sábado, 7 de agosto de 2010

II ENCUENTRO INTERNACIONAL "LETRAS DE LA POSADA"



"LA MAGIA DE LA NOSTALGIA" (Termina en comentarios)

Cuando terminó de leer con añoranza las últimas páginas de la novela, se recostó en el mullido sillón de su despacho queriendo saborear una vez más su final. Aún pensativo y metido en la piel de sus personajes, se restregó con las manos sus cansados ojos hasta fijar su mirada en las decenas de diplomas y reconocimientos, cosechados a lo largo de su vida, que colgaban de las paredes concienzudamente ordenados por riguroso orden cronológico.

Eran los recuerdos de toda una vida dedicada en cuerpo y alma a lo que siempre quiso ser desde pequeño. Ahora, en el atardecer de sus días y alejado forzosamente de su profesión, al fin disponía del tiempo y la relajación suficiente para concentrarse en esas etapas repletas de pequeños momentos, que el tiempo se encargó de encerrar en baúles olvidados en los trasteros que componen las memorias de cada ser humano.

Echando la vista atrás, y guiado por la magia de la nostalgia, desempolvó algunos destellos aislados de su niñez, que de manera discordante le llegaban desde un recóndito rincón de su memoria. Inquieto, se incorporó de su asiento queriendo encontrar más nitidez en las imágenes confusas que enturbiaban esos recuerdos, y guiado por el afán de revivir esos instantes se echó a la calle, dejando una breve nota sobre su escritorio.

El viaje, no le resultó largo ni cansado, sino más bien entretenido, y sus ganas por llegar hasta su destino le hicieron olvidar que sus piernas no estaban ya, para saltar jovialmente desde el último escalón del autobús.

- ¡Tenga usted cuidado, abuelo! –gritó otro viajero, agarrándole del brazo para evitar que cayera de bruces contra el suelo.-
- Gracias, no se preocupe. Estoy bien.-contestó, gentilmente.-

Todo parecía muy cambiado. El transcurrir de los años había transformado los alrededores del edificio, dejándolo aún si cabe más aislado de lo que recordaba. La tarde era gris, y el trinar de los pajarillos en busca de un refugio por entre las ramas de los naranjos, contrastaba con el rugir de la hojarasca de la pequeña plaza a medida que avanzaba con su torpe caminar.

A medida que se acercaba a el, las lágrimas comenzaron asomarse tímidamente por el rabillo de sus ojos. No podía creer lo que estaba viendo. Hacía años que no recibía noticia alguna de aquél lugar, pero jamás llegó a pensar que estuviese muriéndose en el abandono, sin que nadie hubiese puesto remedio.

La pintura desecha de su fachada, aún dejaba ver algún que otro hilo de su color original. Maltratada por el paso del tiempo y emancillada por las pintadas y agresiones de los vándalos, todavía guardaba la majestuosidad con la que sus ojos infantiles la recordaban...

16 comentarios:

salmorelli dijo...

...Atónito, rodeo la construcción con la seguridad de hallar algún hueco, que hubiese servido a alguna panda para saquearlo, pero a simple vista parecía que había sido respetado. Una y otra vez, apoyaba sus manos contra la pared, cerrando sus ojos sin encontrar esa concentración necesaria para arrastrar del pasado hasta el presente. De pronto, unas ligeras gotas de lluvia fueron el preludio de una cascada de vivencias y recuerdos enterrados. Levantando los ojos al cielo, se impregnó de un aroma familiar y nostálgico. Era inconfundible. Una dama de noche, se estremecía desde la esquina cercana a la carretera queriendo llamar su atención. Su olor fino, elegante y embriagador, le hizo progresar con rapidez de nuevo hasta la puerta. Pero, sin resultado empujó la podrida madera sin que ésta cediera un solo ápice.

Entonces recordó, que escondida tras una vieja placa de latón claveteada contra la pared, solía guardarse una copia de la llave de la entrada. Sin apenas confianza, se aupó vagamente hasta rozar con las yemas de sus dedos el escondite, al tiempo que un agradable tintineo le hizo sonreír cuando el viejo metal topaba con el suelo al caer junto a sus pies.

