domingo, 31 de octubre de 2010

"NOCHE DE ÁNIMAS"



Relato Breve, para un día celebrado con frivolidad.


“…El mármol amarillento y corroído por el transcurrir del tiempo, parecía engullido por infinidad de hierbas secas que impedían el transitar alrededor de la sepultura. Su inscripción, tallada a mano por los talleres de los hermanos Lamber, apenas se adivinaba entre la mugre y el moho, que cubrían las hendiduras de cada una de sus letras. “Lorenzo Pérez de Sigüenza, 1850-1933”. Ni epitafio, ni símbolo religioso, ni nada más que adornase la tétrica lápida. Tan sólo, dos destrozados jarrones de piedra grisácea, en cuyas bases se apreciaban, con algo de relieve, un escudo heráldico en uno de ellos, y una espada con su punta hacia abajo en el otro.
Sorteando los afilados jaramagos, que parecían querer devorar sus piernas, Carla, avanzó, sintiendo bajo sus pies como la tierra parecía estar a punto de rasgarse. Se detuvo, y sacó la cámara de fotografía.
- ¡Señorita! , estamos a punto de cerrar.-indicó, sobresaltándola uno de los empleados del camposanto, con cierto nerviosismo.-
- Enseguida termino.-contestó, la investigadora, al tiempo que fotografiaba la tumba.-
Agachada a sus pies, para captar el detalle de los jarrones, descubrió que el plinto de la base de la sepultura estaba prácticamente al descubierto por una de sus esquinas. Apoyó la cámara sobre la fría tapa, y aparcando su temeroso nerviosismo, por conseguir la exclusiva que andaba buscando, estiró su cuerpo para alcanzar a ver hacia su interior. En ese momento, sintió que alguien tiró con fuerza de su tobillo. Al mirar hacia atrás presa del pánico, comprobó aliviada que se trataba simplemente de un enredo entre aquellas hierbas. Sacó de su bandolera una linterna y apuntó hacia el interior del enterramiento.
Un rayo, rasgó el cielo en dos y un aguacero torrencial cayó de improviso sobre aquél pequeño cementerio.
Carla, quedó petrificada. No parecía importarle las inclemencias que castigaban aquél lugar en el momento menos idóneo. Lo que estaba viendo bajo el haz de luz que proyectaba su linterna vencía la posibilidad de dar marcha atrás. La sepultura, parecía no tener fondo y decenas de cadáveres permanecían hacinados, convirtiéndose en una montaña de huesos y carne putrefacta. Intentando alcanzar con su mano la cámara, sin dejar de alumbrar, sintió que un frío abrasador quemaba su brazo al sentir un golpe en seco sobre ella. Giró su cabeza, a punto de perder el conocimiento, y descubrió al empleado del cementerio, agarrando el hacha que acababa de amputar su mano.
- Le avisé que íbamos a cerrar, señorita. Es noche de ánimas y existen almas que quieren saciar su olvido.-murmuró antes de atizarle un certero golpe en la cabeza, mientras reía a carcajadas.- …”

11 comentarios:

Mary dijo...

Dios¡!Maestro es muy bueno,te ha salido la vena sadica,este me lo leo otra vez en la soledad de la noche y cobra mucho mas realismo,seguro que esta noche veo a carla,puff muy bueno.

Gracias Maestro por regalarnos tu tiempo.

Un bacio.

Edurne dijo...

Si,la verdad que está muy bien,a mí el final me ha sorprendido,me ha gustado mucho.

Muxu

Dogoan dijo...

realmente magnifico maestro,posees una mente privilegiada para esto,ojala y pronto, todo lo que a ella te llegue lo veamos plasmado en oto libro. un abrazo

ELILUC dijo...

wow!!!! buenisimo!!!!!!
un abrazo

Edurne dijo...

Si,si, libro de relatos YAAAAAAAAAAA.
Hola Mery me alegra verte.

Muxus

asun dijo...

QUE MACABRO RELATO. TOMAS ME DAS MIEDO ...YO RECLAMO TAMBIEN LIBRO DE RELATOS NO TE HAGAS MAS EL REMOLON MUXUS GUARDAR EL HACHA, QUE CARLA QUIERE VENGANZA . ME CASTAÑEAN LOS DIENTES.

susy dijo...

KE GUAPO ...PERO ESTO TIENE SEGUNDA PARTE NO?

annasunn dijo...

Muy escalofrianteee...Pero yo tambien espero segunda parte...Carla no puede morir sin más y el sepulturero no se puede quedar tan "pancho".

Besos.

La cuentera Idaluz dijo...

Un susto para recordar que en el camposanto no hay visitar en horas próximas a su cierre. Sorpresivo final. Te sigo leyendo.

salmorelli dijo...

Gracias Idaluz, espero seguir viendote por este rincón.

María dijo...

Tomás, deberías venir a pasar el día de los santos a Cataluña, seguro que con las cosas tan dulces y ricas que se comen esa noche, tu relato sería menos negro.
Es broma.
Un beso.
María.