanto?- pregunto un vecino de pelo cano asomado a la puerta que lindaba con la casa de Portillo.-
- Disculpe, señor, estoy buscando a Cristóbal Portillo. ¿vive aquí, verdad?
- Sí. Cristóbal, vive aquí, pero quizás haya salido y por eso no atiende a su llamada, aunque bien es cierto que hace unas horas si que he oído ruidos de visita en su casa -contestó sonriendo el anciano.-
- Es extraño, por qué no atiende tampoco al teléfono.-aclaró María.-
- ¿Es usted familia o amiga de él, señorita? –preguntó con picardía el vecino.-

María, conocedora de la fama de don Juan de Portillo, intuyo a las primeras de cambio por donde iban los tiros de la pregunta en cuestión del vecino. Así que decidió intentar sacar información, que para eso había viajado hasta allí.

- Soy una prima suya de Barcelona, que hace tiempo que no le veo y venía a pasar unos días de vacaciones por Andalucía y quería darle una sorpresa al escritor de la familia.- contestó con presumida sonrisa.-
- ¡Ah, bueno! , entonces me tranquiliza usted. ¿por qué estará al tanto de la popularidad de galán que posee su primo, verdad?
- Hombre, claro que sí. Sino lo sabemos en su familia ¿quién lo va a saber?
- Entonces, guapa, permítame que le diga, que conociendo a su primo, como lo conozco, es muy seguro que esté dejándose querer en los brazos de una de esas ricachonas bien hermosas de las que conoce.
- Ojala, sea así. Porque me tiene completamente asustada. ¿me querría hacer usted un pequeño favor, caballero?
- Uno, y los que le haga falta. No se le podría negar nada a una mujer como usted.-contestó zalameramente.-
- Muchas gracias, es usted muy amable. Miré, sino por casualidad viera a Cristóbal, dígale que María ha venido a verle y que me hospedo en el Parador. ¿le importa?
- Le vuelvo a decir señorita, que será un verdadero placer. Y espero verla en otra ocasión, sí es que va andar por aquí unos días.
- Claro que si, amigo, claro que sí. Nos veremos -contestó la catalana al marcharse.-

El olor a sexo desmedido, mientras tanto, vencía al delicado perfume francés que había inaugurado la habitación, para el experimento del duque y los suyos. Portillo, era presa carnal para aquellas mujeres, que había sido contratadas para saciar sus necesidades sexuales. Unas lo besaban y lamían con ansias desatadas, mientras otras hartaban su locura extrema, provocada por los efectos de las drogas, con singulares números lésbicos, que excitaban hasta el extremo la lujuriosa y alterada mente del escritor.

En la sala contigua, los doctores habían dejado a cargo de cualquier imprevisto a la aplicada enfermera, que fisgoneaba por la entreabierta cortinilla de la ventana que daba acceso a aquél antro de perversión. La auxiliar, excitada por la escena que estaba presenciando, se vio sorprendida por el repentino retorno del doctor Ocaña.

- Señorita, ¿como va todo?
- Bien. Dijo tartamudeando.- No ha habido complicaciones doctor.
- Entonces, vaya a tomar algo que yo me quedo aquí.- le contestó sonriente, al percatarse cuando se cruzó con ella de la avidez de sus firmes pechos.
- De acuerdo doctor.- y bajado la cara ruborizada abandonó la sala.

Ocaña, tuvo también tiempo para comprobar a través de la ventana una maraña de cuerpos desnudos que cubrían el cuerpo tembloroso de Portillo, que en la medida que podía moverse en la cama era el protagonista de aquella femenina orgía. Pasados unos minutos ordenó por el interfono a las chicas que saliera, porque aquella particular fiesta había terminado. Todas se fueron retirando recogiendo sus diminutas prendas, menos una morena que continuaba, completamente endemoniada por el éxtasis, refregándose con el cuerpo de Portillo.

- ¡Señorita! –Gritó Ocaña.- Le he dicho que la fiesta ha terminado.
- Bueno cariño, la fiesta de Lastrux ha terminado. Espero volver a verte.- dijo con voz melosa al escritor, que estaba a punto de perder la conciencia, mientras besaba su boca y se incorporaba para marcharse con las otras… “

salmorelli dijo...

“… -Hola, buenas tardes, necesito una habitación.- dijo, María, al recepcionista del parador.-
-¿Para, cuántas noche, señorita?
- En principio, para hoy nada más, ¿habría algún problema si tuviera que ampliar mi estancia?
- Un momentito, que enseguida se lo confirmo – contestó el hotelero mientras comprobaba el planning en su ordenador.- No habría problemas, entre semana, solemos tener menos ocupación y disponemos de habitaciones libres.

María, subió a su habitación y tras cerrar la puerta se dejó caer en la cama mirando absorta la decoración de la misma. Hubiese sido tan diferente alojarse en un lugar tan idílico cómo aquél en otras circunstancias, que no era capaz de disfrutar ni tan siquiera de las vistas al espectacular Tajo de Ronda.

Al mismo tiempo, en el sobrio palacete, continuaban reunidos los doctores, con el Lastrux y De la vega.

- Señor Duque, hemos reconocido a Portillo y se encuentra en una situación deplorable.- Dijo Suárez.-
- Pero, ¿a qué se refiere, doctor? – preguntó el marqués.-
- Toda ésta historia se nos ha ido de las manos. Nosotros contábamos con una primera parte del experimento, qué podíamos controlar. Accedimos a llevar a cabo vuestra propuesta del ataque sexual al paciente, pero no calculamos bien los efectos nocivos que han surgido de la mezcla de la propinizaza aplicada y las drogas que las chicas han hecho ingerir a Portillo.-argumentó el médico.-
- Bien, ¿y que nos recomiendan? –preguntó Lastrux.-
- Les recomiendo, que devuelvan a éste hombre a su domicilio y que sea lo que Dios, quiera.
- Pero, ¿y el experimento? – preguntó preocupado De la Vega.-
- El experimento, si sobrevive, será exitoso. No tenga la menor duda, pero es mejor quitarse el marrón de encima y no dejar huellas.-apostilló Ocaña.-
- De acuerdo, así se hará. No se hable más. De la Vega, haga llevar a éste hombre a su casa y disolvamos la asamblea, no quiero tener problemas.- ordenó Lastrux.-

Escrupulosamente la enfermera lavó el cuerpo del escritor y los gorilas del marqués lo montaron en el automóvil, para devolverlo a su domicilio y limpiar todo tipo de huellas, ya que habían estado trasteando, horas antes en él, en busca de escritos y documentos comprometedores sobre su escritura...”

LUPA dijo...

No le adivino, como prepara el final de ésta historia. Pero deberías publicarla, es estupenda.

mari dijo...

Espero que no estes pensando ya en el final,por que esto promete y mucho.

GRACIAS.

salmorelli dijo...

“… -Realmente, De La Vega, ¿cree que no tendremos problemas con éste asunto de Portillo?- preguntó Lastrux lleno de desconfianza y rascando su barba.-
- Debe estar tranquilo señor Duque, nuestros hombres son los mejores en estas tareas. Además, en el remoto caso de que le sucediera algo a ese imbécil, a nadie extrañaría que fuese como consecuencia de una de sus juergas. Hágame caso y olvídese de éste tema hasta que convoquemos otra asamblea.-aseveró De la Vega.-

Después de cenar, María, decidió dar un paseo y volver a pasar por casa de Cristóbal Portillo ya que era incapaz de meterse en la cama sin probar de nuevo suerte. A su paso, por la misma, le dio un vuelco el corazón al comprobar que la puerta del escritor se encontraba encajada. Al ir a empujarla, un mal presentimiento llenó de escalofríos su cuerpo.

- ¡Señorita! – Gritó el viejo vecino desde su balcón.- ¿de nuevo por aquí?
- Sí, perdone que no me entretenga, pero creo que mi primo ya está en casa.
- Tranquila mujer. Yo, es que no he tenido ocasión de darle su recado.
- No se preocupe, muchas gracias de todas formas.- contestó María adentrándose en la casa presa de los nervios.-

Todo se encontraba a oscuras y un silencio sepulcral transmitía una sensación fría que hacía temblar a la catalana. A tientas, dio con la llave de la luz que iluminó una bonita lámpara de forja que colgaba del techo del zaguán y se dio de frente con una cancela cerrada a cal y canto, que daba paso al resto de la vivienda. Tras varios intentos vanos para abrirla a la vez que gritaba el nombre de su amigo. Descubrió una vieja llave escondida en una maceta de pilastra que decoraba el rincón de junto a la cancela. Temblorosa acertó a meter la llave en la cerradura y consiguió abrirla.

- ¡Cristóbal! ¡Cristóbal! , por amor de Dios contéstame.- clamaba sollozando ante sus malos augurios.-

Tras recorrer en la planta baja salón, cocina y una pequeña sala de estar. No encontró ni rastro del escritor.

- ¡Cristóbal! – continuaba gritando mientras subía las escaleras de dos en dos peldaños.-

Al llegar el descansillo de la planta alta se topó con cuatro puertas cerradas que recibían en el mismo. Al abrir una de ella se encontró con el despacho y biblioteca de Portillo. De un rápido vistazo llamó su atención lo revuelto que parecían los papeles y libros del escritor, con lo pulcro y ordenado que era en sus escritos. También le pareció extraño que no hubiese ordenador por ninguna de las mesas y que si estuvieran algunos cables colgando de los enchufes.

Al continuar su ansiosa búsqueda abrió la puerta contigua y un fuerte y desagradable olor la echó para atrás. Como pudo y tapándose la nariz se adentró en aquella habitación y encendió la luz.

- ¡Cristóbal, por Dios! .- gritó acercándose rápidamente a él.-

El escritor, estaba inconsciente sobre la cama rodeado de vómitos y con un aspecto completamente deplorable. Tras zarandearlo, temiéndose lo peor, Cristóbal tosió y con la mirada completamente perdida arrojó de nuevo una balsa que ensució el brazo con el que María incorporaba su cabeza.

- ¿Qué te han hecho, amigo? ¿Que te han hecho? –preguntaba le llorando sin encontrar respuestas.-
- ¡Señorita! .-gritó el vecino desde el descansillo.-
- ¡Suba, por Dios! ¡Suba! –suplicaba María.-
- Lastrux .-murmuró levemente Portillo.- …”

salmorelli dijo...

“… -¡Madre de Dios! –exclamó el vecino al verlo en tal lamentable estado.-
- Corra y llame a un médico, Cristóbal está muy mal.

Con rapidez acudió una ambulancia de emergencias y trasladaron al escritor al Hospital Comarcal, tras varias horas de espera, los médicos llamaron por megafonía a los familiares de Cristóbal Portillo.

- ¿Son ustedes familiares del señor Portillo? – preguntó la doctora a María y al anciano.-
- Si señorita, yo soy Matías Castaño, su vecino, y ella es María, prima del enfermo. – Contestó con gentileza.-
- Bien, a ver por donde empezamos, por qué no se si están al tanto de las adiciones del paciente.
- Por favor, no dé más rodeos. Estamos al corriente de todo. -dijo María.-
- ¿De que adiciones habla? Preguntó asombrado Matías.-
- Se refiere a las juergas de su amigo, cállese.-dijo María, para callar al viejo.-
- De acuerdo. En las analíticas que hemos realizado al enfermo, presenta un cuadro múltiple por sobredosis de drogas de uso común, pero a la vez hemos detectado en su sangre una sustancia desconocida hasta el momento para nosotros. Si bien pudiera tratarse de uno de esos narcóticos de diseños, que están a la moda. No lo tenemos catalogado hasta el momento.-explicó la doctora.-
- Pero, ¿él está bien?
- Sí caballero, su vecino está fuera de peligro. Le hemos aplicado un lavado de estómago y lo estamos tratando para ver como evoluciona. Si en 24 horas va reaccionando, como esperamos, nos platearíamos el pasarlo a plata e incluso el darlo de alta.
- Gracias, doctora, no sabe como nos tranquiliza sus palabras. Nos lo encontramos en tan malas condiciones, que creía que se nos moría allí mismo.-dijo María, agarrando su mano.-
- Le puedo asegurar, María, era su nombre ¿verdad? –preguntó mientras asentía ésta con la cabeza.- que usted ha salvado la vida de su primo. Si no llegamos a cogerlo a tiempo, para limpiar los residuos de drogas encontrados en su organismo, no le quepa la menor duda de que estaríamos hablando en otros términos.
- Gracias a Dios.-dijo Matías.-

María, convenció a Matías para que se marchara a descansar a su casa ya que se encargaría ella de esperar las posibles novedades que fueran surgiendo. El vecino a regañadientes accedió más que nada por qué tenía que sacar a sus perros, que eran la única familia que poseía. Al cabo de unas horas llamó a la redacción del periódico en el que trabajaba, para avisar de que se iba a coger unos días de vacaciones de las que aún tenía pendientes.

A la mañana siguiente a eso de las 10 de la mañana volvieron a avisar por megafonía. En ésta ocasión la doctora, por su rostro, parecía traer mejores noticias.

- Buenos días, María.
- Buenos días, doctora. ¿Qué se sabe?
- Bien, bajo mi juicio ha salido por completo de todo peligro. Analíticas, radiografías y otros estudios están completamente normales.
- Entonces, ¿Se puede venir a casa? –preguntó, María, esperanzada.-
- Déjeme terminar, porqué todo nos resulta muy confuso. Los resultados de la pruebas, como le he dicho, son todos completamente normales. Pero, el paciente, aún estando consciente parece estar en un estado de amnesia muy extraño.
- ¿Amnesia? ¿no recuerda nada?
- Tampoco es eso, más bien es una amnesia parcial. Curiosamente, recuerda donde vive, como se llama y un sin fin de datos personales, pero no sabe a que se dedica, ni si esta casado y lo que más nos ha llamado la atención es que no deja de preguntar que si está en la cárcel. ¿Ha estado en la cárcel alguna vez? – preguntó a María.-
- ¿en la cárcel? , que yo sepa no.-contestó dubitativa.-
- ¿Qué usted sepa? ¿no es su prima? –preguntó la doctora arqueando sus cejas.-
- Si, claro –titubeo- Pero yo vivo en Barcelona y nuestro contacto es mínimo. Si acaso nos vemos cada x años o nos llamamos por teléfono, para felicitarnos las navidades. El que yo haya venido por aquí es completamente casual.
- Pues bendita casualidad. En fin, que nosotros preferimos pasarlo a planta y realizarle un estudio más minucioso; una resonancia magnética y un tac cerebral, serán esenciales para explorar su cabeza.
- De acuerdo, si ustedes lo ven mejor así, no hay más que hablar. ¿puedo verlo?
- Sí, en cuanto esté instalado en su habitación le avisaremos, para que pueda subir a verlo.
- Gracias, por todo doctora, es usted un ángel.-contestó María.-
- No hay de qué, María, y rece para que podamos recuperar a su primo, por qué sería una lástima que Ronda perdiese a un escritor de su talla…”

mari dijo...

MAMMA MIA!!!!!
Estoy con takicardias.
Pobre Maria,seguro que ni se acuerda de su prima,que injusticia.

Muy bueno...

salmorelli dijo...

“… - Pasen, pasen.- dijo De la Vega a los doctores Suárez y Ocaña.-
- Con su permiso, Marqués.-contestó Suárez.-
- Tomen asiento, señores. Para empezar me gustaría, una vez más, que sean ustedes lo más discreto posible, porque el tema que vamos a tratar es muy delicado.
- Usted dirá.-dijo Ocaña.-
- Miren, hemos recibido noticias desde nuestros servicios de inteligencia acerca del estado de salud de Portillo y aunque permanece ingresado en el Hospital Comarcal de Ronda, nuestro infiltrado en aquél lugar nos ha transmitido que nuestro “experimento” ha sido todo un éxito por el momento.
- Pero, díganos ¿cual es su estado?-preguntó Suárez.-
- Óigame, Suárez, ese estúpido de Cristóbal Portillo no recuerda ni tan siquiera que ha sido escritor. ¿no es estupendo? –preguntó riendo a carcajadas el marqués.-
- ¿sabe si han realizado un estudio minucioso de su mente?
- Tranquilo, Ocaña, al parecer faltan algunas pruebas por realizarse, pero anda todo el cuadro médico como loco en busca de identificar vuestro mejunje, y no dan con el. Sólo saben que ingresó hasta las cejas de drogas y que reacciona de una manera algo extraña ante cierto tipo de preguntas.
- Bien, entonces parece ser que hemos cumplido con nuestra misión, ¿no es así? Porque realmente creíamos que se nos moría.
- Suárez, han cumplido a la perfección. Han dejado a ese mal nacido con un pasado y un presente bastante oscuro y con un futuro muy desalentador, que es lo que yo buscaba. Sí se hubiese muerto no pagaría todo lo que yo creo que debe de pagar. Ha sido todo un éxito.
- Entonces, señor marques, nuestra tarea ha terminado ¿verdad?
- De eso quería yo hablarles y para eso también os he reunido. Apostilló de la Vega.-
- Usted, dirá. -Dijo Suárez.-
- Quiero comprarles su pócima.-Dijo, poniéndose en pie apoyando las palmas de sus manos sobre el escritorio.-
- Señor De la Vega, ya le dijimos al señor Duque qué no estaba en venta y qué nosotros administraríamos siempre nuestro inventó a cambio de las cantidades que pactamos. Sabe, que nosotros nunca vamos a traicionarlos pero como verdaderos científicos que somos no queremos que se llegue a comercializar la Propinizaza sin nuestro consentimiento.-argumentó el doctor.-
- Veo, qué no me ha entendido. Le duplico la propuesta de Lastrux y se la compro yo.-contestó mirando fijamente a los ojos de galeno en jefe.-
- ¿Pero?
- No hay peros que valga. Y saben de sobra con que armas me defiendo yo, si esto sale de este despacho serán carnaza para mis hombres.- dijo dando un golpe sobre el escritorio.-
- Pero, ¿Y el Duque?-preguntó el doctor Ocaña.-
- Lastrux, no tiene porque enterarse de nada. El seguirá pensando que manda sobre todos nosotros hasta que yo consiga los apoyos necesarios para comandar ésta nave. Pero ustedes siempre acatarán mis instrucciones por encima de todo. ¿Lo entienden ahora?
- Perfectamente, señor. Ante la suculenta propuesta que nos ofrece es imposible decir que no. Además, nosotros estamos al margen de vuestras disputas internas. Aceptamos.-dijo Suárez.-
- Muy inteligente, doctor, por su parte. En cuanto al asunto de Portillo os rogaría que lo olvidaseis de momento y que guardéis el más absoluto silencio, incluso entre ustedes. Su fama es muy popular y creo que se va a formar un gran alboroto en torno a su persona. Si viéramos algún cambio en su actitud, ya tomaríamos medidas. ¿De acuerdo?
- Lo qué usted ordene señor. Una pregunta, ¿vive sólo este hombre?
- Parece ser que hay una primita suya que lo está atendiendo en el Hospital, pero de una manera transitoria. Ese esbirro es un alma solitaria, que sólo se socializa cuando necesita las mujeres de los demás…”

salmorelli dijo...