La lluvia ganaba fuerza, y el sol otoñal comenzaba a ofrecer sus últimos y relamidos suspiros antes de marcharse a descansar. Pensó, que tal vez hubiese sido mejor pedir a algún familiar que le acompañase. Quizás a su hermano mayor, le hubiese servido de guía, aunque de poca ayuda debido a su edad. O mucho mejor se lo podía haber pedido a su hijo. Ésta hubiese sido una buena oportunidad para transmitirle cosas de la familia que aún no había reparado en contarle. Pero tanto una como otra opción, no tenían marcha atrás. Se encontraba sólo ante su pasado, y la travesura de escapar en sus circunstancias hasta aquél lugar, no sería mucho más grave que su triste perdida de memoria.

Temeroso y ansioso por abrir de una vez el portón, miró hacia atrás para comprobar que nadie vigilaba sus lentos movimientos.

- Si crees que no estas haciendo algo bien, al menos comprueba que nadie te vigile. Que tu mano derecha, nunca sepa lo que hizo tu izquierda. Con que te juzgue tu conciencia tienes más que bastante. Evita en todo momento el ser juzgado por otros, ya que con toda seguridad, sus veredictos nunca serían imparciales. La gente disfrutaría machacándote, te lo puedo asegurar -solía decirle su padre, entre uno de sus múltiples consejos.-

Al chasquido oxidado de la vieja cerradura, la puerta cedió aunque sin terminar de abrirse. Una alfombra de correspondencia in atendida, interrumpía sus intenciones por terminar de entrar.- ¡Maldita sea! –Exclamó- , y apoyando virilmente su hombro contra ella, al fin logró que ésta cediera lo suficiente para dejar paso a su aún robusto cuerpo.

Olía a humedad, y el polvo cubría osadamente todo lo que su vista llegaba alcanzar. En las paredes, contrastes de tonalidades ocres dejaban adivinar cada uno de los lugares en que se habían mantenido colgados cuadros y otros objetos decorativos. Todo estaba vacío. Una soledad cegadora, acongojó su corazón invadiéndolo de tristeza. –Había llegado hasta ese lugar en busca de momentos que recordaba que siempre habían sido alegres, pero sin embargo, poco se asemejaban a las sensaciones que estaba percibiendo.- ...

salmorelli dijo...

...Forzando la vista, continuó avanzando sin dejar de mirar cada rincón. Las arañas, parecían esforzadas en mostrar su habilidad en tejer inmensas telas, que pendían sin discreción alguna interrumpiendo su caminar. Hasta que al fin, al detenerse frente al inmenso salón abandonado, comenzó a sentir un escalofrío que pareció congelar sus venas y arterias. Eran como chispazos eléctricos, que volvían a despertar su mente adormecida inyectando renovadas fuerzas a su quietud.

Ecos de voces familiares parecían manar por entre sus columnas, hasta que apoyado en una de ellas, comenzó a decorar y ordenar virtualmente con gran habilidad todas las imágenes del pasado que parecían ya olvidadas.

- Aquí, una mesa central, adornando el centro de las tres naves para separar el restaurante de la zona de estar con chimenea. ¡Gigantesca! -se dijo.- ¿Y cuantas veces me asomé al enorme espejo que servía de cabecera al confortable sofá que estaba allí enfrente? Y allí…allí, el viejo reloj de pared, que tanto ruido hacía y que procedía de una herencia familiar.-

De nuevo en el centro, tomando una vieja silla arrumbada en un rincón para sentarse en ella, cerró los ojos y los oídos para aislarse del sonido exterior y de la lluvia, hasta que consiguió concentrase en su interior, para dejar volar su imaginación en busca de reencontrarse con su pasado. Primero, sintió el latir de su corazón. Latido, tras latido sintió fluir la sangre por todo su cuerpo, hasta que llegaron compases de cante por sevillanas desde la zona del abandonado bar. Toques de Semana Santa, con sus cornetas y tambores, envolvieron el singular edificio desde la zona de la chimenea. Y sones cubanos de salsa y bachata, revolotearon bailando en la atmósfera alrededor suya, hasta que el brindar de cientos de copas de cava, volvían a romper el silencio del atardecer, para reunirse con el bullicio y el jolgorio proveniente de las ventanas que daban a la piscina. Transportando sus sentidos ávidamente, llegó a recordar hasta el sabor de la buena comida servida desde la cocina y con lágrimas resbalando por sus mejillas, añoró la ternura de los brazos de su madre acunándolo para dormir.

