miércoles, 22 de agosto de 2012

"MARIPOSAS" Relato breve, que coninua en comentarios

MARIPOSAS

Celia, sentada bajo el almendro de detrás de la casa, miraba fija hacia el firmamento dejando volar su imaginación llegando a desprenderse de su propia consciencia, mientras que a su alrededor el silencio estival de la hora de la siesta se adueñaba del entorno sumergiendo los suaves trinos de los pájaros y el cantar de las chicharras en un suspiro ahogado, que gracias a la ligera brisa llegada desde un manantial cercano convertía en idílico el lugar escogido para su momento de meditación.


Como cada tarde, decenas de mariposas revoloteaban en torno a ella. Mariposas, de mil colores. Diferentes en tamaño y en el dibujo de sus alas. Mariposas, que llegaban a colmarla de paz y sosiego. Mariposas...que desde muy pequeña, desde el recóndito lugar en el que se guardan recuerdos plagados de nostalgia y melancolía, siempre la acompañaron apartándola de la rutina diaria que paulatinamente consumía sus días al dejarse arrastrar por la monotonía y el hastío.

Allí, todo resultaba diferente. El mundo se paralizaba a sus pies, y poco parecía importarle lo que con toda seguridad le aguardaba al finalizar su periodo vacacional. Junto a ella, la compañía de un libro entreabierto por la mitad y una botella de agua fresca era todo lo que necesitaba para abstraerse de la cruda realidad. Aquel viejo caserón, parte de una herencia familiar, se había convertido en el refugio y parcela de aislamiento para esclarecer sus problemas sentimentales, que arrastrados desde el pasado atormentaban su presente y en la misma medida sus planes de futuro.

Quizás hubiera llegado el momento de tomar una decisión definitiva. Nada de más momentos aparcados añorando que el destino tomara una decisión en su lugar. Celia, no podía continuar viviendo aquella farsa convertida en costumbre, tan solamente reconfortada por esos inolvidables momentos de alcoba y promesas incumplidas que parecían trasladarla hasta el paraíso más incierto de su propio corazón. Ni un solo día más. No estaba dispuesta a continuar compartiendo el amor que sentía hacia él con nadie, ni un solo segundo más, y ya no sería Manuel, el que pudiera decidir o tomar ventaja en aquella situación. Él había dejado de ser ese patrón, que a la deriva y sin rumbo, gobernaba sin acierto su vida y la suya. Su futuro, ahora, estaba en sus manos, y ella era consciente por primera vez de ello.

En aquél duermevela, en el que las personas se hacen fuertes tomando decisiones respecto a los problemas cuando no se tienen frente a ellos, se vio sorprendida por el ruido lejano de un coche que parecía acercarse hasta la casa con prontitud.

- ¿Quien será? solo una persona sabe que me encuentro aquí.-pensó.- quizás algún despistado que se ha perdido.

Instantes después, el sonido del motor se esfumó y una voz conocida hizo que su corazón diera un vuelco.

9 comentarios:

salmorelli dijo...

"...- ¡Celia! ¿Estás ahí?

Manuel, había tomado la decisión de visitarla. Nunca en los más de quince años que llevaban viviendo su particular historia de amor se había decidido hacerlo. Sus miedos a que fueran descubiertos fuera de su círculo más íntimo le aterrorizaban. ¿Pero que había cambiado? ¿Porqué ahora que ella parecía tenerlo todo mucho más claro y decidido? y que más daba pensó, lo cierto es que había dado el paso para visitarla y la felicidad se apoderaba a gran velocidad de todos y cada uno de los poros de su piel.

- ¡Estoy aquí! -replicó dando un brinco para ponerse de pie, mientras las mariposas revoloteaban con mayor intensidad a su alrededor como queriendo empujarla hacia él.- ¡Aquí, a la espalda de la casa!

Poco podía esconderle tan solo con mirarla a los ojos. Su semblante hacía presagiar no más que no muy buenas noticias. Frenada en su ímpetu por abrazarlo, detuvo su carrera a pocos metros de él.

- Tenemos que hablar.-dijo, Manuel, sin intención tampoco de corresponder a sus deseos.-
- Lo sé.-contestó, Celia, con voz temblorosa.- Yo también lo necesito.
- Muy bonita la casa.-añadió, queriendo evadirse de aquél envite sin lugar a marcha atrás.-
- ¿A qué has venido, Manuel?
- Se trata de Daniela.-afirmó, refiriéndose a su mujer.-
-¿Algo va mal?
- Se muere, Celia. Daniela, se muere sin que pueda hacer nada.-contestó con lágrimas en los ojos.-
- ¿Cómo puede ser? ¿Qué estás diciendo?
- Lo que oyes, Celia, a Daniela, le han detectado un cáncer de médula, y se encuentra en estado terminal. No más de dos meses auguran los médicos.
- Ven aquí.-indicó alargando sus brazos. Celia, consternada por aquella fatídica noticia, que castigaba a la persona que durante años había considerado su más directa rival, necesitaba sumarse al dolor que rezumaba su amante.- Ven, ven...ven aquí...

Ambos se abrazaron. Fue un abrazo alejado de la pasión que siempre hubo rodeado esos momentos en los que sus cuerpos se fundían en uno solo, como antesala a tantos y tantos de amor compartidos. Momentos furtivos en los que el deseo no dejaba resquicio alguno a ser empañado por nada ni por nadie, pero en esta ocasión aquél instante se tornaba en abrazo con sabor amargo y con tintes de despedida. El perfume de Manuel, ese que siempre le embriagó resultaba distinto para ella. Quizás fuese el mismo o quizás otro con el mismo corte fino y elegante, y la fuerza conque se agarraba a ella le aproximaba la soledad y tristeza que su amante deseaba transmitirle tras una decisión madurada inconscientemente por los fantasmas que le rodeaban en la actualidad.

