“La noche otoñal cayó de golpe sobre la estación mucho antes de que la tarde se ahogara junto a la respiración acelerada de quien deseaba dar riendas sueltas a esas letras impresas en el interior de una novela que tanto le habían hecho soñar e imaginar inusitadas situaciones bastantes alejadas de su cotidiana realidad.
Allí, escondida tras una columna, como quien estuviera a punto de delinquir, se mantuvo atenta para descubrir a la persona que pudiera convertirse brevemente en cómplice, quizás de una idea descabellada, pero que fluía del fondo de su ser sin que nadie se pudiese atrever a retenerla por más tiempo en su interior.
Con mimo, se había despedido de aquella historia envuelta de misterios sobre un banco solitario junto al andén, dejando en su interior unas escuetas frases para quien pudiera convertirse en su nuevo depositario.
El frío y la lluvia intermitente, enmascaraban esos momentos mágicos que dictaminarían que el azar eligiese a un nuevo lector de la obra que supiera entender bien los motivos que le habían llevado a enamorarse de todos y cada uno de sus personajes y capítulos emanados del papel. Su libro. Así es como lo entendió desde el principio. Desde ese día que cayó en sus manos.
¿Quién llegaría hasta aquél banco? ¿Terminaría la novela pisoteada o ultrajada por cualquier desalmado? ¿Quizás arrojada a la vía? ¿Había sido buena idea desprenderse de tan preciado tesoro? Decenas de preguntas se agolpaban fugazmente en su mente al tiempo que su respiración, permaneciendo allí escondida, parecía jugarle una mala pasada acelerándose cada vez más y más. No había lugar para dar marcha atrás. Una muchacha, de aspecto jovial y tranquilizador se acercaba hasta el punto de inflexión de aquella atrevida aventura. A continuación sentándose en aquél banco y tras echar una ojeada a su alrededor tomó el libro entre sus manos.
Un escalofría recorrió todo su cuerpo…Un respiro…un leve susurro de satisfacción enjugado por unas incipientes lágrimas hicieron que mantuviera la vigilancia con algo más de tranquilidad.
La joven leyó su mensaje. Observó la obra con cierta curiosidad, y tal vez a sus ojos con cierta ternura. Su tren se acercaba. Levantó la vista de nuevo, y atrapada por el magnetismo incierto de un libro aún por leer se dejo llevar hasta guardarlo en su bolso y emprender su camino de nuevo.
Tras la columna un suspiro de alivio. Tras la ventana del tren, tomando un rumbo desconocido e incierto, la joven, se sentaba tomando de nuevo la novela entreabierta entre sus manos. No hubo tiempo para más. Ni para entrevistas ni para tomar la reseña o última imagen de ese tren que se perdía ante una mirada tan alegre como triste a la vez. Signos evidentes de una despedida con sabor a libertad. La libertad que confirma la posibilidad de compartir con alguien más esos sueños que supieron en su día, simplemente escritos sobre un papel, conquistar la imaginación de su ser.” FINAL
7 comentarios:
Un momento que jamás se borrara ni de su mente ni de su corazón, deseoso de que sea leída,entendida y sobre todo respetada...BUEN VIAJE..¡¡¡¡
Precioso relato, Gracias¡¡¡
Un baccio.
El relato precioso...Salmorelli.
La aventura, como no podía ser de otra manera, digna de alguien de gran generosidad y valentía.
Generosidad, al compartir, con no se sabe quien, una historia de palabras, que en cierta manera te han modificado la vida. Y dar la oportunidad de que pueda modificar otras.
Valentía, para desprenderse de una historia descubierta, vivida y amada por uno mismo. Y dar la oportunidad de que sea descubierta, vivida y amada por otros.
Felicidades!!! (LUCUMEN)
Que bonito,hay que ser muy valiente,o al menos me parece a mí,para desprenderse de un libro que te ha llenado tanto y hacerlo de esa forma. Para mí sería muy difícil.
Besos.
BONITO RELATO....
En relato genial, y más cuando la persona artifice de esta historia te la relata con ese brillo en sus ojos de felicidad, de ver que una persona anonima se ha interesado por una novela, ha leido esa nota y se lo ha llevado. Un viaje anonimo esta realizando la macula purpula, esperemos que no quede en el olvido y siga rulando. Que satisfacción de saber que todavia hay personas interesadas en la lectura.
Un abrazo
Anonimo fui y con ella me encontre, dificilmente me desprenderia de sus letras una vez leidas,leidas,leidas y releidas, entendidas e incluso vividas por lo que ellas transmiten.todo un placer haberlas descubierto.
Bonito relato. Un abrazo.
dolorosa despedida y a la vez agradable satisfacion al imaginar unas manos y unos ojos anonimos, compartiendo la obra que tus propias manos han creado Largo viaje al libro y a su autor
Publicar un comentario