Sus sensaciones eran infinitas. Se sentía alegre. Feliz. Como un niño. Y la satisfacción que le estaba proporcionando aquél momento, hasta llegó hacerle perder la conciencia del tiempo, mientras la negrura de la noche caía sobre él, abrazándolo para dejarlo completamente a oscuras.

Imprevistamente, el crujir de la puerta le devolvió a la realidad. Una voz, diferente, familiar y anciana regresaba también aquél lugar para acompañarlo a través de la magia de la nostalgia.

- ¿Álvaro, estás ahí? ¿Donde te metes? Tú, siempre tan chulito, ¿no?-gritó desde la puerta, el recién llegado.-
- ¿Y tú, Yassin? , siempre creyendo que soy un crío del que tienes que cuidar...-refunfuñó, el hijo del escritor.-
- No, gruñas más. ¿Es que resulta reconfortante revivir las escenas del pasado?
- Los echo tanto de menos.

FIN

Melek dijo...

Siempre que leo un relato nuevo tuyo me quedo sin palabras, es magnifico.

No se puede vivir de recuerdos, pero hay veces que tienes que echar la vista atras y volver a esos recuerdos para seguir adelante y saber que todavia hay un largo camino por recorrer.

Un abrazo, sigue así campeon

Edurne dijo...

Qué bonito,me has hecho verme con muchos años más y he visto la posada con añoranza,mi deseo es que dentro de esos años la posada tenga mucho más bullicio y Alvaro y Jasim tengan un futuro tranquilo.

Os quiero.

Mary dijo...

Gracias Maestro,fué magico.

Un bacio.

asun dijo...

DESEO QUE CUANDO ALVARO TENGA ESOS RECUERDOS DE SU PASADO,ESTE SENTADO EN EL LUGAR QUE DESCRIBES,PERO LLENO DE LUZ,ESCUCHANDO EL RUIDO DE LAS COPAS DE CAVA,EL BULLICIO DE LA PISCINA,LAS CORNETAS Y TAMBORES,LAS SEVILLANAS,Y VEA A SU ESPOSA CANTANDO UNA NANA A SU RETOÑO MIENTRAS TOMA UN TE CON JASIM ..........OS QUIERO

Mary dijo...

Se me hace muy dificil imaginar LA POSADA de esa manera,me alegro muchisimo que los relatos sean ficción.

MAESTRO tocaste el corazón de todos los presentes.MAGICO¡!

Un bacio.

annasunn dijo...

Ahora que lo leo tranquila y sin nadie a mi alrededor que me interrumpa aún me emociona más.

Es maravilloso.

Fátima dijo...

Gracias por suscitar la emoción de todos, por hacer que la gente espere tus escritos con expectación, por tener siempre presente en ellos - de una forma u otra- a los que quieres.... Pero sobre todo, GRACIAS por tocar el corazón de mi amiga y hacerla sentirse orgullosa de TI....

Has ganado una batalla... FELICIDADES....!!!!

Lola dijo...

No puedo tener mejor maestro ni mayor confidente...

Te quiero y mil gracias por estar ahí.

Un beso

María dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María dijo...

Precioso relato que mantiene la atención constamente.
Es un placer recorrer tus palabras.
Un abrazo con mi más sincera felicitación.

Anónimo dijo...

Hola ¡
Permíteme presentarme soy Leonor, administradora de una red de blogs, visité tu blog y está interesante, Me encantaría poner un link de tu blog en mi sitio web y así mis visitas puedan visitarlo también. Si estás de acuerdo no dudes en escribirme
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Un abrazo
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ELILUC dijo...

Ha sido un relato tan descriptivo que uno creer conocer el lugar y mas aun, haber sentido en ese lugar.
Un abrazo

MTeresa dijo...

Precioso relato
tus palabras tienen la fuerza
precisa de envolverte en la nostalgia.

susy dijo...

PRECIOSO.y mas donde lo he leido en ese saloncito ,tan acogedor.ke espero ke eso no ocurra porke no me lo podria imaginar asin.besos