“…-¿Puedo pasar? .preguntó María, golpeando con los nudillos en la puerta de la habitación.-
- Adelante, -contestó la doctora, qué ultimaba el acomodo de Portillo en la misma-
- ¿Cómo sigue, Cristóbal?
- Aquí tiene a su primo, parece ser que evoluciona formidablemente y qué en el momento que tengamos los resultados de las últimas pruebas se podrá marchar a su domicilio.-contestó la doctora.- ¡Cristóbal! , despierte, qué tiene usted visita.

Levantando los párpados lentamente y algo desorientado fijó su mirada en los ojos de María.

- María, ¿has venido a verme? .-preguntó con poca voz.-
- Claro, que sí Cristóbal.
- ¿Y quién te ha dicho que estaba en la cárcel?
- No estás en la cárcel Cristóbal, estás en el hospital.- contestó cogiendo su mano María.-
- ¿En el hospital?- preguntó asombrado.-
- Sí, en el hospital. Has estado muy grave, pero gracias a Dios te estás recuperando.
- Bueno,-intervino la doctora.- os dejo solos, pero no me lo agobie con demasiadas preguntas. Es mejor que descanse todo lo que pueda, para su recuperación.
- No se preocupe doctora y gracias por todo.
- ¿Dónde estuviste ayer Cristóbal?
- ¿Ayer? , no lo recuerdo. Pero ¿de verdad qué no estoy en la cárcel, María?
- No, de verdad, Cristóbal, créeme, no estás en la cárcel. ¿Por qué lo preguntas?
- Porque, he matado a un hombre, María.- contestó en un duermevela, que lo dejó de nuevo dormido.-

María, acercó una silla a su cama y volvió a agarrar su mano a la espera de que volviese a despertar. Transcurridos unos minutos, los sueños de Portillo lanzaban palabras incoherentes acompañadas reiteradamente por el nombre de Lastrux.

La periodista, intentaba hacer memoria y prestaba la máxima atención, para engarzar ese curioso nombre con algún otro dato que arrojase balbuceando el escritor. Pero pasaban las horas y no conseguía captar ninguna pista. Al poco tiempo se personó en la habitación, Matías, cargado de una bandejita de dulces, para el enfermo.

- ¿Cómo está mi vecino preferido?-preguntó el anciano.-
- No grite, Matías, que lo va a despertar usted.-dijo María.-
- Pues eso es lo que quiero yo, que se despierte para echarle una regañina por el susto que nos ha dado.
- No diga barbaridades, hombre de Dios. Cristóbal esta enfermo y lo que necesita es descansar.-contestó en plano protector la periodista.-
- No se enfade usted conmigo, niña guapa. Qué hemos pasado un gran susto junto.
- Yo no me enfado, Matías, perdóneme usted.-
- ¡Matías! – exclamó Portillo sonriente.- Mi viejo amigo.
- ¡Ole mi niño! Ese pedazo de escritor al que no puedo dejar sólo.
- ¿Tú, también has venido a verme a la cárcel?
- Ya quisiera la cárcel tener unas enfermeras como las que se ven por esos pasillos.-contestó Matías guiñando un ojo a su vecino y sin comprender su pregunta.-
- Cristóbal, estamos en el hospital. Por favor, no digas más qué estás en la cárcel.-dijo María, poniendo la mano en su frente.-
- ¿Dónde estuviste ayer sinvergonzón? –volvió a preguntar Matías.-
- No lo sé, Matías, no lo recuerdo.
- Habría buenas mozas, no bribón.
- ¿Quién es Lastrux, María?-preguntó el escritor.-
- No lo sé amigo. Tú no dejas de repetir ese nombre en sueños, pero no sé quién es.
- Entonces, ¿estoy en un hospital?
- Qué sí vecino, que estás en el hospital. Valiente cantinela has pillao.
- ¿Qué, me ha pasado?
- Al parecer ingeriste más drogas de la cuenta y casi te mueres.
- ¿Drogas? , pero si hace años que no tomo ni un simple porro, María.

Con preguntas que iban y venían pasaron varias horas hasta que el sueño volvió a rendir a Portillo. A la mañana siguiente, la doctora, informó a María de que los resultados de las pruebas eran completamente normales y que continuaban sin entender la amnesia parcial que padecía el escritor.

El equipo médico había decidido, como parte del tratamiento, que era mucho mejor que el paciente volver a su casa para recordar cosas una vez instalado en su hábitat. María, la tranquilizó diciéndole que pensaba quedarse unos días con él para ver su evolución y si surgía algún contratiempo lo llevaría rápidamente al hospital o la avisaría por teléfono. Matías, también aportó su granito de arena al indicar a la doctora que el supervisaría todas las pautas que tuviera que seguir su amigo…”

salmorelli dijo...

“… - Menos mal, Matías, que te encargaste de la limpieza del dormitorio de Cristóbal.- dijo María.-
- Faltaba más señorita. Ahora, espere usted con él, que yo me voy a encargar de hacer de comer un pucherito en mí casa para los tres y vuelvo enseguida.-contestó el vecino.-
- Muchas gracias.-dijo María volviendo al dormitorio para dar una vuelta a su amigo.-
- ¿Cómo estás, Cristóbal?
- Me encuentro raro, María. No sé que me ha ocurrido, ni por qué tengo estas sensaciones tan extrañas. Y otra cosa, ¿cómo es qué estás tú por aquí?-preguntó Portillo.-
- Ya sabes, qué tengo muy presente en la vida mis sueños. Y resulta que en uno de ellos tú desapareciste de la faz de la tierra. Cuándo desperté todo parecía que se había hecho realidad.-dijo respirando hondo.- Ha desaparecido hasta tu blog, Cristóbal. Te lo puedes creer.
- ¿Mi blog? , ¿de qué me hablas?
- De tu blog.
- ¿yo tengo un blog?
- Cristóbal, no me asustes, tu blog es de los más seguidos en la red. Todo lo que escribes es un éxito que fielmente siguen cientos de seguidores.
- Por Dios, María, ¿me estás diciendo que yo escribo en un blog?
- En un blog y donde haga falta, Cristóbal. Tú eres un gran escritor.-contestó preocupada, María.-
- ¿Qué, me pasa en la mente? , no recuerdo nada de eso. Sólo martillea mis pensamientos un cargo de conciencia tremendo, por haber matado a un hombre.
- ¿Qué me estás contando amigo? ¿A quién has matado?
- A un viejo profesor, a don Gustavo. El profesor de literatura.
- Pero, ¿cuándo?
- Hace mucho tiempo, pero no sé si he estado en la cárcel, si me he fugado de ella o si aún me están buscando por ese tremendo asesinato.-contestó frotándose la frente.-
- Cristóbal, no le des tantas vueltas a la cabeza qué aún estás convaleciente y no te viene bien. Óyeme, tú ni has estado en la cárcel ni te has escapado de ella, y en cuánto a esa muerte a la que te refieres, no te preocupes que yo la voy a investigar para aclararte toda esa historia. Por qué, soy periodista, te acuerdas de eso ¿verdad?
- Claro qué sí, y de las mejores.
- Tú no te preocupes por nada amigo, que yo voy a ser tú memoria hasta que salgas de esto. Dentro de un ratito estará aquí, Matías, que está haciendo un puchero para los tres, verás qué bien te sienta.
- Mí viejo vecino el escritor. Matías, es un verdadero amigo, María.- contestó Portillo.-
- ¿Escritor? , ¿Matías, es escritor?
- Claro, qué es escritor. De eso sí estoy seguro, no estoy tan loco, como para olvidar eso.
- No claro, qué no, -contestó riendo María.- Es que no sabía, qué se dedicaba a escribir.
- Ya hace años qué no lo hace. Desde qué murió accidentalmente su mujer decidió no volver a escribir, pero era muy bueno, sabes. Era uno de esos qué dejan huella y que molestaba a los señoritingos con sus pensamientos. Un fuera de serie, María.
- Vaya, dos portentos viviendo puerta con puerta.
- ¿Dos? , voy a tener qué pensar que dices en serio lo de mí profesión…”

mari dijo...

Por el camino que esta tomando la historia,tengo la sensacion que vamos a sufrir vastante con los recuerdos y no recuerdos de Portillo.Pero me encanta,es lo que tiene una buena historia de intriga,
en vilo hasta el final.

Un beso...

annasunn dijo...

Hola ya he vuelto!Unos días sin seguirte y valla si ha avanzado la historia,se está poniendo muy interesante,sigue así.
Un besote.

salmorelli dijo...

Ole, mi hermanita. Ya se te echaba de menos. ¿y la rubia?

salmorelli dijo...

“…Matías, llevó complacido el almuerzo para los tres y tras una agradable sobremesa el sueño venció a Portillo de nuevo, qué aún necesitaba mucho de un sueño regenerador para aliviar sus lagunas mentales. El viejo vecino y María se la pasaron conversando junto a la chimenea del pequeño salón de la planta baja al refugio de una buena taza de café y unos pestiños, qué había llevado también, Matías.

- ¿No sabía, qué usted era escritor, Matías?
- Ni lo soy.-contestó el vecino bebiendo un poco de agua.-
- ¿Cómo? Entonces, se debe tratar de otra de esas malditas lagunas de Cristóbal.
- Tampoco es eso señorita. Si es cierto, qué yo me dediqué a escribir durante unos años, pero de eso hace ya mucho tiempo y actualmente vivo de la renta y de las herencias de mis antepasados. ¿No le parece estupendo y mucho mejor?
- Desde luego me parece maravilloso, pero Cristóbal dijo que usted lo hacía realmente bien y qué tenía infinidad de seguidores.
- Le vuelvo a repetir, qué de eso hace muchos años y me gustaría que dejásemos la conversación. Y usted, ¿A qué se dedica?
- De acuerdo, perdóneme si le he molestado, no ha sido esa mi intención. Yo soy periodista. Periodista, en un periódico de Barcelona.
- ¿De qué periódico? – preguntó interesado Matías.-
- Soy, redactora del “Nou indiscret”. Un periódico sensacionalista que lleva en la calle aproximadamente dos años. Anteriormente hice mis pinitos escribiendo pequeños artículos para el Periódico de Cataluña, pero me canse. Necesitaba algo qué me permitiera viajar, investigar y escribir en la mayoría de los casos sobre lo que me gusta.
- Pues, si es extraño encontrar a un escritor qué escriba libremente, más difícil es aún encontrar a un periodista que lo haga.-contestó Matías sonriendo.-
- Pues está usted ante una de esas pocas personas, se lo puedo asegurar. Y cambiando de tema, ¿conoce usted por causalidad a un tal Lastrux?
- ¿Lastrux? No ¿por qué? –preguntó cambiando su semblante Matías.-
- Cristóbal, no deja de mencionar ese nombre desde que lo encontramos maltrecho.
- Quizás habrá querido decir otra cosa y usted no lo ha entendido.-contestó el vecino queriendo distraer la atención de la periodista.-
- No, estoy segura de que repite ese nombre sin cesar. Y le digo otra cosa, Matías, todo lo que le ha pasado a Cristóbal es demasiado extraño y no sé si debemos acudir a la policía.
- ¿A la policía, señorita?
- Sí, ha oído bien. Mire, su despacho está todo revuelto y falta su ordenador. Sus escritos de Internet han desaparecido y yo pondría mi mano en el fuego de que nuestro amigo no se droga. Todo parece una trampa.
- Usted, no es su prima, ¿verdad, María?
- No, Matías, no soy su prima. Soy una buena amiga suya muy aficionada a sus escritos.
- ¿Y donde la llevan sus conclusiones de periodista?
- A Cristóbal, lo han intentado matar. No me cabe la menor duda…”

sueños dijo...

Continúa contentame su escrito Tomás, no sólo no se desinfla sino qué la trama aumenta y pone en tela de juicio las posibles soluciones finales del relato.

salmorelli dijo...

“… María salió de casa de Portillo, dejándolo a cargo de Matías, para pagar su factura y recoger el equipaje dejado en el Parador, y alojarse los días que fuesen necesarios en casa del escritor.

A su regreso el vecino le dijo que había dejado cena en la cocina para los dos y que no lo esperasen a él para cenar, porque tenía una reunión con viejos amigos. María le agradeció el gesto y le explicó qué no debía molestarse tanto con el tema de las comidas.

La periodista, deseosa de resolver el misterio qué envolvía aquella situación, se sentó en el despacho de Cristóbal y conectó su portátil en busca de soluciones para sus preguntas. Trasteó en buscadores el nombre de Lastrux, sin encontrar respuesta, pero sí tuvo más suerte con la búsqueda del nombre de su amigo Matías.

Aunque no halló, escritos de los que había tildado, Portillo, de comprometedores, sí que encontró algunos relatos qué habían sido premiados en diferentes certámenes y concursos literarios de primer orden. Preciosos escritos costumbristas y novelas de acción, qué se habían vendido como rosquillas en todas las librerías.

Ahondando, en aquél personaje, encontró conexión con el seudónimo de otro escritor, el “Conde del Tajo”, qué sí que era mucho más conflictivo en sus escritos. Todo apuntaba a qué Matías Castaño y el “Conde del Tajo, eran la misma persona. El último libro publicado por Matías estaba fechado en el año 1970 y por lo contrario el último escrito del “Conde del Tajo” estaba datado en el año 1975.

- ¡María! –gritó desde su dormitorio, Portillo.-
- Dime, Cristóbal, ¿necesitas algo?-contestó la catalana apresurándose en llegar a su habitación.-
- Sí, amiga, necesito qué me ayudes a recuperar mi persona. No sé lo qué me está pasando, pero tengo que salir de éste pozo.
- Claro, qué te voy a ayudar Cristóbal. ¿Qué, quieres qué haga?-le preguntó la periodista sentándose a los pies de su cama.-
- Quiero que busques información acerca de la muerte de don Gustavo Illanes.
- Pero, ¿ese hombre no es el que fue tu profesor de literatura?
- Correcto, periodista. Ese es el hombre al que creo que maté.
- No vuelvas a decir eso Cristóbal, tú no has matado a nadie.-afirmó María.-
- Bueno, busca información qué es lo tuyo amiga mía. Tenemos qué resolver ésta historia de una vez por todas.
- Sí, pero descansa, que cómo sigas dando vueltas a esa loca cabeza vas a recaer.

María, volvió a su ordenador y continuó tomando notas sobre la vida de Matías. Escudriñando en los buscadores de sucesos encontró un articuló que llamó mucho su atención; “El 15 de Noviembre de 1975, Mercedes Cruz, señora del escritor rondeño Matías Castaño, fallece en un espectacular incendio acaecido en la casa de campo del escritor…” Más abajo, enlazando con otra página, localizó el siguiente articulo; “Tras la averiguaciones realizadas y tomar declaración a varios testigos, el juez del juzgado numero 2 de Málaga ha cerrado el caso del fallecimiento de doña Mercedes Cruz al no encontrar pruebas que incriminen a su esposo don Matías Castaño…”

salmorelli dijo...

“… - Cristóbal, ¿qué sabes de la vida de Matías?
- ¿Por qué, lo preguntas?- contestó el escritor.-
- He estado haciendo averiguaciones sobre su vida y me he topado con la noticia de que estuvo a punto de ser procesado por la trágica muerte de su esposa.
- No es que yo sepa mucho de su vida, pero según tengo entendido todo fue una mala instrucción del caso y desde entonces no levanta cabeza el pobre Matías.
- Pero, ¿por qué quisieron incriminarlo?
- Ya te digo, qué lo que sé es todo de oídas porque él elude ese tema cada vez que se ha terciado. Ten en cuenta, amiga mía, qué nosotros éramos unos niños cuándo sucedió esa historia. Sólo sé que se demostró que el incendio fue intencionado y que Matías permaneció en paradero desconocido al menos una semana, por éste motivo la Justicia creyó que el había sido el culpable de la muerte de su esposa.
- ¿Y con quién podríamos hablar para informarnos de algo más?
- Pero, que te pasa María, ¿a qué viene tanto interés por la vida de mi vecino?
- Óyeme, Cristóbal, también he intentado encontrar alguna información sobre ese tal Lastrux, al qué tanta referencia haces.
- ¿Lastrux?, sí dime ¿has encontrado algo?
- Déjame terminar, impaciente.-dijo sonriendo María.-
- Perdona, catalana sabelotodo.
- Resulta, que hasta el momento no he encontrado absolutamente nada, pero cuándo pregunté a Matías si lo conocía, manifestó cierto nerviosismo al negar que lo conociera. Creo, Cristóbal, que tu vecino esconde algo sobre ese desconocido, qué me preocupa.
- ¿Qué, conjeturas estás sacando María?
- Mira, escritor, soy periodista de investigación desde hace 15 años, y soy de las mejores ¿sabes?
- Ole, la modestia aparte.-contestó riendo Portillo.-
- Si, tú ríete, ¿pero no es mucha coincidencia que el último escrito de Matías se publicara dos días antes de la muerte de su esposa?
- Ahí te equivocas tú, amiga mía. Castaño dejó de escribir varios años de la muerte de su mujer.
- No me equivoco, Cristóbal. Matías dejó de escribir con su nombre varios años antes del suceso, pero continuó escribiendo bajo seudónimo algunos años más.
- ¿Bajo seudónimo? –preguntó contrariado.-
- Sí, Matías es también el “Conde del Tajo”. –apostilló María.-
- No puede ser. El “Conde del Tajo” fue perseguido por la censura de Franco durante años y sus escritos se consideraron subversivos por la mayoría de las editoriales de la época.
- ¿Y cómo han sido considerados los tuyos, Cristóbal?
- ¿Los míos? , te vuelvo a repetir qué no sé ni a que me dedico, María. Tú te empeñas en decir qué soy escritor, pero no recuerdo haber enlazado dos palabras juntas en mi vida.-contestó preocupado.- …”

salmorelli dijo...

