
Hoy leí un artículo de un poeta argentino, que tildaba al novelista de escritor sin sentimientos ni corazón a la hora de escribir. Decía, el muchacho, que la novela está falta de calor humano, y a que diferencia del poeta, el novelista, era un oportunista alejado de la bohemia del que escribe poesía. Y yo le pregunto ¿Y usted sabe novelar?
EL PERFUME
De recuerdos nostálgicos, tu aroma se perdió en la nada
Se que lo olí, pero con tristeza no lo encuentro
Se que lo tuve entre mis manos, como humo que se desvanece
Y que acerco mis dedos a mi cara sin hallar su rastro.
Se que lo perseguí en noches enteras, en noches en vela, en noches sin días, pero no consigo recordarlo.
Que fue de él, que fue de tu perfume…
¿Acaso voló a posarse en otro cuerpo?
¿Acaso lo cambiaste para satisfacer otras miserias?
Salgo a la calle, y lo busco, lo araño, lo añoro y lo persigo…
Se que debe estar ahí, y que con los años lo volveré a sentir cerca de mí.