Aquellos recientes pensamientos bajo el almendro, envuelta por el baile de aquellas bellas mariposas, regresaron hirientes a su mente convirtiéndose en malos presagios que venían a empujarla definitivamente hacia el abismo de una pérdida que comenzaba a solidificarse sin que hubiesen existido más palabras que las suficientes bañando a ambos en un mar de lágrimas..."

salmorelli dijo...

"...- ¿Qué harás ahora? -preguntó, Celia, separándose lentamente de él.-
- Dedicarme en cuerpo y alma a ella. ¿Lo entiendes, verdad?
- No siempre te entendí, pero ahora...
- Celia, yo te quiero con toda mi alma...
- Calla.-suspiró ahogada en su propia desgracia al tiempo que soltaba definitivamente sus manos.- Vamos, no hace falta más. Regresa a casa.-añadió, fingiendo comprensión.-
- ¿Y tú que harás? -preguntó, Manuel, resistiéndose irremediablemente a la despedida.-
- No sé, no te preocupes por mí. Quizás me quede unos días más aquí, o tal vez me quede a vivir entre estas cuatro paredes, no lo sé, que importa eso ahora...
- Celia, no quisiera que esto se convirtiera en un adiós definitivo...
- No es ahora, Manuel, ya se convirtió hace tiempo en una despedida sin marcha atrás.-aseveró, Celia.- No hubiera podido resistir mucho más tiempo esta situación, créeme. El amor, no siempre se pasea por entre nuestros corazones ansiosos de triunfo. El amor, en grandes dosis también pasa a convertirse de la miel en la hiel a su antojo antes de que podamos darnos cuenta. ¿Te has parado a contestar qué pensaría Daniela, de saber lo nuestro?
- Lo sabe, Celia, lo supo desde un principio.-contestó, para su sorpresa.- ¿Porqué crees que tomo esta decisión? Ella lo ha sabido siempre, y siempre guardó silencio evitando dar lugar a una ruptura. ¿Me entiendes ahora?
- Ve corre, regresa a su lado y ofrécele lo que no has sabido darle durante todos estos años atrás.
- ¿Y lo nuestro?
- Lo nuestro lo guardaré en lo más hondo de mi ser el resto de mi vida. Tendré que levantarme, pese a que me falten las fuerzas, día tras día añorando tus besos y caricias. Recordando cada uno de esos momentos en los que en el mundo solo vivíamos tú y yo, pero ese sufrimiento jamás podrá acercarse ni de lejos al amor que Daniela, puso a tus pies día tras día, año tras año, sin que tu lo supieras ver.-explicó, Celia, sumida en lágrimas.-
- Adiós, amor mío.-respondió, Manuel, besándola sin apenas rozar sus labios.-
- Adiós, Manuel. Cuida de ella..."

salmorelli dijo...

"...Al dar media vuelta, Celia, vio como se perdía en dirección a la parte superior de la casona, en el momento en que el aire parecía ganar un poco de fuerza secando el llanto salado contra su rostro. Sin apenas poder mantenerse en pie se dejó arrastrar por la inercia que la empujaba a regresar hacia la sombra de aquél centenario árbol que siempre dio cobijo a sus buenos y malos momentos. Era consciente de que la decisión que parecía haber tomado poco antes de la llegada de Manuel, era la más acertada, pero ahora sus sensaciones resultaban tan diferentes a las esperadas... En el fondo de su corazón siempre pensó que llegaría el momento en que su amado rompiera con todo y volara a refugiarse por siempre a sus brazos. Pensó, que eso significaría el triunfo del amor. El triunfo de aquella bonita historia de amor que durante años había ido consolidándose en espera de mejores momentos se había truncando en cuestión de pocos minutos. Había terminado por esfumarse, como el vuelo fugaz de una bella mariposa ¿Era verdad lo que le había explicado a Manuel, respecto a que no siempre triunfaba el amor?

Una mariposa de entre todas aquellas que revoloteaban sobre su cabeza, bajó a posarse sobre una de sus rodillas. Inmóvil, parecía quedar mirándola al tiempo que desplegaba sus hermosas alas frente a ella. El amor, no había fracasado. El amor, había triunfado al mismo tiempo en la plenitud en que Daniela, durante años había guardado silencio creyendo ciegamente en el, y quizás Manuel, pese a todo al fin había comprendido su verdadero significado. Ahora sentada bajo la sombra de aquél almendro, comenzaba una nueva andadura para Celia. Un nuevo paseo buscándose reencontrar con su propia persona- Con su propio corazón- Un paseo como aquellos de aquellas mariposas que desean hallar el mejor lugar para posarse sin importarles pasados ni futuros, tan solo el presente. FIN..."

Javier Benitez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Javier Benitez dijo...

cuanto tiempo sin pasar por aquí, y me he encotrado con este relato, me a gustado, se me a hecho demasiado corto....

Mary dijo...

El amor con buen o mal final siempre es bonito al igual que una mariposa,hay con muchos colores en sus alas y otras más sencillas pero todas siguen siendo bonitas como cualquier historia de amor.

Es increible las alas que tienen tu imaginación, precioso..¡¡¡¡

Un baccio

asun dijo...

Cuentan los sabios que el aleteo de una mariposa, puede generar un huracan al otro confin del mundo,Asi un amor, puede ser vital para quien lo goza, o mortal para quien lo padece

annasunn dijo...

Precioso,pero es verdad,sabe a poco...

Dogoan dijo...

hermano genial, pero mi arma has de hacerlos un poco mas largos, te saben a poco.