“… - Hombre, Matías, ¿cómo, tú, por mi oficina? –Preguntó con desparpajo Raimundo Varcárcel, viejo escritor de su quinta afincado también en Ronda, aunque nacido en Cádiz.-
- Buenas tardes, o mejor dicho buenas noches, Raimundo.
- Buenas noches, ¿qué te trae por aquí?
- Pues nada, amigo, paseaba por ésta zona y me dije ¿cómo estará el bueno de Varcárcel?
- Me alegra muchísimo, que hayas decidido visitarme después de tantos años. Espera, qué cierre el ordenador y nos bajamos a tomar una copa, ¿te parece?
- Estupendo.-contestó, Matías, mostrando una fingida sonrisa.

Al entrar en la taberna Los Capeas, ubicada en la calle virgen de la Paz frente a la Alameda, Matías, recordó la de veces que había compartido tertulia con Raimundo en aquél lugar, para hablar de los proyectos del uno y del otro. En la mesa del rincón que daba a la Alameda ayudó a Varcárcel a terminar la novela “El burladero helado”, con la qué ganó el premio Letras de Oro y qué lo catapultó a la fama fuera de las fronteras españolas. Habían sido tan íntimos amigos, que le daba verdadera lástima encontrarse con él en la actualidad cómo si fuera casi un desconocido, pero habían sucedido demasiadas cosas cómo para continuar unido a él.

- Niño, pon dos cervecitas aquí a los amigos.-indicó Varcárcel al joven camarero, qué corrió para servirlo al saber qué se trataba del cliente qué mejores propinas dejaba en la taberna.- Bueno, ¿qué me cuentas, Castaño?
- Poco, Raimundo, mi vida es sota, caballo y rey. Nada de emociones ni de aventuras dignas de destacar.- contestó el escritor tomando un buen buche de cerveza.-
- ¡Ahí, Matías! , con lo bien qué podrías estar viviendo, amigo.
- Mejor no hablemos de ese tema, ya sabes qué aquella época murió para mí e intento olvidarla cada mañana al ver la luz del sol.
- Está bien, hombre, sino quieres tocar ese tema olvida lo que te he dicho.- dijo Varcárcel bebiéndose de un trago el chato de cerveza.- ¡Niño, llena aquí!
- ¿Y a ti cómo te va la vida? , ya me he enterado del éxito de tu nueva novela. Por cierto, ¿cómo se llamaba?
- “La sed de la pluma” , valiente éxito qué no recuerdas ni el nombre.- contestó riendo, Varcárcel.-
- No me acordaba ahora mismo, hombre, aunque no será porque no bombardean continuamente los medios de comunicación su título.
- Vale, Matías, vale. En fin, tampoco es nada del otro mundo sí te digo mi verdad. Lo qué ocurre, es como bien sabes, que cuándo estás arriba casi todo vale. Óyeme bien, amigo, he escrito durante éstos últimos años decenas de libros, pero si te soy sincero ninguno me ha satisfecho tanto como el “el burladero helado”. ¡Ninguno! .-gritó, golpeando con la mano la mesa.-
- Tenías mucho más frescura, Raimundo, ahora vas a lo comercial, y no es qué tenga nada de malo, por qué has cosechado triunfos rotundos y muy sonados, pero es cierto qué en nuestra época escribiste lo mejor de lo mejor porque escribías con el corazón, amigo.
- ¡Chaval, vuelve a llenar y pon alguna tapita! Mira, Castaño, no quieres hablar del tema pero cada vez qué te veo me llevas hacia él. Sí yo hubiera continuado escribiendo con el corazón, hoy en día, no sería nadie. Con un poco de suerte simplemente estaría vivo, ¿no comprendes qué las reglas se escapaban de tus manos y de las mías? …”

imanheart dijo...

Holaaaaaa¡¡¡¡ he vuelto, lo siento he estado con mi niño malito. Vaya novela hermano me encantaaaa. Creo que eres un triunfador en todo lo que haces, incluyendo tu papel de hermano aunque sea en la distancia, yo sé que estás. Mari me alegro de que me hayas echado de menos y espero poder seguir por aqui y hacer algun comentario más. Besooooosssss para todos.

salmorelli dijo...

“… Al terminar de tomar una buena taza de chocolate bien caliente, a eso de las doce de la noche, María, recomendó a Cristóbal qué descansara diciéndole que retomarían la conversación por la mañana. El, escritor, aceptó su propuesta pero le advirtió de qué al día siguiente intentaría levantarse para ir poco a poco haciendo su vida normal. María, asintió con la cabeza y le dijo qué ya se vería y qué dependería de su estado de salud.

La periodista, presa de su vocación de investigadora, volvió a encerrarse en el despacho de Portillo para continuar tomando notas sobre la vida de Matías y de todo lo vinculado al posible intento de asesinato de su amigo.

Matías, mientras tanto, continuaba en compañía de Varcárcel con la intención de sacarle información. Cuándo, terminaron de cenar en Los Capeas, lo invitó a tomarse unas copas por los bares del barrio viejo.

- Raimundo, ¿sigues asistiendo a los encuentros?
- Pues claro, ya casi estoy a punto de formar parte de la junta directiva.-contestó con la lengua estropajosa por el alcohol.-
- Pero, ¿cómo puedes continuar unido a ellos?
- Porque son los únicos capaces de imponer unas normas en éste mundo de locos, Cristóbal. ¿Qué sería del mundo de la literatura sí cualquier fantasma se pudiera financiar sus libros?
- Simplemente, qué el lector elegiría sí leer sus obras o no. Así de fácil.
- Mira, Castaño, te vuelvo a repetir qué a mí me va bastante bien con éste sistema y con la edad qué tengo ya no me apetece cambiar. ¿para qué? , ¿para tener nuevamente problemas?
- Pero, tú escritura es esclava de los deseos de otros, ¿no lo entiendes?
- En nuestra época era diferente, Cristóbal, había muchas cosas que reivindicar, pero ahora, la gente sólo quiere entretenerse.
- Sí, pero tú accediste a cambiar antes de tiempo y además yo pienso qué mientras exista gente cómo esa controlando los pensamientos de los intelectuales, sí que hay cosas qué reivindicar y cosas por las qué luchar.
- ¿ah sí? ¿y por qué no lo haces tú?
- Pues quizás vuelva hacerlo. Hubo un tiempo en qué me anularon como persona, y cobarde de mí qué sólo supe esconderme. Pero, a estas alturas de mi vida estoy dispuesto a todo.
- No seas inconsciente y termina apaciblemente tú vida por qué no merece la pena.
- Dime, Raimundo, ¿conoces a Cristóbal Portillo?
- ¿Y quién no conoce a ese pendejo? ¿Por qué?
- Ese pendejo, cómo tu lo llamas, es mi vecino y amigo, aparte de ser un extraordinario escritor.
- ¿Tanta relación guardas con él? , ¿no me digas qué te vas de putas con Portillo? –preguntó apurando su whisky.-
- Varcárcel, Lastrux y los suyos han estado a punto de matar a ese hombre y por consiguiente tú podrías ser cómplice de un intento de asesinato.-apostilló cogiéndolo por la solapa en tono amenazante y despejando su estado de embriaguez.-
- Déjame en paz, Matías, veo qué no has cambiado.-dijo levantándose de la mesa del bar de copas.- Y no sigas hablando porque no quiero vincularte con éste tema, voy a obviar tu interés por Cristóbal Portillo, aunque me pregunten mañana en la asamblea.- añadió sin darse cuenta del dato tan valioso qué estaba facilitando a Matías.- Pero sigue mi consejo y apártate de ese muerto de hambre.-y diciendo esto dejó un billete de 50€ sobre la mesa para pagar las copas y salió del bar dando camballadas.- …”

mari dijo...

Imma guapa,como me alegro que estes de vuelta y sobre todo que tu niño este bien, he echado mucho de menos tus comentarios.
Que te parece tu hermanito la que tiene liada nos tiene a todos atacaitos.

Un besazo...

salmorelli dijo...

“… A la mañana siguiente, Cristóbal, ayudado por un bastón de madera con empuñadura en plata, consiguió llegar hasta la habitación de invitados para despertar a María. Con sorpresa encontró su cama sin deshacer y con paso lento se dirigió hacia su despacho, donde encontró a la catalana dormida sobre la mesa de escritorio y con el portátil aún encendido. Su pantalla mostraba un artículo un tanto llamativo, en el que se enumeraban una serie de asociaciones de escritores, cuyas organizaciones parecían sacadas de los libros de misterio de Reverte o Asensi.

- María, -exclamó , Portillo, a la vez que apoyaba la mano en su hombro.-
- Uff. Hola, ¿qué hora es?- preguntó la periodistas sobresaltada.-
- Son casi las 11, que estás loca. ¿por qué no te has acostado?
- No sé, estaba tan entusiasmada en mis averiguaciones, qué el sueño me debió rendir sin darme cuenta.-contestó desperezándose.-
- Venga, date un arreglito que te invito a desayunar en la calle.
- Pero, ¿qué haces levantado? ¿cómo vamos a ir a la calle?
- Pues, pasito a pasito, amiga, no estoy dispuesto a estar ni un solo día mas aquí encerrado. Así que muévete y no te hagas la remolona, haber dormido cuándo te tocaba.- le dijo ayudándola a levantarse del sillón del escritorio.-
- ¿Te he dicho alguna vez que eres insoportable?
- De eso me acuerdo perfectamente, me lo has dicho infinidad de veces.-contestó riendo.- Pero en el fondo sé que me adoras. No sé muy bien por qué, pero me adoras.
- Venga, presuntuoso, vete para abajo mientras me doy una ducha.
- ¿Tanto te molesta mi presencia? –preguntó, Cristóbal con picardía.-
- Anda, don Juan, tira para abajo antes de que caiga rendida a tus encantos.-contestó María con ironía empujándolo suavemente hacia las escaleras.-
- Vale, vale, ya me voy, tú te lo pierdes.
- Ya, ya, si lo peor es qué sé que es así. Anda y vete, por qué hay cosas qué llevas grabadas a fuego y no se te han olvidado hijo mío.

Al salir a la calle, varios vecinos salieron a su paso para preguntarle por su estado de salud, aunque todo había sucedido en pocos días las noticias por Ronda volaban cómo la pólvora. Unos, simplemente preguntaban por el motivo de llevar aquél bastón, otros, por los días qué hacía que no lo veían por el barrio y las. Vecinas, menos discretas le preguntaban sin María era su nueva novia. Cristóbal contestaba diplomáticamente a todas las preguntas del vecindario con simpatía llegando a pedirle a una de las abuelas, qué había preguntado por María, qué le pusiera dos velitas a san Antonio para que cuajase su relación con ella, a lo que, María, respondía disimuladamente dando pellizcos en el brazo que agarraba para ayudarle a caminar…”

salmorelli dijo...

“… -¿Señor, duque?, soy Varcárcel.- aclaró a través del teléfono el escritor.-
- Hombre, Raimundo, ¿qué tal estás?
- Bien, no puedo quejarme.
- ¿Y tú novela?-preguntó Lastrux.-
- Todo un éxito, señor, gracias a su apoyo.-contestó Varcárcel gentilmente.-
- Es todo un honor ayudar a su talento, amigo mío.
- Gracias, pero le llamó por otro tema qué le puede resultar más interesante, señor.
- Dígame, usted, ¿en qué puedo ayudarle?
- Anoche estuve reunido con Castaño, señor duque.
- ¿Con, Castaño? Pero, ¿si hace años que no tiene contacto con él?
- Así es, pero ayer vino a buscarme a mi despacho por qué tenía ganas de conversar conmigo.
- Que extraño ¿no?
- No se lo parecerá, cuándo le diga que realmente venía a sonsacar información acerca de su vecino Portillo.
- ¿De, Portillo? , no sabía que mantuviera relación con ese bastardo.
- Más estrecha de lo que parece, señor. Quería avisarlo ya qué no me fío de éste viejo loco.
- Has hecho bien, Varcárcel, el tema de Portillo aún no está cerrado del todo y cualquier interferencia puede resultar muy peligrosa para nuestra asociación. ¿qué sabe de la historia, Matías?
- Me dejó todo un poco en el aire, pero creo qué sospecha que Castaño ha estado en nuestras manos.
- Maldita sea, debimos acabar con él en su momento. De la Vega se equivocó al pensar qué estaba zanjado el asunto y ahora a ver cómo solucionamos éste conflicto.-dijo furioso Lastrux.-
- Creo, señor, qué se lo voy a poner en bandeja.
- ¿Por qué?
- Creo, qué conseguí engañarlo dejándole caer qué esta noche teníamos prevista una asamblea.
- ¿Y?
- Pues conociendo, como conozco, a Castaño no dudará en asistir a la misma en busca de ayudar de manera altruista a su amigo y se lo digo por qué lo leí en sus ojos.
- Realmente, Varcárcel, estoy convencido de que usted será una pieza fundamental para la nueva junta, ahora mismo me pondré en contacto con De a Vega, para tender una trampa a ese viejo descerebrado.

María y Cristóbal, se sentaron en una de las terrazas de la calle “Bola” para tomar café ante el paso de una muchedumbre de turistas qué arrasaban los negocios de aquella calle…”

mari dijo...

Gracias,Salmorelli dos capitulos segidos,pero aun asi me save a poco.Quiero mas!!!!!

Me encanta,genial.

Un beso.

salmorelli dijo...

“… -Te noto muy inquieta, Maria, ¿No has tenido bastante con todo lo qué has leído hoy?-preguntó el escritor a la catalana.-
- Pues no, cada vez que me engancho a la red descubro algo nuevo que me incita a saber más y más. Ya sabes como soy yo, no sé de qué te quejas.- contestó María.-
- Te repito, qué yo no me quejo. Me encantas que te enganches.-contestó riendo.- ¿Y qué has averiguado?
- Creo, Cristóbal, que debemos hablar con la policía.
- Pero, ¿María?
- Cristóbal, por amor de Dios, han estado a punto de matarte y todavía quieres qué te maten. Esos desalmados están dispuestos a todo, ¿no lo ves?-dijo inclinándose sobre la mesa en la qué estaban sentados.-
- Mira, María, antes quisiera tener unos días para recomponer mí maldita cabeza, no puedo llegar a una comisaría y no saber que contestar a ninguna de las preguntas qué me hagan, por qué en realidad no sé lo que me ha pasado. ¿lo sabes tú y no quieres decírmelo?
- No, no lo sé. Pero es muy extraño todo lo qué he averiado en los archivos de Internet. He podido deducir qué el amigo, Matías, no dejó de escribir libremente, sino que tuvo que hacerlo durante cinco años con otro nombre que no era el suyo, y qué casualidad que coincida la fecha del accidente de su esposa con la última edición de un libro del “Conde del Tajo”, ¿no es raro?
- Si qué lo es, ¿pero eso qué tiene que ver conmigo?
- Tiene qué ver contigo en cuánto a que, cuándo muere, Mercedes, la mujer de Matías, él se encuentra en paradero desconocido durante una semana y cuándo vuelve no recuerda absolutamente nada cuándo lo interroga la policía.
- María, ¿qué articulo estabas leyendo antes de dormirte?
- Era un artículo novelado del periodista vasco, Urizmendi, basado en la teoría de qué una serie de escritores manejaban la lectura de todo el país.
- Parece muy interesante, ¿no?
- Sí, al parecer conformaban, bajo seudónimos relacionados con la aristocracia, una especie de club secreto qué dirigían desde la clandestinidad lo qué interesaba leer, o lo qué por lo contrario podía resultar un lenguaje maldito para los lectores.
- ¿Y no estarás pensando en qué todo eso tiene qué ver con Matías y conmigo?
- Pues si qué lo estuve pensado. Pero en otro artículo del periódico New York Times se hacía mención a ésta misma historia, pero en Estados Unidos. Así que no sé que pensar.
- Yo, no estoy para pensar mucho, pero no tienes por qué desechar la idea de qué se repita en otro país. ¿Acaso no puede haber una asociación de éstas en cada nación? Incluso es posible qué exista una qué gobierne a todas. No lo veo tan descabellado ¿no es cierto que cuándo quieren las editoriales se venden los libros qué ellas quieren?
- Entonces, ¿crees qué puede existir algo de esto? –preguntó, Maria, esperanzada en qué ambos coincidieran con la versión de unos manipuladores.-
- Claro qué podría ser, pero podrían ser tantas causas cómo conflictos tengan las personas. Escúchame, María en lugar de buscar a la policía, lo qué tenemos es que encontrar a alguien que me sane la memoria. Necesito recordar muchas cosas antes de qué tomemos una decisión, te recuerdo qué creo firmemente qué la policía podría estar buscándome por asesinato, y eso debemos aclararlo.-apostilló Portillo…”

salmorelli dijo...

“… Lastrux, qué pasaba unos días de asueto en el balneario de fuente amargosa de Tolox, despachaba con De la Vega sobre la organización de la asamblea nocturna qué iban a celebrar con el motivo de interceptar a Matías Castaño.

