"EL LUTHIER"
Con cierta torpeza, pero con la ternura que siempre le hubo caracterizado, Ramón Alba, tomó entre sus manos aquél viejo violín cuya madera relucía de igual manera que el día en que fuera terminado de fabricar.
Durante décadas, aquél artesano de fama reconocida había prestado su talento a infinidad de músicos de renombre. Guitarristas, violinistas, violonchelistas…todos se enorgullecían de lucir los instrumentos de cuerda fabricados por el maestro Alba, especialmente para ellos. Pero aquél violín. Ese que a diario estremecía contra su pecho jamás estuvo a la venta pese a recibir infinidad de suculentas ofertas por el.
Arrastrado por la curiosidad, tras años de conocernos, al fin me atreví a preguntarle que misterio encerraba aquél instrumento del que nunca se hubo desprendido y al que dedicaba ese trato tan exquisito y cariñoso. Entonces, sin apartarlo de su regazo, me miró, y una leve sonrisa se dibujo en su rostro. Quedé mirándolo, y me lo ofreció para que lo cogiera.
- Cógelo. No es más que un violín.-me indicó sin dejar de sonreír.-
Al tener aquella joya entre mis manos sentí que la música que a veces encierran algunos instrumentos adormece en sus interiores para no ser compartida más que con quienes tienen la virtud de hacerlas aflorar. La exquisitez de la madera que rodeaba su alma y el trabajo realizado por aquél viejo Luthier, dejaban su impronta en el olor que lo embadurnaba de sabor e historia.
- ¿Por qué éste de entre cientos? – volví a preguntarle.- Nunca le vi tocarlo.
- Ni me verás. Solo durante una noche me dejó sacar lo mejor de el.-contestó.-
- Tome.-indique devolviéndoselo, como si un imán desease arrastrarlo de nuevo hasta sus manos.-
- Escúcheme hijo y entenderá el porqué me aferro a el.-suspiró acariciando con suavidad sus trastes.- El Luthier, me llaman tras años de duro trabajo entre estas cuatro paredes, cuando durante años, en mis comienzos, pocos valoraban mi arte a la hora de tratar estos materiales que puedes ver amontonados por cualquier rincón del taller. Ahora resultan magistrales mis trabajos, pero… cuantos salieron por esas puertas victimas del abuso del poderoso de antaño. Hace muchos años, con poco oficio aún, recibí el encargo de uno de ellos. “-Quiero un violín para mi hija, guitarrero.-vino a decirme aquél buen señor, que el diablo tenga en su seno con muy malos modales.- añadió, carraspeando.-“Como no hubiera podido ser de otra manera, esa misma tarde, me dirigí hacia su casa para tomar las medidas oportunas para su encargo. Necesitaba tomar las medidas de los brazos de hija. ¡Y cuando la vi! –exclamó, abrazando de nuevo el instrumento en su regazo.- poco me importó la prepotencia y despotismo de su señor padre. Sus ojos y los míos se fundieron en una sola mirada desde el minuto uno en que nos conocimos y comenzó así una historia de amor que aún en nuestros días perdura en el interior de mi corazón.-añadió, derramando unas lágrimas por sus mejillas.-..." ( CONTINUA EN COMENTARIOS).
¡Feliz cumpleaños, guapísima!
Hace 3 semanas
4 comentarios:
"...- Tranquilícese, Maestro.-indiqué intentando calmarlo.-
- Ángeles. Así se llamaba…Durante días trabajé con amor para cumplir con aquél encargo. De la manga saqué excusas y más excusas para volver a verla antes de terminarlo, y en secreto comenzamos a amarnos a escondidas de todos…hasta que llegó el día en que se encargaron de separarnos por siempre.
- ¿Qué sucedió? – pregunté inocente.-
- Una tarde volví a su casa para hacer la entrega del violín. Ángeles, estaba sola en casa, o eso creímos al menos. Lo saqué del estuche y comencé a tocar para ella. Pese a los nervios, los acordes resonaban de manera celestial y su mirada me arrastró a besarla sin que poco importase su distinguida posición contra la mía. Con ternura, tomó el violín y comenzó a tocar para mí. Jamás conocí o conoceré a nadie que supiera tocar de aquella manera. La abracé entre mis brazos, y fue entonces cuando apareció su padre, despertándonos de nuestro sueño. Jamás volví a verla.-aseveró.-
- ¿Qué pasó?
- Eran otros tiempos. Ella una niña bien a la que su padre le tenía marcado un brillante futuro junto a alguien merecedor de ella, y yo un simple guitarrero sin dignidades para su alta alcurnia. Por ello…la apartaron de mí. Pasé algunos años en la cárcel perseguido por las infamias y calumnias del todopoderoso señor Cáceres, y cuando regresé ya la había casado y enviado fuera del país para mantenerla alejada del amor que sentía por ella, y por el que ella sentía por mí. Décadas más tarde, tras frustrados intentos por acercarme a ella. Por intentar saber que fue de su vida… me enteré de su fallecimiento. Días después, un sirviente fiel a su memoria, se personó aquí por encargo de ella. Traía consigo una carta escrita de su puño y letra, y envuelto en un chal que guardo como un tesoro este violín que sirvió para unirnos un día del que aún no desperté. Lo entiende ahora. Este instrumento atesora mucho más que ese arte musical que arrastran otros. Junto a él nos amamos desde que eligiera las maderas para fabricarlo. Fue testigo del terrible desenlace de nuestro amor, y soportó sus lágrimas de desesperanza y ahogo lejos el uno del otro, para más tarde pasar a formar parte del amor eterno que siempre me unirá a ella.-explicó, sin dejar de llorar.- ¿Lo comprende ahora? No es un violín cualquiera. FIN
Hay cosas que parecen simples y una más del montón pero los momentos que las envuelben son los que definen su valor, esas notas celestiales son las que quedaran en la eternidad para amarse y eso hace a ese violín especial y único como Ella.
Precioso precioso..¡¡¡¡
Un baccio.
Que bella y triste melodia se escucha en cada nota del viejo violin, Que historia tan delicada y tierna , me ha encantado
fenomenal, delicado y hermoso a la vez,lastima que haya sido tan corto hermano, hay base para un gran relato.
magistral como siempre hermano, un abrazo.
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