- Marqués, en mí opinión deberíamos ser cautos a la hora de actuar, ya qué se trata tan sólo de una suposición de Varcárcel.
- Lo cortés no quita lo valiente, señor. Conociendo la condición de Castaño, no es de extrañar qué nos realice una visita.- contestó bebiendo un sorbo de zumo de granada natural.-
- Sí, pero tenga usted en cuenta que entre nuestras normas se encuentra la de celebrar asambleas desde el anonimato, y por consiguiente encontrar a Castaño entre sesenta enmascarados es una ardua tarea.
- No se preocupe, qué ya me encargo yo de realizar dicha averiguación.
- Por cierto De la Vega, ¿sabe usted algo de los doctores Suárez y Ocaña?
- No, ¿por qué? ¿los necesita?-preguntó extrañado el marqués.-
- No exactamente, pero quise realizarles unas preguntas acerca de los efectos del tratamiento aplicado a Portillo y no tengo forma de contactar con ellos.-contestó extrañado.-
- No se preocupe, estarán ocupados con sus investigaciones de laboratorio. Bueno, señor, tengo qué dejarle esta noche nos veremos en el palacete, ¿de acuerdo?
- De acuerdo, marques, espero qué esté todo el mundo avisado, ya qué no quiero sorpresas.
- No se preocupe, allí estará toda la organización.-apostilló De la Vega.-

Al salir de aquella pequeña entrevista, De la Vega, montó en su vehículo dirección al palacete de asambleas. Una vez allí se encontró en su despacho con el doctor Suárez, para ultimar los cabos sueltos de la reunión nocturna.

- Lastrux, ha intentado contactar con Ocaña y conmigo.-dijo Suárez con preocupación.-
- No tema, Suárez, todo está bien atado.
- Pero, ¿no es algo precipitado éste asalto de poder?
- ¡No diga gilipolleces, ni cuestiones mis decisiones! –gritó, De la Vega, presa de la ira.- Usted y su maldito equipo ha cobrado ya una cifra astronómica para acatar mis ordenes, así qué por favor tengamos la fiesta en paz.
- De acuerdo, señor marqués, así será. ¿necesita algo más de mí? .-preguntó indignado el médico.-
- Pues claro qué sí, para que le he hecho venir si no, siéntese. Quiero qué me diga qué sistema va a emplear para inhabilitar a Lastrux.
- Bien, habíamos pensado aplicar una dosis de propinizaza, de grado medio, con la que limitar los recuerdos del duque cómo miembro y presidente de la asociación. ¿Qué le parece?
- ¿Y usted piensa qué con eso será suficiente?
- En un ochenta u ochenta y cinco por ciento sí, señor.
- O sea qué no me asegura un cien por cien de efectividad.
- No me atrevería a decir tanto, señor.
- Entonces, quiero qué le apliquéis el grado alto al igual qué hicieron ustedes con Portillo.-ordenó De la Vega.-
- Pero, señor. Cristóbal Portillo es mucho más joven que el duque, y aparte, sí está vivo es por su buena condición física y porque al parecer tiene un estado de salud envidiable, sin embargo, en el caso de Lastrux, usted sabe de sobra, qué su estado de salud es delicado y su edad no es la más indicada para aplicarle el máximo tratamiento.-explicó el galeno.-
- Sí no le importa, amigo mío, déjeme a mí esa responsabilidad, ¿de acuerdo? .-preguntó maquiavélicamente.-
- Bien, sí no manda nada más debo prepara la sala.-contestó retirándose del despacho del marqués, apretando con rabia sus dientes.-
- Nada más. Y no me falle, Suárez, tengo plena confianza en usted…”

salmorelli dijo...

“… -Vamos para casa, Cristóbal, qué no es bueno que abuses el primer día qué sales a la calle.-dijo María dejando un billete de 10 euros sobre la mesa para pagar.-
- Muy bien, vamos para casa, pero pago yo. Hay cosas qué no olvido, amiga mía.
- Serás machista.-reprochó indignada la periodista.-
- No, machista no, soy un caballero.-dijo riendo.-

Casi al llegar a su casa, después de cruzar el puente del tajo, se percataron de qué Matías salía de la suya.

- ¡Matías! –gritó María, llamando la atención del vecino qué esperó junto a su portón a qué llegaran.-
- Cualquiera no se pone firme ante la llamada de una dama tan bonita.-dijo Matías con su zalamero acento.-
- Muchas gracias por el cumplido, ¿Dónde vas? , ¿no almuerzas tampoco hoy con nosotros?
- Iba a tapear algo ahí en la esquina y después iba a asistir a una de esas reuniones para viejos de café y dominó.
- De eso nada, ahora mismo le voy hacer yo una coca, qué se va a chupar usted los dedos, ande para arriba.
- Pero, no quiero entretenerles y yo con cualquier cosa me avío en el bar.
- No ha escuchado a la señorita, vecino, venga a comer con nosotros qué tenemos mucho de que hablar.-dijo Cristóbal.-
- Está bien, comeremos juntos, aunque sólo sea para celebrar tu recuperación, porque no esperaba verte tan recuperado, amigo mío.
- Bicho malo nunca muere, Matías. Y yo tengo mucha guerra que dar todavía.

Tras terminar de hornear la coca, qué había dejado preparada con sardinas, Maria, y terminar de poner la mesa Matías, los tres se sentaron a comer junto a la pequeña chimenea del salón.

- Matías. – dijo María dirigiéndose al vecino.-
- No, María.- indicó Cristóbal a su amiga advirtiendo el tema qué iba a sacar.-
- Cristóbal, es necesario qué hablemos con él.-contestó su amiga agarrando su mano buscando de su complicidad.-
- Pero, ¿qué os ocurre? ¿qué quieres hablar conmigo, María?
- Es, sobre usted.
- ¿Sobre mí? Dime, corazón, qué necesitas.
- Quiero, por favor, qué me sea sincero y me hable de usted.-dijo María, mirando fijamente a los surcados ojos de Matías.-
- ¿Y qué quieres qué te cuente de mí, qué mi vecino no sepa?
- Cristóbal, en estos momentos, no puede ni contarme cosas suyas, Matías…”

salmorelli dijo...

“… -Dígame, Matías, ¿porque dejó realmente, usted, de escribir?
- Bueno, era eso.-exclamó.- Simplemente, se me acabó la tinta de la pluma, señorita. La vida se encargó de acabar con mi imaginación, sólo eso.
- ¿Se le acabó la imaginación a usted o al “Conde del Tajo”?
- ¿Cómo ha dicho?-dijo cambiando el rictus.-
- Lo qué ha oído, y necesito una respuesta, por qué creo que existen ciertos vínculos entre su vida y la vida de Cristóbal.
- Mire, señorita, no sé qué le habrán contado por ahí…
- A mí nadie me ha contado nada.-dijo María interrumpiéndolo.- lo qué sé, lo he investigado yo misma.
- María, por lo qué más quieras, no asaltes a Matías de ésta manera.-intervino Portillo.-
- No, déjala qué hable.-dijo Matías.-
- Escúcheme, Matías, han estado a punto de matar a nuestro amigo y de verdad le digo, qué creo que son las mismas personas que intentaron inculparlo a usted de la muerte de su señora.-explicó María, mientras los ojos del vecino comenzaron a inundarse de lagrimas.-
- Matías.-dijo Cristóbal echándole la mano al hombro.-
- No, estoy bien, amigo, no te preocupes. Mire, señorita, le pido con el corazón en la mano, qué deje de investigar ciertas cosas porque no conseguirá aclarar nada. Sino más bien la desgracia para usted y para todos los qué la rodean.
- Pero, ¿de qué estas hablando? –preguntó Cristóbal ante la atenta mirada de María.-
- Atiende bien, Cristóbal, el mundo de la escritura se encuentra en manos de unos desalmados capaces de lo peor de lo peor, y lleva razón tú amiga en lo qué dice. Los qué te atacaron a ti, fueron los mismos qué me arrancaron lo qué más quería. A mi Mercedes de mí alma.-añadió el anciano derramando sus lagrimas por sus surcadas mejillas.-
- ¿Y por qué no acudió usted a la policía, Matías? –preguntó, María.-
- Niña, no me sea usted ilusa. Sí ha investigado mi vida habrá podido comprobar qué fue la policía quién acudió a mí. Ellos lo manejan todo y a todos, por ese motivo cuando encontramos al amigo Cristóbal obvié por completo la posibilidad de acudir a la justicia. Todo está comprado, amiga mía.
- Entonces usted…
- Yo sobrevivo con mi propia miseria de ser un cobarde incapaz de haber acabado con esa plebe de hijos de puta.
- No diga eso, vecino.-intervino Portillo.-
- Sí, Cristóbal, esa es la verdad. Me amenazaron cuándo arrastraba a los lectores por cientos y los engañe durante una buena temporada escribiendo bajo un seudónimo y publicando mis escritos en Portugal, pero volvieron a dar conmigo y sin piedad orquestaron la muerte de mi mujer y de camino terminaron con mi sueño de escribir. Esa es la verdad. La verdad qué nadie ha sido capaz de descubrir y que tu bella amiga a descubierto en un par de días…”

salmorelli dijo...

“… -Entonces, Matías, ¿qué recomienda usted que hagamos? –Preguntó, María.-
- Lo mejor, qué pueden hacer es olvidarse de éste maldito episodio y qué Cristóbal se reponga, y sí es fuera de Ronda, mucho mejor.
- ¿Pero qué dice, amigo? Yo no me voy de Ronda por nada en el mundo.
- Deja hablar a Matías-intervino , María.-
- Óyeme, Cristóbal, ahora no recuerdas nada por qué cualquiera sabe lo qué te han hecho, pero en cuanto recuperes la memoria querrás volver a escribir y para entonces estarán cavando tu tumba, no lo dudes, amigo.-aclaró Castaño.-

En lo más enfrascado de la conversación sonó la campanilla de la cancela. María, disculpándose, se levantó de la mesa y corrió a ver quien llamaba a la casa de Portillo.

- Buenas tardes, ¿está Cristóbal? – preguntó una joven morena muy guapa cuyos ojos negros llamaban la atención.-
- Hola, buenas tardes, ¿quién lo busca?-preguntó María.-
- Usted debe ser, Maria, la periodista ¿no?
- ¿Nos conocemos?
- Personalmente, no, pero nuestro amigo me ha hablado mucho de usted.
- ¿Quién es? –volvió a preguntar la catalana.-
- ¿Me abre o nos vamos a quedar aquí toda la tarde?-preguntó impaciente la desconocida.-

Al ir a abrir la cancela, Matías se acercaba también en compañía de Cristóbal para despedirse de María.

-¡Macarudi! –Exclamó Cristóbal.-
- Hola, mi amor, ¿Cómo estás? – Preguntó la recién llegada.-
- He estado mejor otras veces, pero bueno aquí ando. ¿Conocías a María?
- No, en ello estaba, pero al parecer no se fía mucho de mí.
- No es eso…
- Bueno, ya qué tenéis visita os dejo y seguiremos hablando en otra ocasión.-dijo despidiéndose Matías.-
- Pero, ¿te vas? –Preguntó María.-
- Sí, tengo qué hacer unas compras, adiós guapa, es una lastima qué no pueda quedarme a conocerte mejor.- dijo a Macarudi.-
- Adiós, ha sido un placer.-contestó ésta.-
- Bien, pero pasa, pasa.-dijo Portillo.-
- Si pasad al salón qué voy a preparar un poco de café.- dijo, María a la vez que preguntaba con gestos a Cristóbal quién era aquella mujer.-

Portillo, de la misma manera tranquilizó a María y acompañó a Macarudi al salón mostrándole bastante alegría por su visita…”

salmorelli dijo...

“… Matías Castaño, lo tenía todo pensado al milímetro. Durante más de treinta años había soñado, día y noche, cómo vengarse de Lastrux y los suyos. Lo tenía todo madurado y el ataque sobre su amigo Portillo, había sido el detonante para una venganza en frío capaz de desbancar a los mezquinos del palacete.

Había, quedado citado a las puerta de la Iglesia de santa Cecilia con un viejo conocido, qué se dedicaba a traficar con todo tipo de mercancías desde el estrecho. En otros tiempos había sido su enlace para conseguir escritos de gente de izquierdas, prohibidos en España, pero en ésta ocasión el pedido era algo más especial. En una bolsa de papel, el “castizo”, qué era el apodo del traficante, le hacía entrega de una pistola “target exclusiv 6””.

- Cuídese usted, Castaño, éste juguetito es bastante peligroso, si no se tiene agallas para utilizarlo.
- No se preocupe, amigo, llevo años soñando con apretar su gatillo.- y entregándole un sobre con dos mil euros se despidió de él y retomó el camino de vuelta para su casa.-

Al llegar, sacó de una pequeña caja de seguridad que tenía escondida detrás un cuadro picasiano una decena de libros y los guardó en una pequeña bolsa de viaje junto a un disfraz de cortesano y una máscara al estilo de las qué utilizaban en las asambleas de Lastrux y los suyos. Con paso firme salió de su casa mirando antes si alguien podía verlo desde casa de Portillo, y a continuación se dirigió a la estafeta de correos para depositar los libros. Éstos tendrían qué ser enviados, en el plazo de dos días a casa de Portillo, si él no volvía a recogerlos. Después acudió a una de esas empresas de vehículos de alquiler con chofer para recoger un BMW qué tenía ya reservado.

Al terminar de hacer ésas gestiones, aún le quedaban cuatro horas para asistir a la asamblea, así qué indicó al chofer que lo llevase a la dirección de Varcárcel…”

salmorelli dijo...

“… -¿Cómo es qué vas venido?-preguntó Cristóbal.-
-¿Tampoco recuerdas a qué me dedico?-contestó Macarudi.-
-Pero…
- Por dios, amigo. Llevo años conociéndote y velando por tu futuro cada vez qué me has necesitado.-añadió la sevillana.-
-Bueno, aquí está el cafetito.-dijo María entrando en el salón.-
- Gracias, María, eres muy amable.
- Es lo menos qué puedo a ofrecer a otra amiga de Cristóbal, qué parece ser qué se presenta aquí por intuición.-dijo la catalana.- ¿Y ahora de qué hablamos?- preguntó algo recelosa.-
- María, soy amiga de éste loco desde hace muchos años. Pero, amiga como tú de amistad, así qué no seas mal pensada.
- Pero, si yo no he dicho absolutamente nada.
- No, pero sé qué lo estás pensando.
- Vaya con la adivina.- exclamó Maria.-
- De eso se trata, María. Macarudi, posee ciertos poderes qué utilizan muy a menudo, políticos, empresarios y un sin fin de personas, por qué es la mejor en su campo. Pero tiene la desgracia de ser amiga mía.
- No digas eso, tonto, qué tú eres una gran persona.
- ¡Ah!, lo siento.-dijo, María, avergonzada.- Entonces ¿tus presentimientos son mucho más hondos qué los míos?
- Puede, qué lo sean. Lo cierto y verdad es qué estando reunida con unos señores de la banca, sentí hace dos día un pellizco qué me llevó a pensar en Cristóbal. Lo intente llamar al día siguiente, pero nadie contestaba al teléfono. Lo intente también con emails y sin respuestas, pero anoche tuve la revelación de qué alguien quería hacerle daño, y sin pensármelo dos veces aquí estoy. ¿Qué ha sucedido?
- Buena pregunta, sino fuera porque no me acuerdo de nada Maca.-le dijo cariñosamente Portillo.-
- Al parecer, después de los estudios qué le realizaron en el hospital, se encontraron restos de una sustancia, desconocida para los médicos, qué ha podido ser la qué ha alterado su cabeza.-argumentó, María.-
- En uno de mis sueños, aparecía junto a ustedes un señor mayor, ¿quién es?
- Es un vecino, amigo de Cristóbal, qué nos ha ayudado mucho en éstos días. –Contestó María.-
- Creo, qué ese hombre está en peligro…”

salmorelli dijo...

“… Al llegar a la casa de Varcárcel, Castaño, bajó del vehículo de alquiler portando la bolsa en la qué escondía su disfraz y él arma que el mercenario le había proporcionado. Tras acercarse a la ventanilla del chofer y pedirle que esperase estacionado junto al portón del garaje se acercó diligente a la puerta de entrada de las oficinas del laureado escritor.

- Hola, Castaño, ¿cómo tu de nuevo por aquí? , ¿Te estás aficionando a visitar a los viejos amigos?-preguntó con desconfianza Varcárcel.-
- ¿Me dejas pasar? , necesito comentarte un asunto qué creo qué nos afecta a los dos.
- Claro qué sí. No puedo entretenerme mucho, pero por un amigo lo que haga falta. Pasa, pasa.

Cuando llegaron al despacho, Varcárcel, lo invitó asentarse y le ofreció una copa de coñac francés y un cigarro habano. Castaño, trasteó en su peculiar bolsa de viaje argumentado qué traía un regalo para él.

Los ojos espantados de, Raimundo Varcárcel, parecían predecir el final de sus días. Cómo un resorte se levantó de su sillón y sin habla parecía decirlo todo.

- Siéntate, Raimundo.-dijo, Matías, empuñando la “target” en su mano derecha.-
- Pero, ¿qué haces Castaño? ¿té has vuelto loco? –preguntó balbuceando Varcárcel.-
- ¡Te he dicho qué te sientes! – gritó apuntando a su cabeza.-

Varcárcel, cayó desplomado en su sillón y terminó de un solo sorbo el coñac que quedaba en su copa.

- Recuerda bien éste día, Raimundo, por qué hoy mando yo. Hoy voy a terminar con toda ésta falsa que Lastrux y todos vosotros tenéis montada.
- Óyeme, Matías, creo que te estás precipitando un poco.-dijo Varcárcel retomando el aliento.-
- ¿Precipitando? , llevo más de treinta año reteniéndome y preparando éste maravilloso día. ¿Y tú me dices qué me estoy precipitando? , escúchame, maldito cabrón, desde el primero hasta el último, incluyéndote a ti, sois los culpables de la muerte de Mercedes. ¿creíais qué yo me iba a quedar de brazos cruzados? No, amigo mío, la fiesta ha terminado y todos vais a pagar por vuestros crímenes.- dijo, Matías, con de una serenidad pasmosa mientras daba una calada al magnifico puro.-
- ¿Y qué pretendes matarnos uno a uno?
- ¿Yo? , no, estúpido engreído. Se vais a matar entre ustedes, si hubiese querido mataros ya lo habría hecho. Pero, no estoy dispuesto a mancharme las manos de sangre, de unos cerdos cómo ustedes.
- Mira, Matías, déjame hablar con, Lastrux, y lleguemos a un acuerdo, seguro que está dispuesto a recompensarte por el exilio qué has sufrido y los trastornos que te hemos ocasionado. ¿Te parece? –preguntó con una forzada sonrisa.-
- Ja, ja, ja.-rió a carcajadas, Castaño.- ¿Tienes miedo, fanfarrón? , parece que no me has oído bien o qué ya no me conoces. Te he dicho, qué todo se ha terminado ¿lo entiendes? Me duele qué la fama te haya nublado el corazón, amigo, pero deberías recordar qué mis escritos, al igual qué los tuyos, transmitían simplemente un mensaje de justicia, de paz y de libertad. Y por ese motivo, fui procesado y una brutal condena eclipsó mi vida…”

salmorelli dijo...

“… - ¿Matías? –Preguntó, María.-
- Sí, si ese es su nombre. –contestó Macarudi.-
- ¿Y qué podemos hacer por él? –preguntó con preocupación Portillo.-
- Lo peor de todo, Cristóbal, es que presiento que no tenemos tiempo para detener una tragedia.-contestó la Sevillana.-
- Pero, ¿algo podremos hacer? –añadió el escritor.-
- Necesitaría algún objeto, fotografía o prenda de éste señor para saber al menos donde se encuentra.

Cristóbal, se levantó presuroso hacia su despacho en busca de alguna foto en la que apareciera su vecino, y mientras tanto, Macarudi, sacó de su bolso una baraja de cartas del Tarot y una cruz de Caravaca de puro bronce.

En la oficina de, Varcárcel, continuaban reunidos los escritores, qué años atrás fueron grandes amigos.

- ¿Qué vas hacer conmigo, Matías? – preguntaba angustiado, Raimundo.-

Matías, rebuscó en su peculiar bolsa de viaje y sacó un pequeño artefacto, que semanas antes también le había proporcionado su proveedor. Se trataba de una diminuta cajita en la que escondía un botecito de explosivo líquido.

- Óyeme bien, Raimundo, vas a pegarte éste objeto en tú pecho con ésta cinta adhesiva.
- ¿Pero? …
- No hay peros que valga.- y apuntándolo con la pistola obligó a que siguiera sus instrucciones.- Ahora quiero que estés atento a lo que te voy a decir; Llevas colocado a centímetros de tu corazón un potente explosivo con un radio de acción de 100 metros.
- ¿Te has vuelto loco? –gritó, Varcárcel, haciendo ademán de quitárselo.-
- Tú, lo has dicho. Estoy loco perdido y estoy dispuesto a morir el primero, así que no se te ocurra hacer nada, porque desde éste otro aparatito que tengo en el bolsillo lo hago explotar ahora mismo.-añadió Castaño.-
- ¿Y qué quieres conseguir con esto, por Dios?
- Mira, vamos a salir juntos de tu oficina y acudiremos a la asamblea qué habéis preparado para quitarme de este mundo.
- ¿De qué hablas, no hay organizado ninguna asamblea en contra tuya?
- Te crees que soy gilipollas, Raimundo, nos conocemos de sobra, cómo para saber que me tienes ya vendido a Lastrux. Así que acudiremos juntos, con nuestras máscaras, y no te atreverás a mover ficha en contra mía. Protegerás mi identidad en todo momento, si quieres continuar viviendo y vendiendo libros ¿me has entendido?
- Está bien, y si colaboro ¿salvaré mi vida? –preguntó mascullando.-
- Ya te dije antes que yo no vengo con intención de mancharme las manos de mierda. Ustedes seréis lo organizadores de la fiesta en todo momento…”

salmorelli dijo...

“… -Aquí tienes, Maca, ésta fotografía nos la hicimos, Matías y yo, en el restaurante El Escudero hace poco meses.- dijo Cristóbal.-
- Cristóbal, necesito saber también que falla en tu cabeza.
- Y, yo.- contestó sonriendo.-
- No es broma, ¿qué recuerdas?
- Amiga, es tal ofuscación la que siento, qué no sé que parte de mi vida es la real y cual no.
- Maca, debe ser algo grave porque nuestro amigo no recuerda ni tan siquiera que es escritor.-dijo María.-
- No puede ser. -Dijo la pitonisa.-
- Eso es lo que digo yo, qué no puede ser.-apostilló Portillo.-
- No seas bobo, Cristóbal, escribir y enredarte con mujeres es lo único que sabes hacer en ésta vida.- contestó María.-
- ¿Yo? ¡enredarme con mujeres! –exclamó Portillo.-
- ¿Ves? mira si tiene que estar mal, que no recuerda que le ha pasado revista a media Andalucía.
- Y a parte del extranjero, María, y aparte del extranjero –rió Macarudi.-
- Sois unas exageradas, vaya amigas qué me busco.
- Bueno, dejemos las bromas porque el asunto es demasiado serio. ¿No recuerdas absolutamente nada? ¿Qué hiciste el día que te raptaron? ¿Algún nombre? …
- ¡Lastrux! –dijo, María.- No dejaba de repetir ese nombre en sueños.
- ¿Y sigue sin decirte nada ese nombre?
- Nada, Maca, no me dice nada, me ha preguntado, María, infinidad de veces por ese nombre, pero no recuerdo nada.- Sólo recuerdo qué la policía me persigue por un asesinato que cometí hace años.-
- ¡Otra vez con esa cantinela! –gruñó, María.-
- Déjalo, María, cualquier dato para mí es fundamental. Vamos hacer una cosa, Cristóbal. Té voy a someter a una sesión de hipnosis, y tú María vas a permanecer conectada a Internet para realizar las consultas que hagan falta para que recopilemos el máximo de información. No podemos perder más tiempo.-argumentó, Macarudi.-
- ¿Y no es mejor llamar a la Policía?
- Escúchame, María, en el supuesto caso de qué la policía nos escuchara, cosa que dudo, no tendríamos tiempo para actuar. Necesitamos datos concretos, y esos sólo pueden estar en la mente de éste, don Juan.

Macarudi, tomó unos pequeños frascos de aceite de su bolso y un péndulo de plata, mientras, María conectaba su portátil. Cristóbal, siguiendo las instrucciones de Maca, se tumbó en el sofá del salón a la espera de que su amiga sevillana comenzara con el ritual…”

salmorelli dijo...

“… En el viejo palacete quedaban, poco más de tres horas para comenzar la asamblea, y De la Vega se encontraba reunido con los doctores Suárez y Ocaña antes de que comenzaran a llegar los invitados.

- Señor marqués, ¿sigue dispuesto a llevar a cabo su plan? –Preguntó Suárez.-
- ¿Me ha visto alguna vez dar un paso atrás, doctor?
- Nunca, señor, pero ésta decisión es muy diferente a todas las tomadas con anterioridad.- apostilló el galeno.-
- Ustedes, preocúpense de esperar, con mucha discreción, en el laboratorio hasta que mis hombres le entreguen al Duque y punto en boca. –ordenó De la Vega con cara de pocos amigos.- Hasta ese momento, la ciencia no tiene nada que opinar en ésta historia, ¿lo entienden?
- Perfectamente.-dijo, Ocaña, adelantándose a algún comentario fuera de tono que su compañero pudiera realizar.-
- Eso es lo que quería escuchar, pueden retirarse. -Dijo el marqués acompañando sus palabras con un gesto descortés.-

A continuación se reunió en su despacho con el jefe de seguridad de la Asociación, a quién había comprado sus favores desde hacía meses, para coordinar los pasos que se iban a dar en esa noche.

- Rogelio, quería comunicarle que ya no hay marcha atrás y que espero que no surja ningún imprevisto de última hora que se lleve al traste nuestro plan.
- Tenga la seguridad, señor marqués, de que todo va a salir sobre ruedas. Mis hombres le deben obediencia y están muy satisfechos con la recompensa económica que han recibido.- contestó el gangster.-
- Me satisface su respuesta, amigo, no se hable más, el Duque, llegará en dos horas.-dijo con semblante sutil el marqués-
- No se preocupe, el chofer, que hemos enviado justificará convenientemente el porqué de no recogerlo su hombre de confianza.
- ¿Y qué habéis hecho con él?
- No existe ninguna confianza, capaz de resistirse al peso del euro. Benavente, ha aceptado la invitación de marcharse a vivir a Madrid al servicio del vizconde de san Jerónimo por el doble de su actual sueldo.-añadió riendo.-
- Genial, amigo, sé que puedo confiar en usted por la misma razón-dijo con ironía.-, ahora déjeme solo y atienda su tarea…”

annasunn dijo...

Por fin me he puesto al día,sigo por aqui aunque no deje comentarios.Besitos.

salmorelli dijo...

“… -Sigue atentamente el péndulo e intenta dejar tu mente en blanco, Cristóbal.- indicó Macarudi.-

Con el salón casi a oscuras sino era por la lamparita de la esquina y el destello del portátil de María, Portillo comenzó a aletargarse con el suave murmullo que su amiga realizaba mientras oraba en latín.

- Cristóbal, vas a comenzar a retroceder en el espacio y vas a recuperar tu memoria para contestar a mis preguntas.-dijo con un tono suave.- Dios de los cielos intercede para apartar el tormento que inquieta a Cristóbal, tu siervo. ¡Cristóbal! –exclamó.- ¿Qué idea atormenta tu mente?

Con la mirada ausente el escritor comenzó a hablar con un susurro perturbador.

- He matado a un hombre.- aseveró.-
- ¿A quién has matado? –preguntó la sevillana indicando a la vez a María, que estuviera atenta, para buscar en la red.-
- Al profesor de literatura don Gustavo Illanes.

María, con diligencia comenzó a buscar datos relacionados con ese nombre en hemerotecas de distinta índole hasta que pareció encontrar algunos datos que reflejaron en su cara un camino de esperanza.

- ¿Tienes algo, María?
- Algo bastante interesante, Macarudi.
- Dime
- Si es cierto que ese viejo profesor fue asesinado hace años, pero en los artículos publicados en la sección de sucesos se expone qué el autor material de los hechos fue un joven, descendiente de los Oliver que fue recluido en un reformatorio de la época, por ser menor de edad, y que posteriormente salió absuelto por el poder que poseía su familia en la dictadura.


- ¿Algo más?
- Mira, esto si que resulta curioso. Joaquín Oliver, nacido en Alpandeire recibe el prestigioso premio de la Pluma de Oro con su novela “Vivir para ver”, ¡También es escritor!- exclamó, María.-
- Pues con dos en escena ya teníamos bastante. –añadió Maca.- Cristóbal, ¿Te suena el nombre de Lastrux? -Y cambiando su tono de voz, cómo si su cerebro sufriera interferencias, comenzó a pronunciar palabras incoherentes unas con otras.-
- ¡Dejadme! , ¿Lastrux?, ¡No voy a ceder a vuestro chantaje! –gritó.-
- ¿Qué te sucede? ¿Dónde estás?
- Es un palacio majestuoso.
- ¿Quién está contigo, Cristóbal?
- Con máscaras, están todos con mascaras.
- Pero ¿Quién? –preguntó con insistencia, Macarudi.-
- Parece la corte francesa. Si, nena, me gusta lo que me haces.-dijo desvariando de nuevo, Portillo.-
- Por Dios Cristóbal, ahora no es momento de mujeres.-gruñó riendo su amiga.-
- Hay muchas; rubias, morenas… ¡Venid! No, drogas no quiero.
- ¿Entiendes algo?-preguntó, María.-
- Realmente parece qué le han hecho bastante daño a su mente, pero nada qué yo no pueda solucionar con más tiempo. Volvamos a buscar más información. Cristóbal, te ordeno que vuelvas atrás ¿Qué paso hace dos días?
- Yo iba paseando y me metieron en un coche, me quitaron la vista…
- ¿No vistes nada? ¿Cuánto tiempo estuviste en el coche?
- Un lujoso palacio. Estuve en el coche el tiempo de diez capítulos.
- ¿Cómo?-interfirió, María
- No te metas.-le indicó Macarudi.-
- Perdón, pero es que no entiendo su respuesta.
- Nuestro amigo suele medir el tiempo con lo que tarda en leer el capitulo de un libro, él siempre dice que se lee un capitulo en 10 minutos.
- 10 por 10, que son 100 minutos. Algo más de hora y media.
- Exacto, así que comienza a buscar palacios que estén en el mapa en ese radio de acción…”

lilita dijo...

ya te continuo leyendo con las festividades hemos tenido poquitito tiempo para la lectura pero ya estoy al momento preparada para seguir la historia. es chevere

salmorelli dijo...

“… Valcárcel, tras llamar por teléfono al vizconde de Hinojos, hombre del porte y la edad de Matías, para que no asistiera a la asamblea y así suplantar su personalidad a la hora del recuento de asistentes, salió de su oficina escoltado por Castaño. Ambos disfrazados se montaron en el vehículo y partieron en dirección al palacete.

Mientras en el numero 9 de la calle san Antonio de Padua transcurrían las indagaciones de Macarudi y María.

- Dejemos la hipnosis e intentemos algo con las cartas, su mente está demasiado revuelta.-dijo la adivina.- ¡Cristóbal! , voy a contra hacia atrás y despertaras de este sueño sin que te haya afectado en lo más mínimo. 5 , 4 , 3 , 2 , 1, despierta y regresa con nosotros.- y al tocar su frente, Portillo volvió a tomar conciencia de la realidad.-
- ¿Habéis averiguado algo? – preguntó.-
- No mucho, y el tiempo se nos agota.-contestó Macarudi.-
- Bueno, si que hemos averiguado algo, Cristóbal, aquí tienes datos que demuestran que tu no fuiste el que mató al maestro.-dijo, María.-
- Uff, que alivio.-suspiró el escritor incorporándose del sofá.-
- Venga, dejémonos de perder el tiempo y siéntate enfrente mía, que te voy a pegar una tiradita de cartas.

Al echar sus cartas del tarot sobre la mesa la mente de Macarudi comenzó a funcionar de una manera trepidante recopilando datos muy interesantes que contrastados con María podrían ser muy reveladores.

- María, ¿has encontrado los palacetes?
- Es dificultoso, porque se confunden en la red, palacetes, casas señoriales, solariegas... hay diversidad de casas majestuosas en esta comarca.-contestó la periodista.-
- Pero, ¿Qué ves en las cartas, Maca? .- preguntó Portillo.-
- Todo apunta a una especie de asociación o sociedad… Algo relacionado con los masones o las sociedades secretas. ¿Puede ser, Cristóbal? ¿recuerdas algo?
- No, maldita sea, me va a estallar la mente y no consigo recordar absolutamente nada.
- Tranquilo.-dijo se amiga.- dejadme un momento que realice una llamada de teléfono.- y tomando su móvil salió al zaguán de la casa y comenzó a marcar.- Buenas tardes, ¿como estás?
- Hola, que alegría me da escucharte, pero te noto apurada.-contestó su interlocutor.-
- Padrino, necesito que me ayudes…”

salmorelli dijo...

“…-¿Qué necesitas, hermana?
- Necesito aclarar algunas dudas sobre grupos de esos con los que te codeas.
- Tú dirás, sabes qué te ayudaré gustosamente, si está en mis manos. -Contestó con voz ronca el Padrino.-
- Gracias, ¿té suena de algo una asociación o algo parecido en la comarca de Ronda, en la que están involucrados escritores de renombre?
- Bueno, déjame pensar. Exactamente en Ronda no, pero si que tengo constancia de que existe una sociedad, enclavada en la costa del sol, vinculada al mundo de los libros.
- Por favor, necesito saber algo más, es un asunto en el que podrían morir varias personas.-contestó apurada Macarudi.-
- Claro qué te puedo facilitar más datos, se trata de la “Sociedad de la Penna” o de la pluma en español.
- ¿La sociedad de la pluma?
- Sí, a lo mejor como sociedad no es muy conocida, pero si que lo son sus prestigiosos premios literarios. ¿No te suena, la pluma de oro?
- ¡Claro! , todo empieza encajar.-exclamó la vidente.-
- Macarudi, ¿qué te sucede con ésa gente? , ten cuidado que son bastante peligrosos.
- Tranquilo, Padrino, ¿tiene usted vinculación alguna con ellos?
- No exactamente, estos señores se mueven en círculos muy diferentes a los nuestros, pero si que conozco algunos escritores vinculados a la “pluma”.-aclaró el Padrino.- Pero cuéntame, ¿qué problemas tienes, mujer?-
- Estoy involucrada en una historia, que me toca muy de cerca ya que ha estado en peligro un amigo mío y predigo la muerte inminente de un amigo de éste.-aclaró la Sevillana.- ¿Te suena de algo el nombre de, Lastrux?
- El duque de Lastrux, querrás decir.
- No sé, será. Solo tengo este dato, no sé nada de éste rango aristocrático.
- Este nombre es el titulo que recibe el miembro que preside la sociedad de los escritores.
- Pero, ¿Lo conoces a él?
- Es sólo un titulo, Macarudi, todo el que preside esa sociedad es bautizado con el titulo de Duque de Lastrux, y la verdad sea dicha no conozco a la personas que lleva las riendas en la actualidad.
- ¿A sí que es sólo un titulo?
- Sí, todos sus miembros reciben un titulo aristocrático, que reparten ellos mismos, para ocultar su verdadera identidad. Y el de Duque de Lastrux esta reservado para su máxima autoridad.-añadió.-
- Gracias, Padrino, tengo que dejarle porque se me acaba el tiempo.
- Macarudi, no me seas terca, esa sociedad, es masónica y se gasta muy mala leche.
- No se preocupe, Padrino, ya sabe que yo me adelanto a los acontecimientos.-contestó bromeando.-
- Cuídate, hermana, y sigue velando por nosotros.
- Así lo haré, Padrino…”

salmorelli dijo...

“… -Deberías de cambiar de opinión, Matías.- Comentó, Varcárcel, con voz serena mientras realizaba el trayecto que los llevaban al palacete.-
- No hay nada que cambiar, Raimundo, es demasiada la quina que hierve por mis venas y demasiada la rabia que me corroe desde hace décadas.-contestó, Castaño.-
- Pero, si continuas con llevar a cabo tu idea, va a morir mucha gente inocente.
- Ya ha muerto mucha gente inocente, Raimundo, los que estáis ahí metidos habéis matado durante años a personas y destrozado sueños y vidas, simplemente por no comulgar con vuestras imposiciones.
- Yo no he matado a nadie.-Añadió, Varcárcel a modo de excusa.-
- Pero, has vuelto la cara en infinidad de ocasiones sin luchar ni impedir ninguno de los crímenes de Lastrux y sus lacayos.-dijo, Matías, secándose su boca con un pañuelo de hilo blanco.-

Al llegar al lugar de la asamblea bajaron del vehículo y se aproximaron a la puerta de entrada de asamblearios. Al llegar a su dintel un mayordomo anunciaba en voz alta a cada uno de los compromisarios de la “Sociedad de la Pluma”. Con voz ceremoniosa avisó de la llegada del vizconde de Hinojos, o “el mudo” cómo lo conocían en la sociedad por su defecto físico, y al conde de Zarandea, título otorgado a Raimundo Varcárcel.

A continuación pasaron a la sala de espera del palacete donde lacayos y sirvientes comenzaban a servir unos aperitivos a espera de que concluyese el plazo de una hora y media para comenzar con el esperado acto.

- Raimundo, recuerda bien lo qué hemos hablado en tu despacho, a la primera de cambio estoy dispuesto a acompañarte al infierno activando éste artefacto. ¿Me has entendido?- dijo, Matías, acercándose con disimulo a su oído.-
- Tranquilo, maldito cabrón.-contestó el laureado escritor apretando los dientes a la vez que saludaba con su cabeza a otros asistentes.-


En casa de, Portillo, continuaban las averiguaciones al unísono qué el corazón de Macarudi se aceleraba por el presentimiento de una tragedia inminente.


-¡Maca!-exclamó, María.-
-Dime, María.
-Lo tengo, el palacete se encuentra en Alpandeire.
-¿Estás segura?
-Completamente, todos los datos que poseemos y tus visiones, no dejan lugar a la duda.- afirmó, María, enseñándole la fotografía del bello edificio.-

Macarudi, al ver aquella fotografía se estremeció y sintió en lo más hondo de su ser cómo aquella imagen le arrastraba a ver a todos los enmascarados conversando junto a una majestuosa chimenea mientras tomaban copas.

-¡Está allí!-exclamó la vidente.- Matías, se encuentra en ese palacio. Corran, no hay tiempo qué perder. ¿A cuantos Km. se encuentra Alpandeire de Ronda? –Preguntó a María, que continuaba conectada a la red.-
- Menos de media hora, Maca.-intervino, Cristóbal.-
-Pues, vámonos.-concluyó poniéndose en pié.- …”

mari dijo...

Sueños,si tienes un ratito te invito a que des una miradita al blog de nuestra compañera suggar,
quizas te lleves una sorpresita.

Feliz año...

salmorelli dijo...

“… El Padrino, no quedó muy conforme después de la conversación mantenida con Macarudi, contactó con su Delfín y ambos comenzaron a mover los hilos para controlar aquella extraña situación.

-Salmorelli, ¿Cuánto tiempo tardarías en llegar a Ronda?-le preguntó por teléfono.-
-Unos 40 minutos, Padrino.-contestó éste.-
-Bien, no te entretengas. Nos veremos en el Parador como mucho en una hora, por el camino llamaré a nuestros contactos en la Guardia Civil, para que nos presten su ayuda.
-¿Tan grave es la situación?
-Sí una mujer como, Macarudi, está tan apurada debe de serlo.-añadió.-

Sin perdida de tiempo se pusieron en camino hacia Ronda, que se encontraba ubicada a mitad de camino entre la residencia de Salmorelli y de la del Padrino en la Costa del Sol.

Macarudi, María y Portillo, por su parte, tomaron un taxi para que les llevara a Alpandeire.

- ¿Porqué no avisamos a la Policía? .-preguntó, María.-
- No hay tiempo.-contestó, la pitonisa.-
- Pero, ¿qué vamos a detener nosotros? –preguntó, Cristóbal.-
- Amigo, si avisamos a la policía nos entretendrían en comisaría durante horas con miles de preguntas. Además en las cartas pude ver que muchos de los responsables de la seguridad de esta zona son unos corruptos de primer orden que están al servicio del tal Lastrux.
- De acuerdo, tú sabrás lo que vamos a hacer, -contestó Portillo.- ¿De cuanto tiempo disponemos?
- Creo que de una hora, como mucho.-contestó, la sevillana.- Una pregunta, Cristóbal, ¿por qué la propiedad de tu casa está a nombre de Matías Castaño?
- Eso es una historia muy larga de contar. ¿Por qué?
- Porque vi algo en las cartas, que no termino de entender.
- Mi madre era madre soltera, y las familias de Castaño y la de ella se criaron juntos, después de la guerra civil y tras fallecer mis abuelos los señorítos del lugar quisieron quitarle la vivienda a mi madre, por sus raíces de izquierdas, y según cuenta mi madre, Matías, batalló con notarios y juzgados para hacerse con la casa y que siguiéramos viviendo en ella.
- Bastante interesante, que historia muy bonita.-dijo , María.-


Una hora, era el tiempo del que disponían, el Padrino y su Delfín, para intentar solucionar el problema de su vidente. Conduciendo desde puntos opuestos estaban a punto de llegar a la población malagueña…”

mari dijo...

Ahora si estan todos,GENIAL!!!!

Un beso...

annasunn dijo...

Ya nada más faltaban en la historia el "Padrino" y Salmorelli..Ja!Esto si que se está poniendo de lo más interesante.

Javier Benitez dijo...

Saludos a todos...!ahora hemos llegado a un punto my interesante de esta historia cada vez me gusta más.

Un abrazo maestro.

suggar dijo...

¡ Ole ole y ole ! Magistral novela y prodigiosa tu mente !

salmorelli dijo...

“… Al llegar al Parador, Salmorelli, saludó discretamente al recepcionista que le sonrió cortésmente al reconocerlo. Con paso firme cruzó el salón de entrada y se dirigió hacia la cafetería del hotel, donde esperaba su mentor.

- Buenas tardes, Padrino.-
- Buenas tardes, delfín.-contestó éste levantándose del banquillo en el que aguardaba sentado junto a la barra para fundirse con él en un fraternal abrazo.-
- ¿Le ha ido bien el viaje?
- Bueno, sí, pero ya sabes que ando delicado y me casan muchísimo los kilómetros.

El Padrino, tomó a Salmorelli por el brazo y lo alejó de la barra hasta llegar a la terraza del Parador. El frío calaba los tuétanos, pero necesitada intimidad para hablar con su consigliere y delfín.

- Hijo, -dijo con tono reposado.- Necesitamos, cómo te dije, ayudar a nuestra buena amiga, Macarudi.
- No sé aún de que se trata, pero si usted lo tiene decidido no soy quién para cuestionarle ninguna decisión, ya lo sabe.-contestó.-
- Gracias, ya debe estar a punto de llegar el contacto de la Guardia Civil, que nos ha enviado el consigliere, Quinobi.
- Pero ¿está en peligro nuestra vidente? –preguntó preocupado, Salmorelli.-
- No lo creo, aunque ya sabes que nuestra guapa brujita parece estar protegida por los mismísimos cielos, en esta ocasión me parece que ha descendido a los infiernos y se puede quemar.
- Padrino, ¿en que lió se encuentra?
- Se ha metido en contramano con la Sociedad de la Pluma.
- ¿Contra esos desalmados?
- Si, parece ser, que trata de proteger a un amigo suyo, escritor, que corre peligro de muerte.
- No me extraña, esos bastardos no se casan con nadie.-añadió, Salmorelli.- ¿Qué opinan el resto de los miembros de nuestra cúpula? –Preguntó el delfín, apoyándose en la barandilla que daba a unas magnificas vistas del afamado Tajo de Ronda.-
- De eso también quería hablarte. Este asunto a nivel de sociedades, ni nos va ni nos viene, es una ayuda a nivel personal, y aunque cualquier decisión mía debe de respetarse no quiero involucrar a la familia en un asunto tan peliagudo. Nuestras relaciones con la sociedad de la pluma no han sido jamás fraternales y ni tan siquiera mercantiles, pero si que han sido al menos cordiales durante años.-dijo el, Padrino.- Pero sabes la situación que atravesamos, y crearnos más enemigos no me lo perdonaría jamás desde la jefatura que ostento.-añadió.- Este debe ser un pacto entre nosotros y he pedido a, Quinobi, discreción y que no haga preguntas.
- Pues que así sea, Padrino…”

salmorelli dijo...

“… ¡El excelentísimo Duque de Lastrux! –Gritó, el ujier, anunciando la visita del máximo mandatario de la sociedad de la pluma.-

El conde De la Vega, corrió a recibirlo con una ligera reverencia y Varcárcel hizo el ademán de ir también hacia él. Matías Castaño, lo agarró por el brazo y frenó de golpe cualquier tentativa de acercamiento del escritor.

De la Vega, condujo con cautela a Lastrux hacia su despacho despachando con educación a los “aristócratas” que salían al paso del duque para mostrarle pleitesía. En la habitación contigua al despacho esperaban sus secuaces para actuar, cuándo el conde estimase oportuno, y llevarlo al laboratorio de Ocaña y Suárez.

A las fornidas murallas que acordonaban el majestuoso palacete llegaba el taxi que conducía a los tres supuestos salvadores de aquella Asamblea.

- Puede dejarnos aquí.-indicó macarudi al taxista.- Dígame que le debo.

Al bajar del vehículo, la adivina indicó a María y a Portillo que la acompañasen a una vieja casa, de estado ruinoso, que debió de pertenecer en el pasado a los pastores o guardeses de aquella finca.

- ¿Qué vamos hacer aquí?-preguntó Cristóbal a su amiga.-
- Tranquilízate, Cristóbal, sería de locos adentrarnos en esa guarida de lobos. A sí que intentaré realizar algunos trabajos desde ésta casucha a ver si solucionamos algo.-contestó la sevillana.-
- Maca, ¿tenemos tiempo de hacer algo? –Preguntó la catalana.-
-No lo sé, María, tengo que consultar de nuevo mis cartas.

Mientras, la vidente, sacaba sus cartas y velas del bolso, Cristóbal calzaba una vieja mesa apostada cerca de una vieja chimenea para que su amiga pudiera realizar todas sus averiguaciones.

En ese momento, dos encapuchados, patearon la puerta de entrada del chozo con pistola en mano sobresaltando a los tres amigos.

- ¡Quietos, no moveros! –gritó uno de ellos.-
- ¿Quiénes sois? –preguntó, Portillo.-
- Poneros los tres delante de la chimenea –ordenó el otro acompañante con autoridad - … “

salmorelli dijo...

“… Al entrar en el despacho de De la vega, Lastrux, quedó sorprendido por las palabras de su subalterno.

- Siéntese, Duque, siéntese.-le indicó.-
- ¿Qué ocurre? ¿algún contratiempo de última hora? –preguntó , Lastrux, contrariado.-
- No ¿Por qué lo pregunta?
- Ya es tarde y debemos de empezar, ¿Ha llegado, Varcárcel, con el estúpido de Castaño?
- Ese ya no es su problema, mi querido duque.-apostilló el conde.-
- ¿Cómo dice?
- Digo, que todo ha terminado para usted. Se acabaran los problemas, los contratiempos y sobre todo el dar ordenes.
- ¡Se ha vuelto loco, De la Vega!
- Yo no, usted se va a volver loco.-contestó, De la Vega, indicando a sus secuaces por el interfono que entraran a recoger al duque.-
- ¡Maldito, hijo de puta, que está haciendo! –gritó indignado.-

Al instante entraron cuatro gorilas y redujeron al anciano para llevarlo hasta el laboratorio. Allí, Suárez y Ocaña, aguardaban con los guantes de látex cubriendo sus manos, para comenzar con el experimento que destruiría de una vez la mente de Lastrux para siempre. De la Vega, acompañado de dos enmascarados que le rendían pleitesía, acudió a la sala de asambleas para presidir por primera vez el acto protocolario de la sociedad de la pluma.

Mientras, al Parador de Ronda, llegaba Quinobi para dar novedades al Padrino.

- Padrino, disculpe los cambios de planes.
- ¿Qué ha ocurrido, mío consigliere? –preguntó ante la atenta mirada de Salmorelli.-
- Descubrimos a tiempo que varias de las cabezas visible de la Guardia Civil de la comarca estaban comprados por esa gentuza.
- Pero, eso ya se presumía, ¿Qué ha pasado con nuestros contactos?
- Son ellos los que me ha desaconsejado mover ficha, porque hay demasiados intereses en juego.
- ¿Entonces?
- Me apresuré en tomar la decisión de que interceptaran a sus amigos antes de que entraran en esa asamblea, en estos momentos mis hombres los tienen retenidos en un lugar seguro.
- ¿Y no podemos hacer nada por su amigo el escritor?
- No lo sé, Padrino, tengo a un infiltrado dentro de la asamblea, pero sabe Dios como va a terminar todo aquello.
- ¿Quizás si fuéramos nosotros podríamos solucionar algo? –preguntó, Salmorelli.-
- Sería un autentico suicidio y además no hay tiempo, nuestro contacto en el interior me ha comunicado que está a punto de comenzar la asamblea y estamos a media hora de camino.-apostilló, Quinobi.-
- ¿Y qué haremos?
- Le recomiendo que esperemos noticias aquí, lo principal es que hemos salvado la vida de su amiga.
- Está bien, aguardaremos aquí para ver cual es el desenlace de ésta historia y que Dios proteja a ese viejo escritor…”

salmorelli dijo...

“… En la casa de pastoreo los hombres de Quinobi tranquilizaron a los tres amigos identificándose ante ellos, Macarudi, les agradeció el gesto de protección por parte de la familia, pero les pidió que la dejasen trabajar. Tras pedir confirmación al consigliere accedieron a que la vidente realizara sus rituales.

En la Asamblea, ante los atónitos compromisarios, De la Vega tomaba la palabra.
- Ruego, disculpen al señor duque pero se encuentra algo indispuesto.-dijo desde la mesa presidencial.
- Pero, si lo hemos visto llegar y tenía muy buen aspecto .-increpó un miembro desde la tribuna de la derecha.-
- Sí, pero ha sufrido un desvanecimiento y nuestros hombres lo han llevado al hospital. Pido que dediquemos una oración, para que no sea nada de importancia.

Matías, situado a unos 20 metros de Varcárcel, se había percatado de que había un asistente más de lo previsto en aquél acto. Contó y recontó los miembros y había un enmascarado de más, quizás por eso De la Vega no se había dirigido aún a Raimundo para preguntar si él había asistido o no. Pero, ¿quién sería el intruso? ¿Habría acudido a última hora el vizconde de Hinojos desatendiendo las instrucciones de Varcárcel? , no, el intruso era el miembro de la sagrada sociedad de hostelería, que había introducido, Quinobi en aquella operación.

- Señores, quiero comunicaros el motivo de ésta asamblea extraordinaria.-dijo De la Vega.- Este no es otro de que tenemos aquí presente a un impío que nos ha traicionado continuamente a lo largo de la historia.

Los murmullos se esparcieron como gasolina prendida de unos a otros comentando aquellas duras palabras de De la Vega y llevándose las manos a la cabeza.

- Si, no asustaros ni asombraros por lo que os estoy diciendo. Hemos conseguido tender una trampa a un traidor que tenía intención de cometer cualquier atrocidad contra nosotros.-continuó el conde.-
- ¡De quién se trata!- gritó el archiduque de Irún, que se encontraba sentado justamente delante de Matías.-
- ¡Matías Castaño! ¿dónde estás? –gritó de la Vega.-

De nuevo los asamblearios comenzaron a murmurar en un tono cada vez más elevado, mientras Matías atendía tembloroso a las exclamaciones de los aristócratas sentados junto él, sin quitar ojo de encima a Varcárcel y haciendo a la perfección el papel del mudo de Hinojos…”

salmorelli dijo...

“… En la casa de pastoreo los hombres de Quinobi tranquilizaron a los tres amigos identificándose ante ellos, Macarudi, les agradeció el gesto de protección por parte de la familia, pero les pidió que la dejasen trabajar. Tras pedir confirmación al consigliere accedieron a que la vidente realizara sus rituales.

En la Asamblea, ante los atónitos compromisarios, De la Vega tomaba la palabra.
- Ruego, disculpen al señor duque pero se encuentra algo indispuesto.-dijo desde la mesa presidencial.
- Pero, si lo hemos visto llegar y tenía muy buen aspecto .-increpó un miembro desde la tribuna de la derecha.-
- Sí, pero ha sufrido un desvanecimiento y nuestros hombres lo han llevado al hospital. Pido que dediquemos una oración, para que no sea nada de importancia.

Matías, situado a unos 20 metros de Varcárcel, se había percatado de que había un asistente más de lo previsto en aquél acto. Contó y recontó los miembros y había un enmascarado de más, quizás por eso De la Vega no se había dirigido aún a Raimundo para preguntar si él había asistido o no. Pero, ¿quién sería el intruso? ¿Habría acudido a última hora el vizconde de Hinojos desatendiendo las instrucciones de Varcárcel? , no, el intruso era el miembro de la sagrada sociedad de hostelería, que había introducido, Quinobi en aquella operación.

- Señores, quiero comunicaros el motivo de ésta asamblea extraordinaria.-dijo De la Vega.- Este no es otro de que tenemos aquí presente a un impío que nos ha traicionado continuamente a lo largo de la historia.

Los murmullos se esparcieron como gasolina prendida de unos a otros comentando aquellas duras palabras de De la Vega y llevándose las manos a la cabeza.

- Si, no asustaros ni asombraros por lo que os estoy diciendo. Hemos conseguido tender una trampa a un traidor que tenía intención de cometer cualquier atrocidad contra nosotros.-continuó el conde.-
- ¡De quién se trata!- gritó el archiduque de Irún, que se encontraba sentado justamente delante de Matías.-
- ¡Matías Castaño! ¿dónde estás? –gritó de la Vega.-

De nuevo los asamblearios comenzaron a murmurar en un tono cada vez más elevado, mientras Matías atendía tembloroso a las exclamaciones de los aristócratas sentados junto él, sin quitar ojo de encima a Varcárcel y haciendo a la perfección el papel del mudo de Hinojos…”


“… Quinobi, mantenía en abierto la señal que llegaba desde el Palacete a través del micro-receptor que llevaba colocado su hombre. En compañía del Padrino y de su Delfín permanecía atento a todos los movimientos que se daban en la asamblea.

Ante los últimos murmullos recibidos por la acusación en público de De la Vega, el Padrino, indicó a su consigliere que debía de sacar al discípulo de allí cuanto antes, porque corría peligro su vida.

- Nicóla, sal urgentemente de esa cueva de lobos.- le ordenó, Quinobi.-
- Señor, quizás si aguanto un poco más pueda llegar hasta Castaño y sacarlo conmigo de aquí.- contestó su discípulo esperanzado en continuar camuflado entre aquellas decenas de personas, todas ellas igualmente ataviadas.-
- Nicóla, soy Salmorelli, atiende bien. Esa gente se conocen entre ellos a la perfección y en breve espacio de tiempo te quedarás con el culo al aire y estarán dispuestos a todo. ¿Has encontrado al tal Castaño?
- No, aún no.
- Pues entonces no se hable más, sal de hay, ya. -Ordenó el Delfín.-

En la casa de pastoreo, Macarudi, echaba sus cartas sobre la corroída mesa, mientras Portillo permanecía sentado enfrente de ella, y María, miraba a través de los viejos visillos de una ventana orientada hacia el Palacete a la espera de descubrir algo. Los hombres de la “Familia”, continuaban apostado en el exterior velando en todo momento por aquellas tres personas, cómo les habían ordenado.

- ¡Mirad! , ahí se acerca una chica.-exclamó, María.-
- ¿La han vistos nuestros vigilantes? –preguntó, Macarudi, levantando la vista de la mesa.-
- No lo sé, viene caminando por la parte opuesta a la entrada de esta casa t parece que se dirige al Palacete.-contestó la periodista.-

Cristóbal se acercó rápidamente al ventanal y al ver a aquella mujer le dio un vuelco el corazón.

- La conozco, Macarudi, conozco a esa mujer que se está acercando.-dijo el escritor sin apartar la mirada de ella.-
- ¿Quién es, Cristóbal? –preguntó, María, mientras la vidente también se acercó a mirar por la ventana.-
- No te lo puedo decir exactamente, pero me ha venido un flash del día del secuestro y te puedo decir que ella tiene mucho que ver en la historia de aquél día. Vamos a hacer una cosa, Macarudi, entretén a los guardianes mientras yo intento hablar con ella.
- Pero, podría ser peligroso si esa mujer nos descubre.
- Hazme caso, amiga, el que corre peligro es Matías, que se encuentra hay dentro. Nosotros tenemos un coche en la puerta para darnos a la fuga y encima bajo protección.-concluyó, Cristóbal.-

Macarudi, salió a la puerta y comprobó como los guardianes permanecían ajenos a la llegada de aquella dama entretenidos con la nueva pistola de uno de ellos. Se acercó y les pidió un cigarrillo mostrando interés en compartir lo novedosa que resultaba el arma en cuestión…”

salmorelli dijo...

“… Portillo, salió sigilosamente y con habilidad por el ventanal de la casa y avanzó a gatas hasta llegar a un árbol que se encontraba a unos 20 metros del camino que conducía al Palacete. A los pocos segundos, la misteriosa mujer, que cubría su cabeza con la capucha de un abrigo negro pasó por delante de él.
- Chsss… -siseó, Cristóbal, sobresaltando a la chica.- No temas, ven. – La mujer al verlo abrió los ojos llena de sorpresa y sonrió al reconocerlo acercándose hasta él.-
- ¿Portillo?
- ¿me conoces? –le preguntó haciéndole sitio entre la maleza que rodeaba al árbol, para no ser descubiertos.-
- ¡Estás vivo! –exclamó en voz baja.-
- ¿quién eres? , sé que te conozco, pero no puedo recordar de que.
- No me extraña, esos salvajes te lavaron el cerebro y estaban dispuestos a matarte, soy una de las prostitutas que prestaron servicio el día que te torturaron.

La mente de Cristóbal, pareció recibir una rendija de luz y recordó a aquella bella mujer cabalgando encima de él, mientras lo advertía del mal que le estaban haciendo.

- Fuiste tú la que me advirtió del tal Lastrux, ¿verdad?
- Sí, pero tengo que dejarte. Si no me presento a la hora fijada la vida que correrá peligro será la mía.
- Pero no puedo dejar que te vayas, ¿porqué te prestas a esto?
- Uff, esa es una historia que no viene en los convenios de mi oficio. Un día entras y ya está. Sólo es cuestión de suerte.- y dando un beso en sus labios, la chica, cubrió de nuevo su cabeza y se echó al camino de nuevo.-

Al girarse se topó con, María, que había seguido sus pasos por el ventanal sin darse cuenta y había escuchado la conversación de ambos a muy pocos metros de ellos.

- ¡Dios! , que susto me has dado. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no te has quedado en la casa como te dije? –Preguntó recuperándose del sobresalto, Portillo.-
- Aquí hay que actuar y estáis perdiendo el tiempo.-le contestó, María, colocándose un fular, que había cogido del bolso de Macarudi para protegerse del frío, a modo de velo y dirigiéndose al camino.-
- ¡María! , estás loca, vuelve aquí.-le gritó.-

Pero, María, continuó el camino uniéndose a la desconocida que había hablado con su amigo minutos antes.

- ¿Quién eres? ¿Eres nueva? –Le preguntó la prostituta.-
- No exactamente, sólo soy nueva en esta plaza, pero llevo muchos años de experiencia.-contestó con desparpajo la catalana, acostumbrada a actuar en infinidad de ocasiones para conseguir sus prestigiosos artículos.-
- ¿Pues no vienes muy bien ataviada que digamos?
- Es que intento colarme en este círculo y no sabía como presentarme.
- Valiente pardilla, está bien. Te echaré un cable con los ropajes de otras compañeras…

Portillo, intentó seguirlas pero rápidamente fue interceptado por los hombres de la “Familia”, que se habían percatado del absurdo papel que estaba representando, Macarudi, ante ellos.

- ¡Suéltenme! No ven que mi amiga corre peli... –no le dio tiempo a terminar cuando unos de los hombres del Padrino le tapó la boca y a escasos metros de ellos pasó un todo terreno cargado de hombres armados.-

De nuevo en la casa, los hombres de la “Familia”, recriminaron a Portillo y a la vidente la actitud mostrada en aquella peligrosa situación, convenciéndolos de que ellos sólo estaban allí para protegerlos y de que no eran el enemigo.

Macarudi, les pidió disculpas ya que ella era el motivo de que estuvieran allí, mientras, Cristóbal lloraba y se maldecía con rabia por haber dejado que su amiga se viera inmiscuida en aquella película sin comerlo ni beberlo…”

salmorelli dijo...

“… - Bien, en vista de que el impostor no quiere dar la cara, voto por que nos descubramos todos, los rostros, ahora mismo.-ordenó De la Vega.-
- Pero, ¿Qué está diciendo, señor conde? Nuestras reglas impiden una decisión de este calibre y nuestra máxima autoridad se encuentra ausente de esta asamblea.- intervino el conde de Ramblas.-
- Yo soy la segunda autoridad en la sociedad y en ausencia del Duque soy el que mando.-contestó indignado.-
- Nada de eso, usted está supliendo la baja del señor Duque circunstancialmente y sólo por coordinar esta reunión. Usted no puede tomar una decisión tan trascendental así como así.-dijo el marques de las Cies, desde la otra tribuna.-
- Señores, pongamos un poco de orden.-intervino el vizconde de Alcobendas, compinche de De la Vega en otras cuestiones.- El señor conde, tiene pruebas de que existe un impostor entre nosotros. ¿No es suficiente motivo para alterar nuestras normas?
- ¿Y porque no vota la junta una solución más loable a nuestras reglas?-gritó otro aristócrata desde su asiento.-
- Podéis llevar razón. Si el conde De la vega nos da su permiso, no estaría mal que os retiraseis todos hasta la sala de espera, mientras nos reunimos la junta para encontrar un punto de acuerdo a este conflicto.-dijo el vizconde de Alcobendas, ante la soberbia contenida en los puños de De la Vega, que asintió con la cabeza para dar su permiso.-

Entre un suave murmullo, los compromisarios, se fueron retirando a la sala anexa donde el personal de servicio les aguardaba para ofrecerles un refrigerio mientras los máximos mandatarios intentaban ponerse de acuerdo.

- Nicóla, ahora es el momento de salir de ahí.-indicó, Quinobi a su discípulo por el micro-receptor.-
- Espere, señor, hay un movimiento extraño entre estos enmascarados.
- ¿Qué sucede?-preguntó Salmorelli.-
- Un milagro, parece que el mudo está hablando con otro de ellos.-dijo, el discípulo.-
- Pero, ¿Qué mudo?
- El vizconde de Hinojos, el escritor mudo. Voy a seguirles.
- ¡No!-ordenó salmorelli.- Vete de ahí inmediatamente.
- Señor, pero…
- No has oído al Delfín, sal de ahí inmediatamente.-ordenó, Quinobi.-

En el laboratorio, continuaban las tareas para anular a Lastrux para siempre. Suárez y Ocaña aplicaban minuciosamente la propinizaza al debilitado anciano, que era completamente incapaz de oponer resistencia al experimento…”

mari dijo...

Salmorelli, esto no puede estar mas emocionante. O si....

Sorpréndenos como tú sabes, me encanta estoy disfrutando de lo lindo. Solo falta en el relato que Salmorelli haga su entrada triunfal en el palacete y se lie una de órdago...

Un beso.

salmorelli dijo...

“… Audazmente, Nicóla, se zafó de la sala de espera excusándose para ir al servicio y por la ventana de mismo comenzó a descolgarse con gran habilidad. Al cuartel general del Padrino, instalado en el Parador Nacional, llegaban mientras tanto las últimas noticias desde la casa de pastoreo. Salmorelli, no daba crédito a la ineficacia de los discípulos de Quinobi. ¿Cómo se os podido escapar esa mujer hacia la zona del conflicto? Les preguntaba ante las inexistentes respuestas de los hombres de la “Familia”. El delfín, convirtiéndose en el abanderado del centro improvisado de operaciones, contactó urgentemente con el hombre al que acababan de ordenar que abandonase la operación.

- Nicóla, ¿dónde te encuentras?
- Estoy abandonando el Palacete, señor.-contestó en voz baja y con el pulso acelerado.-
- Lo siento, amigo, pero necesito que vuelvas a entrar.-dijo Salmorelli.-
- ¿Pero?
- Nicóla, tienes que entrar para salvar a una mujer. Sé que puede resultar muy peligroso, pero eres nuestro único miembro en escena.
- No se preocupe, Salmorelli, acataré sus instrucciones.-contestó el italiano, buscando la manera de volver a entrar de nuevo por la ventana del servicio, para no levantar sospechas.-

Las chicas contratadas para ofrecer sus servicios a los asamblearios eran recibidas por los gorilas de seguridad que controlaban la puerta de servicio. Estos tonteaban y toqueteaban a las prostitutas hasta acompañarlas a la sala de fiestas en la que tenían que esperar a los miembros de la sociedad de la pluma, para complacerlos a finalizar la Asamblea.

- ¿Tú eres nueva? –preguntó uno de los fortachones a María.-
- Nueva en esta plaza, pero la mejor cuando se me conoce de cerca.- contestó con desparpajo para no ser descubierta, mientras se mordía los labios para evitar dar un bofetón al matón que manoseaba su trasero.-
- Roberto, deja a la señorita, ya habrá tiempo cuando terminen con estos ricachones, para llevárnoslas a sus casas.-espetó su compañero.-
- Eso, Roberto, guarda fuerzas para cuando terminemos.-le contestó, María, guiñándole un ojo y continuando su camino con las demás chicas.- …”

salmorelli dijo...

“… -Necesito que me dejéis sola.- comentó Macarudi, a los hombres de la “Familia” y a su amigo Cristóbal-
- Mire, señora, ya hemos tenido bastante con la huida de su amiga .-contestó uno de sus protectores.-
- No se preocupe, amigo, que yo no me voy a alejar de esta casa hasta que ustedes me lleven, sólo necesito estar sola para realizar un ritual.-apostilló la vidente.-

Macarudi cerró y tapó cualquier rendija de puertas y ventanas por la que pudiera entrar el aire. Con dos velas encendidas y su cruz de Caravaca sobre la mesa comenzó a recitar unas oraciones en latín, sentada en una vieja silla, a continuación inició una de sus tiradas de cartas del tarot y las fue amontonando compulsivamente. Con los montones en forma de cruz se levantó y dio varios paseos alrededor de la mesa, pasados unos minutos abrió la puerta y permitió que entrara en la casa su amigo, Cristóbal.

- ¿has conseguido ver algo, Maca? –preguntó con preocupación, Portillo.-
- Pasa, Cristóbal, pasa. Necesito volver a hipnotizarte con lo que ya he averiguado.-le contestó su amiga.-

Tras realizar de nuevo la ceremonia para llevar a la inopia al escritor y realizarle varias preguntas, Macarudi, llena de satisfacción, pidió a los hombres de la “Familia”, que la pusieran en contacto con el Padrino.

- ¿Padrino?
- No, Macarudi, soy Salmorelli, dime, el Padrino esta a mi derecha.-contestó el Delfín.-
- Salmorelli, creo haber visto muchas de las escenas que se están desarrollando dentro del Palacete. ¿tenéis a un hombre dentro, verdad?
- Sí, al discípulo, Nicóla.
- ¿Y habéis establecido prioridades en su orden de actuación?
- No es cuestión de orden, Macarudi, es cuestión de no poner su vida en peligro. Le hemos ordenado que rescate a tu amiga, pero andará desorientado en busca de ella y al límite de la crispación por no ser descubierto.-añadió, Salmorelli.- Si hubieses avisado con tiempo habríamos controlado la operación por completo, pero con dos horas demasiado estamos haciendo.-apostilló.-
- Lo sé amigo, pero así se han desarrollado los acontecimientos…”

salmorelli dijo...

“… En el gran salón de Asambleas, los mandatarios de la Sociedad de la Pluma discutían exacerbados, para encontrar una solución al conflicto creado por la presencia de un impostor en la misma. De la Vega, apoyado por cuatro de los mandatarios era minoría ante los siete miembros restantes. Una y otra vez quería imponer su voluntad por ser la segunda persona de a bordo de aquel grupo masón.

El Marqués de Cuba, que lideraba el grupo mayoritario de aquella junta en disputa, quiso concluir la discusión argumentando que si era cierto que existía un impostor en la sala estaban a tiempo de suspender la Asamblea, ya que no habían tratado ningún asunto espinoso que pudiera trascender en el exterior e incluso si esa persona era el depravado de, Castaño, ya se haría justicia con él en la calle sin que esto pudiese crear conflicto entre los asamblearios.

El vizconde de Alcobendas, volvió a llamar a solas a De la Vega, para exponerle un plan alternativo que contentara a todos los miembros de la Junta. El de Alcobendas pretendía que se suspendiera la Asamblea, cómo había propuesto el marques de Cuba, pero también que pasaran todos a la sala de fiestas para celebrar como siempre el encuentro de escritores, con esto ganarían tiempo para descubrir a Castaño y para hacer justicia con él. El conde De la Vega, aceptó la propuesta y la expuso ante el resto de aristócratas, obviando claro está la segunda parte del plan.

Todos de común acuerdo transmitieron al resto de asamblearios la propuesta de celebrar simplemente la fiesta, para no entrar en decisiones que alteraran las normas de la Sociedad sin estar Lastrux presente…”

annasunn dijo...

Valla,valla,no paras eh?Pues sí que se está poniendo la asamblea interesante.Me gusta mucho la intromisión de la "Familia" en esta novela.Sigue,sigue..!

salmorelli dijo...

“… Matías, se vio contrariado al ver a María entre las prostitutas que venían a complacer los deseos carnales de los asamblearios. Si apartar la vista de, Varcárcel, consiguió acercarse hasta ella y tirar de su brazo para llevarla aun rincón de la sala de fiesta, mientras otros aristócratas se mofaban de él comentando como el mudo de Hinojos había ido en busca de la nueva ramera sin esperar ni tan siquiera a tomar una copa. El mudo debe de estar muy caliente decían entre risotadas.

Castaño, cogiendo por la cintura a María entre sus manos y arrimándose a su cuello con disimulo, denoto cierta hostilidad por parte de la catalana, pero apretándola contra su anciano cuerpo logró susurrarle al oído.

- María, ¿qué haces aquí?
- ¿Matías?
- Tienes que salir de aquí, ¿estás locas? –preguntaba a la vez que besuqueaba su cuello.-

Nicóla, con un whisky en la mano, preguntaba a través del micro-receptor al cuartel general que le describiesen a la chica que debía salvar, tras recibir los detalles de la dama recibidos a su vez desde la casa de pastoreo, el italiano la pudo localizar entre las fauces de un enmascarado. Como pudo llegó hasta ellos e intervino elegantemente para contactar con ella.

- Hermano, déjame probar la mercancía.

Con gestos, Matías, interpretaba su papel de mudo intentado que el desconocido desistiese de su intención, para que fuera en busca de otra mujer, pero Nicóla tomó la mano de María con delicadeza y tiró de ella para llevársela a otra zona de la sala.

- ¿es que no hay otras mujeres? Ya estaba con éste señor.- le dijo, María.-
- Déjese de tontear con estos hombres y salgamos de aquí.-contestó Nicóla.-
- Pero, ¿quién es usted?
- Soy miembro de la Sagrada Sociedad de Hostelería y me han mandado para que la rescate. Hay que estar muy loca para meterse en esta jauría de lobos.
- Estoy aquí para intentar salvar al hombre con el que estaba hablando.
- ¡Con el mudo! .-exclamó-
- No es mudo, es Matías Castaño.


Nicóla, levantó su mirada y comprobó que el enmascarado que se hacía pasar por mudo no dejaba de mirarlos. Así que hizo un gesto con su mano para que se acercara a ellos.

María, a la espera de que se uniera el escritor de nuevo a ellos, comprobó como todas las chicas allí presentes se desmadraban en besos y toqueteos con los enmascarados, incluso había algunas de ellas semidesnudas que con descaro esnifaban drogas por las esquinas y reían a carcajadas soportando con agrado las bromas de los aristócratas…”

salmorelli dijo...

“… - Mío Consigliere, ¿cómo va todo?
- Las noticias que nos llegan son inquietantes.-contestó, Quinobi, al regreso del Padrino, que había salido para atender una llamada de teléfono.-
- Salmorelli, y tú ¿cómo lo ves?
- Padrino, está en juego la vida de uno de nuestros hombres y de los amigos de Macarudi, por no mencionar que el resto de los nuestros, aún estando de momento a salvo, continúan dentro del perímetro de seguridad de la finca del Palacete.-contestó, su Delfín.-
- Que el santo Raimundo, nos proteja. Pero oídme atentamente, pase lo que pase nunca reconoceremos que la Sagrada Sociedad de Hostelería está involucrada en esta historia ¿queda claro?
- Usted mande, que nosotros obedecemos .-dijo Salmorelli, cumpliendo con las normas de obediencia al Padrino.-
- Bien, de ahora en adelante llamaremos a este episodio el pacto de Ronda, y tan sólo nosotros tres estaremos al tanto de cualquier paso que se dé al respecto.
- Así será.-contestó, Quinobi.-

En la casa de pastoreo, Macarudi, hacía indicaciones a los hombres del Padrino para que transmitieran a Nicóla lo que estaba viendo a través de sus cartas. Lo informaron de que se estaban desarrollando algunos experimentos en lo que parecía una especie de laboratorio en el que había un anciano de barbas sometido a una especie de lavado de cerebro.

Esta película le fue resultando familiar a Cristóbal, que cogió del brazo a la vidente para preguntarle si encajaba en aquella visión el nombre del doctor Suárez, Macarudi, no supo concretarle sobre la marcha, pero le pareció estupendo que Portillo comenzara también a recordar cosas que le podían haber sucedido en aquella mansión.

Nicóla, continuando con el sobeo cada vez más subido de tono hacia María, transmitía a ésta las informaciones de Macarudi, y ella a su vez se apartaba como poseída del italiano para acercarse a Matías dándole achuchones para que recibiera también las noticias. Matías, descifró con aquellos datos que el anciano al que estaban sometiendo no podía ser otro que Lastrux, así que dio un empujón a María para devolverla a los brazos de Nicóla y fue en busca de Varcárcel, que no se había atrevido a moverse de la barra de la sala de fiestas tras las amenazas de Castaño…”

LUPA dijo...

lastima que parece ser que la historia hasta a puntito de terminar estoy disfrutando de lo lindo.

salmorelli dijo...

“… - Llévame al laboratorio donde escondéis a Lastrux.- dijo Matías a Varcárcel agarrándolo por el brazo.-
- Pero, ¿qué coño estás diciendo, te has vuelto loco? –le contestó, Raimundo Varcárcel queriendo zafarse de él.-
- Nada de eso, sé que tenéis al duque escondido en algún lugar de ésta casa, así que vamos.
- Matías, ya has oído a De la Vega, a Lastrux lo han llevado al hospital porque ha sufrido un desvanecimiento, y suéltame que me estás haciendo daño y estás llamando la atención de los demás.
- Vamos, no te creas que he organizado todo esto para nada, tira por ese pasillo y disimula, tú tienes que saber cómo miembro de la junta que eres donde se encuentra vuestra particular sala de tortura.

De la Vega, al ver aquél movimiento extraño de Varcárcel, en compañía del mudo de Hinojos, llamó la atención de los miembros de seguridad para que lo acompañasen a descubrir lo que sucedía realmente. Nicóla, se encontró con el dilema de seguirlos o de abandonar a María en manos de aquella gentuza, así que decidió consultar con el cuartel del Parador antes de actuar.

- Señor, el elemento a proteger se ha perdido por uno de los pasillos en compañía de otro enmascarado y un grupo de gorilas lo van siguiendo, yo estoy en compañía de la chica. ¿Qué debo hacer? ¿es más importante el sujeto o la dama?
- Nicóla, soy Salmorelli. No hay tiempo para más, abandona el Palacete en compañía de la chica inmediatamente, y que el santo Raimundo te proteja.-ordenó el Delfín.-
- Entendido, señor, qué así sea.-contestó el italiano.-

Salmorelli, se puso en contacto con la casa de pastoreo y ordenó a sus hombres que prepararan la retirada en compañía de Macarudi y su amigo el escritor, y que recogieran a Nicóla y a la otra chica a la salida del cancel de la finca. Los hombres de Quinobi transmitieron los deseos del Padrino y de su Delfín a sus protegidos amparados en la mentira de que recogerían también a Matías, para evitar conflictos a la hora de querer retirarse de allí.

Nicóla, advirtió a María de que aguantara un poco más su papel de prostituta en la escena y que se dejara llevar por él. María en su interior pensó que tampoco resultaba demasiado sacrificado flirtear con un joven tan apuesto como el italiano para encima salvar su vida. Le preguntó por Matías y el discípulo de la “Familia”, siguiendo la consigna del cuartel general, le contestó lo mismo que sus amigos a sus protegidos.

- No te preocupes, María, de Matías se encargan mis compañeros…”

salmorelli dijo...

“… Varcárcel, guió a Matías hasta llegar al laboratorio intentando convencerlo de que su idea respecto a Lastrux era absurda por completo. Cuando llegaron al sótano, Castaño, le pidió silencio porque pareció escuchar como le seguían.

- Rápido, entremos.-ordenó a Varcárcel.-
- Lo siento, Matías, pero no conozco la clave de acceso a estas dependencias.
- ¡Deténganse! –grito De la Vega desde la otra punta del pasillo, quedando encerrados como en una ratonera sin salida.-
- Ni se te ocurra hacer nada, De la Vega, o este loco nos matará a todos.- indicó, Raimundo, mientras Matías esposaba con un hábil movimiento su muñeca a la del laureado escritor.-
- ¡Matías Castaño, suelte a Varcárcel inmediatamente! –le ordenó el conde avanzando hacia el en compañía de dos de sus hombres.-
- Abra usted la puerta de esta sala de torturas y ya hablaremos.

Al Conde se le iluminó la mente con la idea de atrapar al viejo escritor en el laboratorio y matar dos pájaros de un tiro si armar demasiado escándalo y con la posibilidad de someterlo a la propinizaza.

- De acuerdo, déjeme acercarme y tecleare la clave de acceso.
- Dígale también a sus hombres que se pueden retirar.


A regañadientes, De la Vega, ordeno a los miembros de seguridad que se retiraran haciéndoles un guiño, para que no se alejasen demasiado. Se acercó a la puerta de entrada al laboratorio e introdujo la numeración para acceder a la sala de experimentos. Suárez, se sorprendió al ver entrar a los tres enmascarados cerrándose la puerta tras ellos. Matías, preguntó por Lastrux a los médicos y ante el miedoso silencio de los galenos, arrastró de Varcárcel hasta llevarlo a la ventana de observación desde la que vigilaban las reacciones del Duque.

- ¡Suéltenlo!-ordenó Matías al doctor.-
- Lo siento señor, pero el duque está inconsciente
- ¿Qué le han hecho?
- Hemos borrado sus recuerdos que lo ligaban a la sociedad de la pluma.-contestó Suárez, mirando a De la vega.-
- Bien, siéntense todos, dónde yo los pueda ver.

Los miembros de seguridad de la pluma buscaban la manera de posicionarse a través de los conductos de calefacción para actuar en cuando recibieran la señal del conde…”

salmorelli dijo...

“… - La Asamblea, aún no ha terminado señor.-dijo el ujier, que horas antes anunciaba la llegada de los aristócratas en el vestíbulo.-
- Mire, ya no estoy para más copas y los máximos mandatarios se han perdido por ahí dentro, así que si no le importa quítese del medio que me voy con esta monada a echar un buen polvo.-contestó, Nicóla, achuchando a María ante la desconfianza del empleado.-
- Espere un momento, señor, debo consultarlo con mis superiores.

El ujier se cobijó del ruido de la fiesta en el pasillo anexo, para contactar con el equipo de seguridad. Nicóla, miró a ambos lados y siguió sus pasos. Al girarse el empleado ante la soledad de aquella galería, el italiano le propinó un golpe seco debajo de la nariz, que lo dejó sin conocimiento en el suelo.

Al instante el equipo de seguridad contestó al reclamo que había hecho el ujier por el interfono. El hombre de la “Familia”, suplantando al portero avisó de que uno de los enmascarados iba abandonar la asamblea en compañía de una dama con permiso de la gente de “arriba”

Aquella cuartada pasó un poco desapercibida de momento entre los miembros de seguridad que andaban bastante embrollados con el asunto del laboratorio, así que Nicóla, tiró de María y con parsimonia se dirigió a recoger su capa del guardarropa, dejando una buena propina al botones, y salió al exterior coqueteando con María, y despidiéndose con agrado del único vigilante que permanecía en la puerta, que sonreía al ver cómo lo pasaban ambos. Rechazó el servicio de chofer argumentando que prefería andar hasta la salida con la chica y que ya estaba avisado su propio empleado para que viniera a recogerlo al cancel…”

salmorelli dijo...

“… Macarudi, sentada en el asiento de atrás del toyota todo terreno de los discípulos de la “Familia”, continuaba echando sus cartas sobre su regazo hasta que tuvo una visión premonitoria de un desenlace fatal. Indicó a los hombres del Padrino que se apresuraran en llegar al cancel, para recoger a Nicóla y a María que estaban en peligro.

Portillo, al escucharla le preguntó por Matías, pero ese mismo momento una explosión tremenda dejo sordos a todos los tripulantes de aquél vehiculo. Una llamarada espectacular surgió a lo lejos del Palacete haciéndolos creer que había sucedido la peor de las tragedias, para sus amigos.

Al llegar al cancel, Portillo, bajo del coche y corrió camino adentro en dirección a la mansión, a lo lejos vio a una pareja que corría hacia él y cuando pareció reconocer a María una segunda explosión tiró de bruces a los tres al suelo.

El vehículo de la “Familia” ante la falta de personal en el cancel arrancó a gran velocidad la valla de paso existente en aquél control hasta llegar donde se encontraban los tres afectados. Macarudi, pidió a los discípulos que cargaran rápidamente a los tres en el coche porque debían abandonar la escena cuanto antes. Mientras, a lo lejos, la imagen dantesca de gente saliendo del Palacete con ropas incendiadas sin apenas poder avanzar, eran el decorado trágico en el que había acabado la Asamblea de la sociedad de la pluma.

Nicóla y Portillo, se valieron por ellos mismos para subir al toyota, pero María con el conocimiento perdido tuvo que ser ayudada por los demás. La conexión con el cuartel general, se perdió intencionadamente por parte de Salmorelli, que al oír el estruendo de la primera explosión decidió no dejar huellas de comunicación en aquél perímetro por si acaso existía una investigación posterior a lo sucedido, que pudiera relacionarlos…”

salmorelli dijo...

“… En escasos minutos, un número considerable de agentes de la guardia civil se personaban en las inmediaciones del Palacete acompañados de coches de bomberos, ambulancias y miembros de protección civil, para atender la tragedia acaecida. En el trayecto se cruzaron con el toyota azul de la “Familia” que iba a toda velocidad dirección a Ronda.

Salmorelli, tras consultar con el Padrino, decidió disolver la reunión que mantenía con él y con el consigliere Quinobi, para que este regresara a su residencia de la Costa del Sol, y evitar así cualquier eventualidad en contra de su persona. Al salir del Parador, recibieron la llamada de los discípulos comunicándoles que habían salido indemnes de la desgracia acaecida en el Palacete y que sólo el viejo escritor había quedado entre sus demolidas paredes.

El Delfín, continuando con el plan trazado, se despidió del Padrino haciéndose cargo de la situación y se citó con los discípulos de Quinobi en el domicilio de Portillo…”

salmorelli dijo...

“… Macarudi, se abrazó a Salmorelli al bajar del vehículo en el dintel del número 9 de la casa de Portillo y el escritor y María se despidieron de los hombres de la “Familia”, que tanto habían velado por ellos.

Nicóla, pidió a la catalana que cumpliera por última vez con su papel y que le diera un beso de despedida. Ella contestándole que no hacia falta representar papel alguno lo besó y le pidió que se cuidara mucho en un futuro.

Ya en el salón de la casa de Cristóbal, se fueron templando los nervios de todos y Salmorelli les indicó que no había nada que temer ya que ellos bajo ningún tipo de argumentos habían estado mezclados ni relacionados con la tragedia del Palacete. Les pidió que olvidaran lo sucedido por el bien de todos y les recordó que lo único que podían hacer por Matías Castaño, era rezar por su alma, ya que no creía por los informes que le habían llegado y los presentimientos de la vidente, que hubiera ningún sobreviviente en aquella tragedia. Salmorelli, se despidió de Portillo y de María y en compañía de Macarudi regresó también a su residencia.


A la mañana siguiente, lleno de una tristeza infinita, Cristóbal Portillo, se levantó del sofá, en el que había pasado la noche conversando y recordando todo el pasado con su amiga la periodista, para abrir la puerta.

- ¿Quién es?
- Correo, señor Portillo. Le traigo un paquete para usted.

Extrañado por recibir aquél envío, recogió también la prensa que habían dejado por debajo de la cancela de entrada. En su portada la noticia de una tremenda explosión en una fiesta de disfraces de señores de la alta sociedad, era ampliada en las páginas interiores sin que dieran reseña alguna de la identidad de las personas fallecidas en aquél accidente.

Al comentar aquella noticia con, María, no les cabía la menor duda de que el poder de la Sociedad de la Pluma sobresalía de entre las paredes de aquél Palacete. Cristóbal, con nerviosismo abrió la caja que le había entregado el personal de correos y unas lágrimas incontenibles resbalaron por su mejilla al comprobar que se trataba de las obras que había escrito, Matías Castaño, en todos los años en que Lastrux y los suyos lo había boicoteado.

Con ese detalle pudo corroborar que el viejo Matías había planeado el borrar del mapa a todos esos ingratos que habían intentado matarlo a él también. Junto a los libros encontró una carta que decía lo siguiente:

“Querido, Cristóbal: Siento que nuestra historia no haya terminado con un mejor final, pero era cuestión de vida o muerte. Durante años por respeto a mi difunta y querida Mercedes, a la que estoy a punto de volver a ver, he callado con dolor un secreto que me ha sido paliado con la posibilidad de compartir mis últimos años contigo. Tengo que decirte, Cristóbal, que tu apellido es también Castaño, espero que sepas perdonarme y que utilices de nuevo tu ingenio para enriquecer al mundo. No dejes jamás que nadie condicione tú pensamiento y tú manera de entender la vida.
Un abrazo
Matías Castaño
Conde del Tajo.”



Cristóbal, con el corazón en un puño se abrazó a María sin poder articular palabra alguna.


Con el tiempo, Cristóbal, ganó varios premios literarios de primer orden bajado la tutela de María, que se convirtió en su editora utilizando el seudónimo del Conde del Tajo. A través de la “Familia” les llegó información de que la Sociedad de la Pluma seguía existiendo en centro Europa, pero que había perdido casi todo el poder que ejercía en España, ya que un solo miembro era español de nacimiento y para colmo era mudo.

FIN…”

sueños dijo...

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sueños dijo...

...........Me ha dejado usted sin palabras. Espero ansiosamente su nuevo relato, mi embriagador amigo.

suggar dijo...

Me dejaste como a Portillo con "un puño en la mano". Un final en el que no se te escapó ni un solo detalle. ¡Tienes un gran don y mucha imaginación! Ole Maestro! que más puedo decir?

suggar dijo...

te digo con el puño porque el corazón se quedó en "sueños" gracias por haberme dejado deleitar con tu historia

mari dijo...

Bueno, que puedo decir que no te haya dicho ya mil veces;
-Que eres un genio.
-Que flipo con tu imaginación.
no sé, creó que a veces con el silencio se dicen mas cosas, pero claro silencio y yo no somos para nada compatibles, así que con el estilo que me caracteriza te digo que nunca nadie me de propinizaza,por que este sueño no lo quiero olvidar nunca y quiero muchos más.

Gracias...

annasunn dijo...

Que pena,que se acabó!Ha sido genial,un final estupendo con ese toque sentimental.Bueno espero que pronto nos sorprendas con un nuevo relato.Muchos besitos "Maestro".

LUPA dijo...

Chevere, chevere, no he podido retener unas lagrimitas, no se muy bien si por la Matias o por que se terminar el relato. Ha sido estupendo

Solo yo dijo...

Sabes? Me alegro de que hayas pasado por mi blog, asi he tenido la oportunidad de sumergirme un poquito en tus escritos, con la esperanza de conseguir ratitos libres que dedicar a leer mas, asi de entrada me ha sorprendido tu blog muy gratamente.

Un beso